Cuando le pregunté a una ex auxiliar por qué no escribe lo que vivió en la obra, me dice que tiene miedo, que en su ciudad hay muchos centros, el sacerdote de la iglesia simpatiza con la obra... y aun le duele tanta humillación que vivió.

Todas las alumnas que vienen a las escuelas de capacitación en el servicio domestico, (aunque ahora les cambian el nombre para que suene mas moderno, creo que les dicen empresas de servicio), no llegan felices para trabajar de sirvientas, llegan con promesas de estudiar, de progresar. Muchas madres han trabajado duro en esos menesteres, quizá porque no han tenido la oportunidad de estudiar, y quieren que sus hijas tengan una vida mejor. Su madre la envió a ese colegio porque una numeraria le habló bonito acerca de todo lo que iba a aprender allí, que podría seguir estudiando la secundaria ¡y después lo que ella quisiera! Y que tendría su dinero.

Al cruzar la puerta, vas directa a ponerte tu uniforme para trabajar en las tareas domesticas. Ella me comentó que no sabe còmo, poco a poco, la fueron llevando a misa. Si no se levantaba por la mañana, su amiga le tiraba la manta al piso y le decía ¡minuto heroico floja! Algunas veces le mojaba la cara con un vaso con agua... santa coacción. Asi iba su vida hasta que pitó, a los 14 y medio pero siempre ella insistía en seguir estudiando.

En la misma ciudad ella tenia una hermana mayor que siempre la visitaba y aconsejaba, y por supuesto se enojo mucho cuando ella pitó. Ella fue feliz porque estaba convencida de que era lo que Dios quería para ella, pero siempre quiso estudiar, nunca aceptó ser auxiliar para siempre. La directora no la escuchaba, se sonreía, decía que la vocación no se toca, y lo de siempre: que sus padres ganarían el cielo con su fidelidad.

Hay muchas cosas buenas cuando recién pitas, sobre todo chicas de tu edad, hay más libertad hasta que empiezan a exigirte mas y mas. Viendo que lo de ella ya estaba planeado, decidió irse y la mandaron a otra ciudad por la noche para que su hermana ni se enterara, al otro día la podía llamar cuando llegara, le dijeron.Nadie tenia celular aun. Al mes empezó a sentirse mal, no podía dormir. Muy cansada de sus horas parada en el planchero, la directora le empezó a dar unas pastillas para dormir que la atontaban tanto que se dormía en Misa. Llamó a su hermana que la fuera a buscar porque se quería ir y no la dejaban. Su hermana las amenazó con llamar a la policia por retener a una menor de edad. Al otro día ya estaba con su madre y hermanos! Hoy trabaja como Periodista en uno de los diarios mas importantes.

Lawrence