“Tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; FUI FORASTERO Y ME ACOGISTEIS..." (Mt, 25 35).

Siguiendo el Evangelio, la reacción del Papa Francisco, ante la avalancha de refugiados ha sido muy clara: ha ofrecido las instalaciones de la Iglesia a estas personas: "Que cada parroquia, cada comunidad religiosa, cada monasterio, cada santuario de Europa, hospede a una familia, comenzando por mi diócesis de Roma... me dirijo a mis hermanos obispos de Europa, verdaderos pastores, para que en sus diócesis atiendan mi llamamiento....". (Francisco, alocución, 8/9/15). Esto obliga a todas las instituciones de Iglesia Católica incluido el Opus Dei (cuya máxima autoridad es un Obispo -el de Cilibia-). Ya hay muchas diócesis e instituciones de derecho particular en la Iglesia, que han empezando a trabajar en lo que el Papa ha ordenado.

¿Qué hace el Opus Dei por cumplir con este mandato evangélico y papal? ¿Alguien ha visto familias de refugiados acogidas y atendidas en centros del Opus Dei europeos? No. No acogen a nadie. Adoptan una actitud de silencio e indiferencia. Van lo suyo. "... Le robaron todo lo que tenía y lo hirieron, dejándolo casi muerto. Y ACONTECIÓ, QUE DESCENDIÓ UN SACERDOTE POR EL MISMO CAMINO, Y VIÉNDOLE, PASÓ DE LADO" (Luc 10: 31). Eso es lo que hacen: los ven y les dan de lado.

Ramana ( 9/9/15 ), hizo una divertida parodia sobre una hipotética carta del prelado indicando al Opus Dei cómo debería atender a los refugiados. Me reí mucho porque el obispo de Cilibia y sus adláteres nunca van a escribir una carta como esa. Y sin embargo, mucho de lo que plantea Ramana en esa hipotética carta, el obispo de Cilibia tendría grave obligación de realizarlo, como el hijo obediente y ejemplar de la Iglesia que se supone que debería ser.

Escrivá, y algunos de la Obra, en la guerra civil española vivieron una situación de auténticos refugiados: tuvieron que huir porque los podían matar si seguían en zona roja. Huyeron con el apoyo y el dinero de personas a las que pidieron ayuda. Y luego, al pasar a zona franquista fueron bien recibidos e integrados. Imaginemos la cara que se le hubiera puesto a Escrivá si las personas a las que pidió ayuda ni lo hubieran escuchado. O si los franquistas no les hubieran permitido entrar en su zona. Pues eso les está ocurriendo hoy a muchas de estas gentes. El Opus Dei tiene escrito con mucho detalle en sus publicaciones históricas, que estuvo muy bien hecho y que fue una maravilla el paso de Escrivá desde la zona roja (Madrid-Valencia-Pirineos) hasta la zona franquista. De modo que sostienen que ayudar a huir y recibir con los brazos abiertos a un refugiado es algo muy bueno... siempre y cuando el refugiado se llame Josemaria Escrivá de Balaguer y Albas. Pero ¿qué hace el Opus Dei ahora que el refugiado se llama Mohammed, Rashid o Kwadwo o Gbohouo? Pues bien, hasta ahora NO HACE NADA.

Para hacer algo tendrían que acoger a estas pobres familias en las casas de retiros, en los colegios mayores, en los colegios de fomento, en Torreciudad y en todos los lujosos, cómodos y amplios centros y edificios que poseen por toda Europa; y atenderlas hasta que pudieran abrirse camino en sus vidas.

¿Cómo es posible no dedicar una mínima parte de las inmensas riquezas que el Opus Dei posee para acoger a estos desgraciados, siendo los miembros del Opus Dei obispos, cardenales y sacerdotes de la Iglesia Católica y laicos, muchos guardando el celibato apostólico, que dicen que dedican enteramente sus vidas a servir a la Iglesia "como la Iglesia quiere ser servida"?

Sólo perderían un poco de su comodidad y ganarían mucho en alegría y felicidad. Además, si lo hicieran de verdad, les lloverían las vocaciones sin necesidad de tantas charlas, círculos, parafernalias de beatificaciones, univs, romerías, listas de pitables, retiros y demás artes de pesca y captura. Y verían lo que es el apostolado por atracción, que el Papa explica cuando habla de cómo debe crecer la Iglesia, opuesto al proselitismo por coacción, que es el que ellos practican y que es forzadísimo y antinatural para la buena gente de la Obra y traumático muchas veces para los pescados. Creo que sería una revolución del amor, les rejuvenecería, les ayudaría a sentirse mejores personas, y devolvería la alegría a sus almas (y llevarían los antidepresivos, antipsicóticos y ansiolíticos a las cajas de reciclaje de las farmacias). Veamos si en el futuro, el Opus Dei se decide a obedecer al Papa acogiendo a los refugiados o prefieren ignorarlos y seguir encastillados en sus torres de oro y marfil.

Orange.

PD: ... You may say I'm a dreamer, que diría J. Lennon