Orange,

Si la universidad de Navarra (UNAV) está en el ranking medio 525, no es una mala posición para una universidad de provincias, con todo el respeto a Navarra. Si la clínica universitaria de Navarra (CUN) está en una posición global de 212, tampoco es una mala posición. Supongo que los varemos que utilizan para valorar las posiciones son muy relativos. Lo que sí podemos decir que la universidad de Navarra, no es una mala universidad y la CUN, un buen centro hospitalario. Pensad que el mecenazgo en España, no está para tirar cohetes, y para llegar a buenas posiciones en los rankings se necesita mucha pasta, para la inversión creciente en equipos materiales y humanos, infraestructuras, etc.

Repito, dentro de lo que cabe, la UNAV y la CUN, no están mal. Aparte de las burbujas, las aldeas opusinas, numerarios avocacionales, la presión apostólica, el totalitarismo ideológico… etc, que no lo quiero tocar, que daría para gastar un camión de tinta.

Lo que sí que es preocupante, es lo del IESE, la posición 7 de las escuelas de negocio mundiales. ¿a qué nos han traído las escuelas de negocios? A una CRISIS apabullante. Los casos de éxitos de antaño es la crisis actual, o si no recuerden el refrán castellano, “de aquellos polvos vienen estos lodos”, la cara y la cruz de la misma moneda. No digo que el IESE tenga la culpa de todo, pero ahí está con su “filosofía”. Y ahora vienen las preguntas al IESE, si sois tan “buenos”, ¿Por qué hemos llegado hasta esta situación tan paupérrima? , ¿Por qué apoyasteis la globalización atroz?, ¿Por qué no nos sacáis de esta crisis? con vuestros éxitos, ¿Por qué aplicasteis un modelo obsoleto? Pensad que la economía es para el bien del hombre y no al revés.

Para mí, TODAS las escuelas de negocio han perdido TODO EL PRESTIGIO, incluida el IESE. No son ninguna referencia mientras no den soluciones, reales y aplicadas y que funcionen.

Hace un tiempo, años, que estuve en Barcelona, y vi de refilón el nuevo IESE, y vi mucho cristal y poca sostenibilidad, en el sentido ecológico. Y dije “tate”, están fuera de nuevos valores, siguen amarrados a los valores de antaño. Incapaces de adaptarse para remediar los nuevos escenarios a que el mundo y la ambición humana nos llevará.

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