Hola, 

El gran Gervasio ha publicado una nota sobre las finanzas de OpusLibros, y nos recuerda que esto no funciona solo. Funciona porque una persona así lo quiere, Agustina (dicho de paso, ella es el Gran Regalo de Reyes para el colectivo Ex OD e In OD). Como nos cuenta Gervasio, ella apechuga con el trabajo y encima con los gastos. Yo confieso mi parte alícuota de responsbilidad en las "malas costumbres" que nos comenta Gervasio. Ni Jesucristo podría multiplicarlos panes y los peces si el muchacho no se los hubiera entregado.

Por eso mismo, me parece que se debería - como en cualquier otra empresa - que se publicaran resultados cuatrimestrales si no conllevara un esfuerzo adicional. A ver si así nos concienciamos de verdad y contribuimos a esta obra de justicia, en el sentido más amplio de la palabra. 

En otro orden de cosas, mandar un saludo a El Canario, esperando que los Reyes a él le traigan mejoría y compañía. El ha contribuido con un gran acervo de conocimiento de la Cosa y gracias a él se conoce parte de la intrahistoria del negocio.

Finalmente, quisiera hacer alguna observación sobre la situación del Opus Dei. El OD sufre la situación del resto de la Iglesia: en un mundo post moderno, post religioso, es difícil captar gente. Las iglesias convencionales (no me refiero al pentecostalismo norteamericano, que ganan adeptos apoyados por las mismas organizaciones detrás del Tea Party) pierden creyentes a chorros. La gente no necesita la fe en su vida, y en cuanto desaparece el control social, se debilita y muere. Esto no es necesariamente malo o malvado per se, aunque nos dé mucha pena. La parábola del sembrador lo atestigua, ya en tiempos de Jesús. Lo que el Opus no quiere ver - ni mucha jerarquía reaccionaria - es que los tiempos de la cristiandad han pasado, y hay que empezar de cero. El informe sobre las nuevas incorporaciones al Opus Dei (rebeldes, inquietas, poco constantes) es lo que ven cada día los catequistas, profesores, padres, empresarios... Es el signo de los tiempos, y con ello tenemos que contar. 

Ese es el reto de la nueva evangelización, no la prensa canallesca (que pronto desaparecerá en las redes sociales), por mucho que JPII o sus descendientes no lo quieran ver. Como dice Francisco, si no hay alegría en el anuncio del evangelio, todo dará igual. No se puede echar la culpa de eso en concreto al difunto Echevarría, aunque tenga otras muchas culpas que presentar ante el Padre para su perdón.

Que Dios os proteja en su cálido abrazo. Y de nuevo, un fuerte GRACIAS a Agustina. 

Ramón