A la carta de Dudas así como de otras tantas personas que se encuentran atribuladas en el predicamento de la la duda de "vocación" quisiera hacerles la siguiente reflexión: ¿Se la puede considerar como "la noche oscura" al modo de San Juan De La Cruz? Este santo con justicia la denomina "noche" porque "no ve" debido a la oscuridad en los sentidos, potencias internas y apetitos. Sin embargo, tiene la plena certeza que es una prueba de Dios y de los bienes espirituales como fruto de su perseverancia. No existe ningún tipo de agrado externo por lo espiritual pero sí el convencimiento de su procedencia divina.

Caso distinto es el de la depresión psiquiátrica, donde hay un motivo o acontecimiento desencadenante - no así en la "noche" - y tanto el intelecto como el corazón y el cuerpo se ven alterados fisiológicamente por la disminución o ausencia de producción de sustancias propias de nuestro organismo. Se manifiesta en apatía, tristeza, pesimismo y conductas y deseos auto destructivos. En la depresión se pierde la afectividad por uno mismo y todo lo que hace. No es "noche" porque tiene un inicio definido y la presencia sensible de Dios, aunque distorsionada, está presente. Inclusive algunas personas acuden al suicidio o la castración como alternativa - totalmente torcida - para seguir cumpliendo la voluntad de Dios tal como la perciben desde esa fisiología alterada.

Aclarado esto, la duda vocacional al Opus Dei puede ser inicio de una depresión y pocas veces "noche". Me explico. La estrategia proselitista de la Obra está marcada por tres puntos cardinales: el acto de fe que la Obra es de Dios, que existe un "llamado" divino y un grupo de personas representantes de esa divina voluntad. El meollo del asunto radica en la praxis para introducir estos tres pilares en nuestro ser: el plano inclinado y el "compelle intrare".

El primero es la repetición constante de lo mismo. Fijar en nuestro cerebro mediante las prácticas de las normas y la formación inicial estos pilares. Casi no hay diferencia con el método de captación que emplean también las sectas. La única diferencia es que la Obra dice de si misma que es instrumento fiel e imperiosa necesidas para la Iglesia Católica. No manifiesta al inicio las incompatibilidades ya que solamente se podrán conocer cuando el individuo es despojado de su libertad. Entonces, la duda vocacional, no es sino fruto de la confusión e incongruencias institucionales. Son manifestación de cierta capacidad de recuperación de la individualidad y libertad personal. Este conflicto puede desencadenar alteraciones depresivas y ser confundidas como "noche". En la mayoría de los casos es una reacción natural a modo de náusea cuando se ingiere algo tóxico. La experiencia me ha enseñado que es de vital importancia que la persona afectada tome una postura defensiva ante los representantes divinos: filtrar sus órdenes y actuar por libre. Algo que en la Obra denominan como tener "mal espíritu" o ser poco dócil. Luego, recurrir al consejo de personas ajenas a la institución (los llamados "malos pastores") para purgar la conciencia. Estas personas pueden ser un buen amigo o amiga o ex, un familiar o un psicólogo. Si la depresión está diagnosticada no acudir a los médicos de la Obra ya que no les importa resolver la causa sino mantener a la persona en estado vegetativo. La situación no es para nada fácil. La aparente "noche" no es sino que se ha dejado de ser esa "lámpara permanentemente encendida" (ref. Analogías de Escrivá). Una "lámpara" avivada a fuerza de inyectarle gas incapaz de iluminar por si misma.

Nicanor nicanor.wong@gmail.com