Tras diez años sin tener noticia del numerario de la secta (ahora, al parecer, sacerdote numerario) que "me ayudó a descubrir mi vocación de numerario de la secta (bueno, miento, a los cinco años o así, recibí un email suyo para pedirme un donativo para la secta), he recibido, hoy mismo, una llamada suya (me pregunto cómo tendrá mi número y me tienta denunciarle a la Comisión de Protección de Datos). La conversación fue más o menos así, obviamente omito nombres y datos personales:

- Numerario de la Secta: ¿Resopón?
- Yo: Sí, ¿quién es?
- Numerario de la Secta: Soy XXdeX
- Yo: ¡ah! ¿Y qué puedo hacer por ti?
- Numerario de la Secta: sí, mira, que estoy pasando unos pocos días en España y me gustaría mucho quedar contigo para vernos y charlar.
(…)
- Numerario de la Secta: ¿te parece bien que quedemos este mismo sábado?
- Yo: mira XXdeX, quisiera dejarte algo claro para siempre. Si algún día dejas la Secta y te encuentras en la calle, sin sueldo, sin techo, sin Seguridad Social y viendo como tus hermanos de la Secta cruzan de calle para evitarte, entonces llámame ese día y en mi casa no te faltará una cama y un plato de sopa. Mientras tanto, considero una pérdida de tiempo que quedemos para que tú me pidas dinero y me cuentes milongas para seguir diciéndome, como me dijiste la última vez, que no tengo derecho a recibir un certificado por los estudios internos realizados en la Secta. Más o menos, ¿me comprendes?
- Numerario de la Secta: bueno, pues te deseo mucha suerte y que sepas que te voy a encomend…
- Yo: adiós, adiós.

El problema de los numerarios de la secta es que se siguen creyendo al pie de la letra esa estupidez que dicen las publicaciones internas que, quienes no perseveran en la secta, pueden continuar financiándola porque no se puede dejar de amar lo que antes amaron.

¡Qué a gusto me he quedado, oiga!

Resopón