He leído el artículo de Gervasio (02-6-2014) sobre la carrera eclesiástica de Escrivá, pero como no termino de ver claro parte de esos planteamientos, me decido a lanzarme al ruedo otra vez, para ver si conseguimos precisar este tema. Trataré de hacerlo de manera esquemática para seguir una línea argumental.  Antes de continuar, he de plantear unos asuntos previos que me parece conveniente tener como referencia para analizar este tema...

1) Considero que Escrivá era una persona piadosa en la época en que se plantea ir al seminario.

2) A esa edad es bastante probable y normal que esa piedad sea inducida por la familia y no el resultado de una íntima conversión o afirmación personal.

3) En las declaraciones de Escrivá puede haber montajes argumentales que induzcan a ciertas conclusiones, pero no considero que diga mentiras directas; es decir que la literalidad suele ser cierta, aunque no lo sea la conclusión que se pretende sacar.

Apoyándome en la literalidad de las afirmaciones de Escrivá y en otros varios datos y pincelas dispersas que aparecen en las biografías, me parece que procede decir que no quería ser sacerdote, ni para la carrera sacerdotal normal ni para la carrera eclesiástica (le repugnaba ser sacerdote). Lo que implica decir que no parece que tuviese mucha inclinación por ir al seminario; pero en todo caso ¿Quién le convenció a que se metiese en una carrera de excelencia eclesiástica, es decir: en una “carrera eclesiástica”? ¿Es posible que hubiese variado radicalmente su antigua negativa a esa vía (nada explica del cambio), o simplemente estaba solamente convenientemente dispuesto hacia esa carrera (convencimiento de conveniencia)?

Me parece bastante posible (ha ocurrido en otras muchas personas) que hubiese dos pareceres en la familia. Por un lado debería estar el padre hablando con Josemaría sobre los posibles estudios que podría seguir (se citan largas conversaciones antes de la decisión de ir al seminario: verano de 1917). Por otro lado la madre debía de ver más claro, era más acorde con su piedad, el que Josemaría iniciase la carrera eclesiástica. También tenía muy clara la ruina económica familiar; ruina total, por la que habían tenido que irse de Barbastro a Logroño. También me parece bastante plausible que el padre hubiese cedido a la pretensión materna, ya que era muy consciente de su situación económica. Lo que no quita para que cuando Josemaría le dice que se decide ir al seminario, le cayesen unas lágrimas por las mejillas y le dijese los conocidos asuntos: «Si no vas a ser un buen sacerdote, ¿para qué quieres serlo?» «Yo no me opondré» «Estudiarás también Derecho».

El hecho es que Josemaría ingresa en el seminario, pero en un determinado momento parece que cambia de opinión; quiere dejar la carrera eclesiástica y empieza la de Derecho, los estudios que parece le había recomendado su padre años antes ¿o quizás sea algo que ya tenían decidido realizar desde el inicio? (Está claro que quería dejar el seminario. Recuérdese la afirmación: «…si no hubieses estorbado mi salida del seminario…»). En definitiva, lo que ocurre es que se matricula en Derecho cuando todavía le quedan por superar dos cursos en el seminario. Hay un dato, que siempre se plantea casi como anecdótico, pero que me parece esencial para inclinar el juicio hacia la consideración de que probablemente la decisión de dejar el seminario estuviese presente desde el inicio.

El dato es el enfado de su tío Carlos Albás, el deán de la catedral, en el curso 1923-1924. Enfado dirigido esencialmente hacia la madre de Josemaría, lo que la identifica como culpable de un engaño mantenido sobre la intención de Josemaría respecto al sacerdocio (o a la carrera eclesiástica). Si la intención de dejar el seminario fuese personal de Josemaría, no se hubiese enfadado tanto con la madre (no va al entierro de su marido. La expulsa a empujones cuando quiere visitarle en su casa…). En este hecho se evidencia que todos han jugado al engaño con el deán para conseguir ciertos asuntos.

