Hola Esquivias:

Yo también he estado años en el Opus y he sido directora en centros y ciudades varias, y he trabajo con empeño en ello buscando dar a mi vida una mayor entrega a la causa de Jesús, que pudiera contribuir a conseguir un mundo mejor.

Es verdad que entre lo que me ofrecieron y lo que encontré, el desencanto fue grande y por eso salí, y publiqué mi testimonio (uno de los primeros que salieron y por lo que he sido sometida a ataques nada pequeños, que también he dejado publicados) simplemente para que mi frustración pudiera servir de información a los que venían detrás. 

Nunca fui a la Obra para tener una situación laboral determinada, ni para asegurarme una pensión para la vejez. Nunca fui a cobrar un salario sino a dar y a darme.

Cuando salí les pedí que me ayudaran a conseguir un trabajo, ya que mi currículo quedaba todo dentro, y me dijeron que ellos no eran una agencia de colocación, lo que lógicamente me dolió. Me pareció muy duro pero a la vez entendía que no era sino una evidencia más de la deshumanización o planteamiento, a mi entender, nada cristiano y que de hecho era lo que me había llevado a dejar la institución.

Es verdad que hay muchas cosas que mejorar, como las hay en todas partes, en todos los grupos, en todas las familias.., muchas causas por las que trabajar por el bien de todos, pero lo que sí te puedo asegurar es que nunca he ido por la vida con “careta”, que  siempre he buscado “razonar” lo que aporto y que no he utilizado el menor “anonimato”, como lo han hecho y lo hacen muchos en este caso de la Obra, suficiente como para que intentaras evitar la generalización despectiva que haces (según expones los términos  aludidos), dando a entender que solo la tuya es la manera de plantear algo con sentido.

Por eso me permito este comentario sin más objetivo que el de expresar mi respeto a los que prefieren evitar y evitan su nombre (que no su testimonio) aunque solo sea para  impedir que les hagan más daño, o para que no afecte a un entorno que no quieren implicar. Además de porque se me ocurre que sería buena una mayor delicadeza por tu parte para con los que, simplemente, nos movemos en  un orden de valores distinto, ¡que lo hay¡

María Angustias Moreno