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 Correos: Guetos y minorías creativas (II).- Giovanna Reale

900. Sin clasificar
giovanna :

Querido Daneel:

Muchas gracias por el interés que manifiestas hacia mis colaboraciones, en especial, la última: Guetos y minorías creativas. Déjame que te diga primero que, al igual que tú, cuando me marché del Opus, desarrollé una fuerte “alergia” a todo tipo de movimientos y asociaciones y quería ser una simple católica de a pie (que no es poco). También como tú, con el paso del tiempo, llegué a conocer otros movimientos, familias, comunidades de base, “minorías”, o como se las quiera llamar, que no responden al patrón de “guarderías de adultos”. Tu experiencia vital y la mía, Daneel, nos unen bastante, ¿no crees?

Ahora entro en diálogo contigo a propósito de tus observaciones, que me parecen de lo más logradas...



Sobre el giro vital que Joseph Ratzinger experimentó en 1968 y 1969 hay buenas explicaciones en un libro de Hans Küng, que fue amigo personal de Ratzinger precisamente hasta esas fechas. En las últimas páginas del libro de H. Küng, Verdad conquistada. Memorias I, Trotta, Madrid 2003 (original alemán: 2002), encontrarás una amplia y convincente explicación. Por si fuera poco, el mismo Küng vuelve a abordar este tema en el volumen Verdad controvertida. Memorias II, Trotta, Madrid 2009 (original alemán: 2007), p. 171, en que cita textos autobiográficos de Ratzinger extraídos de su obra de 1997 Mi vida: recuerdos (1929-1997). A pesar de que, como tú, tampoco soy especialista en el pensamiento teológico de Ratzinger, estoy convencida de que, si no se hubiera producido aquel cambio profundo en su vida (abandonó la Universidad de Tubinga para recluirse en la menos conflictiva Facultad de Teología Católica de Ratisbona huyendo de lo que había padecido durante la revuelta universitaria de Mayo de 1968), no hubiera sido promovido al episcopado, y toda su vida hubiera transcurrido como la de un presbítero dedicado a su cátedra de teología.

Respondo ya a tu crítica, bastante bien fundada por cierto. Me reprochas haberme excedido injustamente por equiparar los “guetos”, de los que Ratzinger habló en 1969, con las “minorías creativas”, de las que habló en 2004. Creo sinceramente no haberme equivocado haciendo esta equiparación por las siguientes razones, entre las que se encuentra el ya mencionado cambio ideológico, que fue parcial, pues cien por cien Ratzinger no cambió del todo a partir de 1969. El suyo no fue un “giro copernicano”, y todo su pensamiento teológico guarda bastante coherencia interna a pesar del paso del tiempo. El suyo fue un giro hacia un más consistente conservadurismo, lo cual le vino muy bien para iniciar entonces una carrera eclesiástica superbrillante porque también en esa dirección conservadora se orientaban los últimos años de Pablo VI y todo el pontificado de Juan Pablo II.

A partir de 1981, el cardenal Ratzinger se trasladó de Munich a Roma porque fue nombrado por el Papa Juan Pablo II prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Desde entonces trabajó prestando un servicio fiel a un largo pontificado que promovía al máximo una variada serie de nuevos movimientos laicales (el Opus, los Legionarios de Cristo, el Camino Neocatecumenal, Comunión y Liberación, etc.), caracterizados por su conservadurismo teológico y disciplinar, por sus buenas relaciones con el neoliberalismo triunfante en occidente tras la caída de la Unión Soviética y también porque muchos de esos movimientos funcionan en su régimen interno, cada uno a su estilo, de acuerdo al esquema psico-sociológico de “guarderías de adultos”. Ese es el motivo por el que, si no me equivoco, cuando Ratzinger, siendo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, habla de “minorías creativas”, debe de referirse a esos movimientos laicales, ¿a cuáles, si no a esos? Me parece que contextualizo bien el discurso teórico de Ratzinger aplicando su teoría de la historia a la praxis pastoral que Juan Pablo II, el “jefe” de Ratzinger, promovió con ahínco en todo su pontificado pensando que esos movimientos laicales daban con la clave eficaz de la “Nueva Evangelización”.

