Parecería que después de tantos y tantos siglos de cultura y refinamiento humanos, Tatita Dios no aprende… Desde el principio fue así y, según parece, no piensa cambiar… Con tanto pincel fino, letrado y erudito que había en el mundo, va y elige a doce brochas gordas, a cual más tosca y ruda, incapaces de “distinciones, matices, categorizaciones precisas, conceptos”…, y de entre ellos, elige al más tosco de todos renombrándolo “Piedra” -para que no quedaran dudas, y que “dice mucho de la capacidad intelectual que es de esperar de un Papa” (como apunta agudamente JaraySedal)-, y lo convierte en Jefe de Su Iglesia.

Y no hubo silogismo categórico, ni sofisma, ni argumento metafísico, ni tercero excluido, ni vía negativa, ni argumento ontológico, ni petición de principio, ni reducción al absurdo, ni subtilissimae quaestiones, ni quaestiones disputatae, ni respondeo dicendum quod, ni concedo sed distinguo, ni recurso al oxímoron, ni regla de tres compuesta, ni reproducción cariocinética, ni fotosíntesis, ni raíces adventicias, ni raíz cuadrada, ni primer principio, ni última causa, ni principio de incertidumbre, ni estructura atómica, ni cálculo de probabilidad, ni lógica de relaciones, ni administración de empresas, ni número negativo, ni número primo, ni vivace ma non tropo, ni fuga, ni re sostenido, ni hipotenusa, ni triángulo escaleno, ni summa cum laude, ni ley, ni doctrina clara y distinta, que pararan a estas brochas gordas que se extendían como grasa derretida por todo el mundo, destrozando prejuicios, alterando la lógica, el tiempo, la geografía, el centro de gravedad, y las matemáticas, en las que el número más grande ahora era el “cero”, y el “primero” era el “último”.

Y –parafraseando a JaraySedal-: “así de sorpresa en sorpresa y con un lenguaje más que llano pon[ían] en cuestión toda la doctrina y praxis” . Un verdadero escándalo para los oídos, para la razón y para el buen gusto. Y hoy, Tatita Dios insiste con la brocha gorda… ¡Se ve que le gusta! Como decía JaraySedal: “Esperamos más sorpresas”. ¡Vaya uno a ponerle tranqueras al Viento!... Como Patrón que es de estas pampas, “sopla donde quiere, y nadie sabe de dónde viene ni adónde va”… ¡Qué va a hacer! ¡Es así nomás!... Se ve que los gustos de Tatita Dios no son tan refinados como los nuestros... Que de tan “refinados”, ¡ya son “finados al cuadrado”!

Pampa Salvaje