Recordemos: Su tío figura en la documentación como responsable de Josemaría en el seminario; le consigue media beca; consigue que sea nombrado inspector en el segundo año de su estancia en Zaragoza, lo que suponía un pequeño sueldo y ausencia total de gastos por parte de la familia. Gervasio (también Jaume García Moles), plantea dos asuntos por los que considera que Escrivá varió de rumbo cuando ya estaba en el seminario y se decidió a estudiar Derecho:

1) El asesinato del cardenal Soldevila desbarata los planes de Escrivá, ya que el cardenal le conocía y parece que le tenía simpatía; era, digamos, su valedor.

2) Si quería estudiar Derecho podía haberlo hecho desde Logroño, matriculándose por libre.

Sobre el primer planteamiento, me parece que hay dos asuntos que no concuerdan con él: Por un lado, Josemaría ha tenido que matricularse en Derecho antes del asesinato de Soldevila (como alumno libre, en la primavera de 1923, y al cardenal lo asesinan el 4-6-1923). Por otro lado, si Josemaría hubiese estado dirigido al sacerdocio y a su “carrera eclesiástica”, la muerte de Soldevila solamente era un cierto contratiempo; ya que igual que su tío había influido en Soldevila a favor de Josemaría, podría haber seguido influyendo en el siguiente obispo. De hecho, lo que le afean a don Carlos era su intención de que Josemaría hiciese “carrera eclesiástica”.

Sobre el segundo argumento, he de decir que tampoco me parece muy posible que pudiese estudiar Derecho como alumno libre desde Logroño: No, sin una notable dificultad académica; a la que hay que añadir la dificultad económica: los gastos de profesores o tutores, de viajes, de periodos de estancia en Zaragoza (más gastos). Hay que volver a recordar la situación económica de su familia y la social de la época, y considerar también el hecho de que, aunque Josemaría llevaba dos años como inspector del seminario (lo que suponía la total descarga económica para la familia), cuando muere su padre tienen que pedir dinero prestado para el entierro. Y lo que es también importante a considerar es que cuando se decide a estudiar Derecho también podía haber dejado el seminario y no lo hizo. Entre otros asuntos, hubiese tenido más tiempo para estudiar.

Estoy bastante de acuerdo con lo que plantea Gervasio sobre la “carrera eclesiástica” de Escrivá, pero solo como el señuelo que la familia Escrivá (la madre en especial) empleó para conseguir un sucedáneo de apoyo económico, por medio de su hermano el deán. Me parece mucho más plausible (me parece que los datos confluyen en ello) que su estancia en el seminario haya sido, desde el principio, solamente una vía para otros fines. Lo confirma el hecho de que no deja el seminario cuando se matricula en Derecho y también el que se aprovechase de su estancia en el seminario en el curso 1924-1925, en el que podía dedicarse intensivamente a la carrera civil, ya que seguía siendo inspector del seminario (el tema económico resuelto). En ese curso, no se requería su ordenación como presbítero, necesitaba todavía cumplir la edad canónica (enero de 1926). Si había decidido dejar el seminario (según sus declaraciones) parece que decidió hacerlo más adelante, después de terminado el curso, y después proceder a pedir las dispensas correspondientes para no seguir con la carrera eclesiástica.

Muchas personas, en España al menos, han seguido el camino del seminario como medio de promoción social o como sistema para realizar unos estudios que por otros medios no hubiesen conseguido. Esto ha sucedido con frecuencia en épocas pasadas y en el siglo pasado hasta (aproximadamente) la década de 1950. No tengo nada en contra de esas personas (en general niños y adolescentes), que persuadidos por sus padres, eran encaminados hacia el seminario. Unos seguían y eran ordenados sacerdotes y otros se salían del seminario y, en general, encontraban un adecuado acomodo social gracias a la formación recibida en el seminario. No hay que ponerse demasiado puristas, cuando la situación social y las perspectivas de futuro se presentan extremadamente difíciles o imposibles.

También hay otros asuntos bastante interesantes a dilucidar en la vida de Escrivá, pero no es el momento, por ejemplo, los motivos que estorbaron su salida del seminario (tal es su afirmación), o bien, plantearse cuándo se reconvirtió a su labor sacerdotal (que considero fue el 02-10-1928).

Job Fernández