En los últimos meses se ha discutido en Opuslibros sobre la homosexualidad. Como bien dijo Ramón (6.03.2015), esta página web no tiene como finalidad discutir sobre la homosexualidad en sí misma, aunque aquí se pueda hablar de ella cuando entra en relación con la Obra de Escrivá. Mi aportación de hoy tan sólo desea advertir que lo acaecido hace pocas semanas en la Universidad de La Sabana, según informó Sebas el 16.02.2015, no es un suceso excepcional en la historia reciente del Opus. También en España, en los últimos años, han acontecido situaciones similares que a continuación me limitaré a recordar. Y es que, como apunté en una aportación del 14.03.2012 (Breves consideraciones sobre la ideología actual del Opus Dei), uno de los apostolados que los miembros de la Obra de Escrivá realizan en la actualidad, en apoyo de la “buena doctrina” establecida por la jerarquía de la Iglesia Católica y en la lucha contra los males del laicismo, consiste en dedicarse profesionalmente a la bioética –formando parte de asociaciones de bioética muchas veces– con el fin de defender la “buena doctrina” desde los foros sociales o cívicos en que los escrivarianos trabajan.

Sin afán de ser exhaustivo, quisiera recordar dos intervenciones de dos expertos españoles en psicología y en bioética, concretamente de un numerario y de una numeraria del Opus. Públicamente sostuvieron la doctrina oficial de la Iglesia sobre la homosexualidad (Catecismo de la Iglesia Católica § 2357-2359) en sendas intervenciones relacionadas con su trabajo profesional. Aunque ellos no citaron de manera explícita el mencionado Catecismo, sin embargo es indudable que la doctrina oficial de la Iglesia era un presupuesto ideológico de sus respectivas actuaciones.

El primer caso que deseo recordar es el del psiquiatra Aquilino Polaino que, a requerimiento del Partido Popular, intervino ante la Comisión de Justicia del Senado impartiendo el 20 de junio de 2005 una conferencia sobre aspectos psicológicos de las personas homosexuales. Sus palabras resultaron tan desagradables a la sociedad española, que incluso el Partido Popular se desmarcó de las tesis del señor Polaino, matizando que una cosa eran las opiniones del psiquiatra y otra las del Partido, que no tenían por qué coincidir con las del experto. Supongo que el PP acabaría arrepintiéndose de haber requerido los servicios del mencionado numerario del Opus. Releamos el escrito La movida de Apolonio Quilano (Fischer y Brian, 22.06.2005).

El segundo caso es el de una numeraria que trabaja de profesora de bioética en la Universidad Católica “San Antonio” de Murcia, Gloria Tomás, la cual intervino el 31 de marzo de 2009 en un congreso de bioética en la Universidad de Alicante. La profesora Tomás indignó al público que la escuchó por haber dado unas explicaciones nada científicas acerca de las causas de la homosexualidad. Merece la pena ver y escuchar el vídeo de su intervención en aquel congreso universitario porque nos puede ilustrar acerca del poco rigor con que algunos católicos abordan ¿profesionalmente? la cuestión de la homosexualidad con el fin de difundir la “buena doctrina”. Las causas que pueden provocar la homosexualidad son, según la profesora Tomás, tres: 1ª) la experiencia de un uso fallido o torpe de la sexualidad que frustra al chico en la adolescencia, y éste, acomplejado, se cree equivocadamente que es homosexual; 2ª) enfermedad por no haber alcanzado la debida proporción de los sexos y, al igual que otras enfermedades, podría sanarse; 3ª) algún tipo de perversión sexual practicado en la adolescencia.

Simplemente quería traer a nuestra memoria estos dos eventos de 2005 y 2009 para relacionarlos con el más reciente (2015) de la Universidad de la Sabana. Los tres responden al mismo patrón de actuación y a la misma motivación, ya que este es uno de los servicios que los miembros del Opus prestan a día de hoy a la jerarquía católica en su combate contra los males del laicismo y contra el proceso secularizador de la sociedad. Esos numerarios y numerarias reciben duras críticas por parte de la sociedad civil, pero cumplen con lo que los directores del Opus esperan de ellos, a saber, que los obispos católicos estén contentos con los servicios que la Obra de Escrivá presta a la jerarquía episcopal en el terreno de la “buena doctrina”. El Opus siempre busca sus intereses institucionales (en este caso, intereses en el ámbito eclesiástico); lo que menos le importa son las personas y, si son homosexuales, aún menos: inexpertos acomplejados o enfermos sin la debida proporción de sexos o pervertidos sexuales. Y, mientras tanto, bastantes obispos –no todos, por suerte– están satisfechos con la Obra de Escrivá, ya que esos numerari@s cumplen bien sus encargos.

Josef Knecht