Lo tienen muy difícil. Quieren cambiar pero no pueden. Os acordáis de "atado y bien atado" pues quisieran, pero las estructuras son tan rígidas, sus mentes tan antiguas, que quieren pero no pueden.

Quieren cambiar las formas pero ni aun dando máximas para cambiar el lenguaje son incapaces.

Atados al "buen espíritu", atados a las mismas formas de hacer oración, a los obsoletos y máximamente aburridos medios de formación, atados a una forma de vivir unas virtudes opuestas a la vida de Jesucristo que así es imposible. Tendrían que dimitir muchos vicarios regionales, directores/as de delegaciones y sobre todo jubilar a tantos sacerdotes. Pero amigos el verbo DIMITIR no se conjuga en la prelatura.

Cambios en la liturgia. Sabéis que diariamente se celebra la misa en latín, con el sacerdote de espaldas al pueblo? Sabéis que en "casa" los sacerdotes utilizan sí o sí sotana?

Cambios en la ubicación de los centros. Ya no se abren porque no hay gente, pero los recientes se ubican en los mejores y más caros barrios de las ciudades. Por ejemplo Barrio de Salamanca, La Moraleja, Pozuelo, Arturo Soria (en Madrid) sí, también hay algunos centros en Vallecas y Moratalaz, pero los habéis visto por dentro? Lo mejor de lo mejor. Y en Roma? La casa central ocupa una manzana entera en el parioli. Vamos que vendiendo algún centro de la Milla de Oro podrían abrir un comedor social. Pero que estás diciendo? Un comedor social? Donde vayan los más pobres de los pobres?

Y cambiar la estructura jerárquica de la obediencia, de la dirección espiritual. Pero, estamos locos? Y la atención a la gente mayor? Sé que muchos y muchas se quejan de soledad, de falta de cariño. Tal y como esta concebida la estructura, no hay flexibilidad posible. Otro día seguiré. Tengo muchas cosas que contar. Saludos a todos.

solitudine