Para Astrid, agradeces las respuestas que has recibido y ahora me toca a mi agradecerte. GRACIAS.
Lo que has escrito me ha ayudado mucho, me ha servido para ver que es lo que puedo hacer mejor, en que tengo todavía que mejorar.

Yo soy cariñoso, sé querer a la gente y los quiero, pero me cuesta expresar el cariño. Cada uno es como es y algunos somos mas “Asperger” que otros pero, de cualquier manera, si te has pasado un cuarto de siglo, como es mi caso o el de tu marido, intentando evitar cualquier manifestación externa o física de afecto… de alguna manera te queda.

Dentro, el cariño está “canalizado”: ¿quieres manifestar tu afecto por alguien? Haz más corrección fraterna, haz más oración por esa persona, haz algún acto de servicio, haz … haz … haz … menos mal que el haz no viene seguido por “littorio” o “flechas” (esta es broma para gente anciana que no tienes por qué entender y menos si eres nórdica).

¿Tu marido te quiere? Pues posiblemente te quiere con locura pero tendrás que dar tiempo al tiempo como para que entienda (sienta mas que entender, que tonto no es) que pasar el brazo por encima del hombro puede que no sea útil pero es lo que uno necesita en ciertos momentos. Y luego que pase de ese sentir o entender a ponerlo en práctica y después a hacerlo en forma natural. Es un proceso de años pero con paciencia y cariño verás que triunfas.

A mi me ha ayudado mucho esta página donde ves a otras personas en tu misma situación y también el juntarme con otros “naufragos” y conversar de “nuestros recuerdos”, desinflar los posibles complejos de culpabilidad (esto se consigue mejor con unas cervezas), ver que no somos ejemplares únicos, que hicimos lo que pensamos que era bueno y que podemos ser gente normal a pesar de todo. Ojo, llegará un momento en que te cansarás tu de que hablen de cosas que no entiendes o que no entiendes porqué le dan tanta importancia o de que insistan en que tu no puedes entenderlas y tu marido tendrá que recortar ese trato con otros náufragos y protestarás por otro motivos.


Novaliolapena Dices que “Cuando hicieron obras en la villa vecchia, la casa del padre y los directores, hace pocos años, el padre nos contó que le preocupaba que pudieran meter algún micrófono o similar y que extremarían las medidas de prudencia para evitarlo”.

Pues cuando yo vivía en Villa Tevere también se hicieron obras y se sacaron todos los micrófonos que había por todo el edificio y con los que se podía escuchar todo desde la Villa Vecchia. Vamos, lo normal en una familia ¿verdad?

Abrazos desde mi selva

Zartan