A propósito de las opiniones de Isabel Sala del 5/01/2015, quisiera recordarle que expuse mi opinión sobre este mismo tema el 18/08/2014 cuando manifesté en Opuslibros mi plena Solidaridad con los cristianos perseguidos. Como se puede comprobar leyendo mi escrito, estoy de acuerdo con las breves declaraciones del papa Francisco, dichas en una rueda de prensa en el avión durante su viaje de regreso de Turquía, con las que Isa disiente.

El papa tiene el suficiente sentido común como para distinguir distintos grados o niveles de maldad dentro del variopinto mundo de los fundamentalismos religiosos, y no es su intención equiparar ni identificar ni poner al mismo nivel el actual comportamiento de los integristas católicos con el de los radicales islamistas, descaradamente salvaje. Lo que el papa Francisco desea es lo mismo que plantean la ONU y otras organizaciones internacionales promotoras de paz y justicia, cuando piden a todas las religiones que, adoptando una ética mundial de paz, permitan una convivencia pacífica entre todos los pueblos del planeta. Ninguna religión, tampoco la católica, queda excluida de esta exigencia ética, y es bueno que el romano pontífice lo manifieste públicamente de vez en cuando.

Además, es prudente por parte del papa que, mientras critica los abusos del fundamentalismo islámico, señale defectos análogos (no idénticos) que se den entre los católicos, porque, como enseña el Evangelio, no es justo ver la paja en el ojo ajeno sin darse cuenta de que se tiene una viga en el propio. Siguiendo esta máxima evangélica, las declaraciones del papa ganan en sinceridad y, por tanto, en credibilidad. No tiene sentido interpretarlas de manera reduccionista o capciosa como hace Isa. Tampoco pasa nada por reconocer la evidencia: que, a lo largo de la historia pasada y en el momento presente, en la Iglesia ha habido y hay movimientos fundamentalistas. La verdad es la verdad, y el papa hace bien en no ocultarla.

Y termino con la idea más importante que quisiera resaltar. Cuanto más reconozcamos que en nuestras filas se da el fenómeno del integrismo, merecedor de extinción total, tanto mejor será la labor evangelizadora de la Iglesia católica en el mundo. Otro motivo para apoyar las palabras del papa, responsable máximo de la evangelización, pronunciadas en aquella rueda de prensa.

Giovanna Reale