Kaiser :
Para Mario
Por Mario, porque me ha conmovido, hago el inconmensurable esfuerzo de asomarme aquí y abrir mi alma. No tengo un psiquiatra para él. Tengo toda la fuerza y todo el deseo que se pueda reunir para que este muchacho, que podría ser mi hijo, salga adelante y deje el lastre que puede acabar aruinando su vida. No conozco sus circunstancias personales. Todos no tenemos las mismas; pero puedo facilitarle elementos de ayuda a partir de mi experiencia.
Yo estuve algo menos que él, desde los 16 a los 21 casi cumplidos. Todo el proceso de construcción de la personalidad adulta quedó en punto cero con la salida.
No puedo extenderme ahora, pero no descarto continuar más adelante, así como ofrezco mi dirección de correo para que le sea facilitada a Mario con el sólo propósito de servirle de ayuda.
A mí me ayudó mi hermano menor. Estaba, como Mario, en el fondo del pozo y me agarró de la mano, me sacó a la calle, me presentó gente y me fue dejando poco a poco que me soltara en el mundo exterior. Curiosamente, a ese hermano lo traté de introducir en un club de bachilleres cuando cumplió la edad. Se lo pasó pipa el tío, pero se dejó querer sólo hasta donde él quiso con la perspectiva que le daba tenerme a mí por delante.
Déjate ayudar, Mario, por alguien cercano. Ahora sí que ha llegado el momento de vivir la humildad con los semejantes.
Un fuerte abrazo. Otro día más.
Kaiser
Publicado el Wednesday, 21 July 2004
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