Tú, querido Daneel, comentas que has conocido en la vida de la Iglesia otros movimientos laicales que no se adecuan al patrón de las “guarderías de adultos”. También yo los he conocido. Uno de ellos, por ejemplo, son las denominadas “comunidades de base”. Pues bien, durante el pontificado de Juan Pablo II, este tipo de comunidades fueron despreciadas por la labor pastoral que ese Papa impulsó. El cardenal Ratzinger, en calidad de prefecto de la mencionada Congregación, publicó dos documentos doctrinales criticando la Teología de la Liberación, que, como sabes, está en la base de las “comunidades de base”. Por ese motivo, no creo equivocarme al pensar que, cuando Ratzinger habla en 2004 de “minorías creativas”, excluye de éstas a las “comunidades de base” y a otros movimientos laicales más o menos semejantes e incluye a aquellos que en Opuslibros llamamos con mayor o menor acierto “guarderías de adultos”.

¿Cuál es, a mi modo de ver, el problema ideológico de Ratzinger? Te advierto que paso a exponer una opinión personal, discutible y bastante matizable. Es totalmente cierto que las comunidades cristianas de los primeros siglos de la Iglesia (del siglo I al IV) actuaron, de acuerdo a la visión historiográfica de Toynbee, como “minorías creativas”, y la mejor prueba de ello fue la cristianización del Imperio Romano a lo largo de los siglos IV y V y la cristianización de los posteriores reinos de Europa en la Edad Media. Pero no deberíamos olvidar que las primeras comunidades y la acción de los así llamados “Padres de la Iglesia” de la antigüedad cristiana se situaban en las antípodas de la estrategia pedagógica de una “guardería de adultos”. En aquellos siglos fueron los judíos quienes, tras la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C. por el ejército imperial romano, se recluyeron adoptando el patrón de “gueto” o sinagoga cerrada, a diferencia de las comunidades cristianas que entonces se expandían como semillas en un campo fértil, no sin dificultades, es cierto, pero echando raíces profundas por doquier.

Por su parte, Ratzinger sueña que un nuevo proceso de recristianización va a germinar en el futuro próximo de la sociedad europea y occidental. Pero sinceramente creo que, aun siendo una bellísima persona, se equivoca, pues con “guarderías de adultos” o con actitudes más o menos próximas a un talante inquisitorial, que, como sabes, aún no existía en los cuatro primeros siglos de la Iglesia, no se va a ninguna parte en el mundo contemporáneo: sólo se va a la constitución de “guetos” endogámicos, incapaces de cristianizar el mundo circundante. Por primera vez en la historia de la Iglesia, gracias a Juan Pablo II y sus colaboradores (o, dicho con mayor precisión, gracias a la larga influencia del integrismo católico desplegado en los siglos XIX y XX), se corre el peligro de que en el siglo XXI los católicos nos comportemos como hicieron los judíos hace unos dos mil años, enquistándonos en la sociedad.

Ratzinger desacierta soñando con que los actuales movimientos laicales van a causar en la sociedad el mismo efecto evangelizador que las comunidades cristianas de los cuatro primeros siglos. No es capaz de ver la inmensa diferencia de estos dos contextos históricos, y probablemente no la ve a raíz de sus vivencias personales originadas en la crisis europea de Mayo de 1968. Sigue soñando, en conformidad con Juan Pablo II, con que, con ese tipo de movimientos laicales, se logre una transformación radical de la sociedad. Yo, a partir de mi experiencia opusina, opino lo contrario, y de momento la historia presente me está dando la razón: a los hechos me remito. Mientras Ratzinger teoriza ilusoriamente inspirándose en las “minorías creativas” de Toynbee, Europa se descristianiza a pasos agigantados y los católicos vamos rumbo al “gueto”.

De este gravísimo riesgo la Iglesia sólo se podrá salvar, si la línea pastoral del Papa Francisco acaba aplicándose bien a fondo en toda ella para que las verdaderas minorías creativas, carentes de todo tipo de integrismo, actúen con eficacia evangelizadora. Urge que sea así lo antes posible.

Espero haber respondido bien a tus preguntas, Daneel. Si no, sigo a tu disposición. Recibe un abrazo cordial de

Giovanna Reale




Publicado el Friday, 06 December 2013



 
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