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 Tus escritos: Algunos pequeños cambios.- Stoner

070. Costumbres y Praxis
Stoner :

(Esta contribución la escribí hace un par de semanas y estuve pensando si enviarla o no. Por este motivo puede haber algún pequeño anacronismo).

Les cuento algunos pequeños cambios de las últimas semanas. Son divertidos y mínimamente sintomáticos. Ningún cambio del otro mundo. Pero cada pequeña modificación en la Obra cuesta un riñón. Si todo está esculpido, es difícil cambiar. Los cambios son sobre el modo de saludar al Padre, sobre el uso de chaqueta y corbata en el UNIV en Roma y sobre las calificaciones en las asignaturas internas.

 

Primer cambio...



Ya no es necesario saludar al Padre con la rodilla en el suelo y besando el anillo. Cada uno puede saludarlo como desee, mostrando veneración, afecto filial y respeto. Así como lo leen.

 

Creo que hace unos años esto hubiera significado bajar varios escalones en el nivel que tenemos que tener en Casa. No era algo meramente protocolar, sino una muestra de respeto por todo lo que significa el Padre. Y si se cambia, estamos implícitamente cambiando un poco quién es el Padre. Así lo veo yo. Cada vez que saludábamos al Padre Echevarría era con sumo respeto, rodilla en tierra y besando devotamente su anillo. Porque el Padre representa a nuestro Padre, san Josemaría, y de ahí directo a Dios. Estas muestras de respeto y dignidad son importantes por el cargo que tiene: Prelado del Opus Dei y Padre de una enorme familia sobrenatural. Y sucesor de san Josemaría y quien mejor lo representa en la tierra. Por lo tanto, rodilla en tierra era la forma más digna de saludarlo y de esta forma cuidar el espíritu y la unidad de la Obra.

 

Concedo que el cambio puede parecer una nimiedad, pero todos sabemos cómo se cuidan los detalles, las posturas, lo regulado que está todo, y más aún con respecto al Prelado. Así que si bien a alguien de fuera le puede parecer intrascendente, creo que marca un cambio de estilo de don Fernando, a quien felicito por este pequeño gesto de cercanía. La verdad es que lo veo más natural que a Echevarría.

 

El aviso con el cambio indicaba que desde hace bastante tiempo y en todo el mundo cayó en desuso la costumbre de saludar a los obispos doblando la rodilla para besar el anillo. (Si bien esta forma de reverencia “no se estilaba desde hace bastante tiempo”, don Javier prefirió que se lo siguiera saludando rodilla en tierra…). También nos dijeron que el Santo Padre prefiere que no se le salude de ese modo y que se reserve la genuflexión para el Santísimo Sacramento (don Javier prefería otra cosa…). Don Fernando consideró que san Josemaría no dejó ninguna indicación sobre cómo se debía saludar al Padre, que no debíamos distinguirnos de los demás, y que este cambio en las costumbres sociales era legítimo. Por tanto, prefiere que al saludarle no se doble la rodilla cuando se quiera besarle la mano o el anillo. Y que cada uno actúe con naturalidad y salude al Padre como desee, mostrando veneración, afecto filial y respeto.

 

Al leer el aviso, me vino a la cabeza una anécdota que escuché referida a Leonardo Polo. Me dijeron que tenía enormes dudas la primera vez que se indicó que al Padre había que saludarlo con la rodilla en tierra. Él entendía que no correspondía. Que no reflejaba el trato filial con el Padre. Vamos, estaba en completo desacuerdo. Y así lo expresó a los directores y también en público. Era vox populi. Por lo que había tensión en el ambiente la primera vez que en una tertulia tuvo que saludar al Padre. Todos estaban expectantes para ver el desenlace del encuentro. Y, para sorpresa de todos, Leonardo Polo saludó con la rodilla en tierra. Su razonamiento fue que si bien no estaba de acuerdo, consideraba que era más importante obedecer.

 

De todas formas, al mes de recibir el aviso de saludar al Padre con naturalidad, “como cada uno desee”, nos llegó otro aviso que decía que algunas personas manifestaron que no sabían cómo saludar al Padre con las nuevas reglas... Así que el nuevo aviso indicaba que lo habitual será besarle la mano o el anillo con la oportuna inclinación. O realizar el gesto pero sin llegar a estampar el beso.

 

Segundo pequeño cambio. A los que vamos al UNIV nos han dicho que no es necesario que llevemos chaqueta y corbata (Agustina nos manda saludos pero se olvidó de felicitarnos por el 50 aniversario de este Congreso…). “Vemos oportuno que la visibilidad que tiene la Convivencia del UNIV, tanto en Roma como en los medios digitales, refleje el estilo sencillo y la naturalidad de la labor con gente joven”. Bien, que éramos raros, tío. Realmente raros. Y como no somos raros tenemos que enviar una aviso indicando que no tenemos que comportarnos (vestirnos) como siempre nos enseñaron, porque no somos raros. Me parece bien el cambio, sólo que marca un poco que no hay nada espontáneo, “sencillo y natural” como dice el aviso.

 

“En este sentido, puede resultar conveniente evitar el uso generalizado de la chaqueta y la corbata entre los más jóvenes, también los eventos con el Papa y el Padre”. ¡Fabuloso! Antes estaba muy mal visto asistir sin chaqueta a Villa Tevere o a las tertulias en la Piazza dell'Orologgio en Cavabianca. (Dentro de un paréntesis, siempre me divierte las maneras de decir: “Vemos oportuno” “puede resultar conveniente”: siempre delicado, que me parece bien, pero en general son obligaciones no sugerencias: somos milicia).

 

Este es el nuevo criterio para los varones. No sé cómo será para las mujeres, pero seguro que tendrían algún criterio para “mantener un elevado tono humano” y a la vez, resultar naturales. Entiendo que dejar de lado la chaqueta y corbata en estas ocasiones “solemnes” impactará después en el uso de la chaqueta y corbata en los centros... Esta autorización para un cambio de indumentaria, si bien positiva, no es comparable a la conquista de las mujeres cuando pudieron dejar las faldas y pasar a usar pantalones. Es una mínima concesión a la normalidad, a ser como nuestros iguales. ¡Con que poco nos alegramos! ¡Si estaremos regulados y estandarizados!

 

Sé que son cambios que pueden parecer insignificantes. Pero los veo de manera positiva. Creo que Ocáriz es muy distinto a Echevarría. Más inteligente, menos fanatizado por Escrivá. Más consciente de los problemas y de la realidad. Más auténtico. Pero es una impresión a la distancia y con un mínimo trato personal directo. Rezo sinceramente por él, para que pueda poner un poco de coherencia a tanto doble discurso y engaño. Entiendo que tiene muy difícil hacer cambios, pero noto como una sensación de menos rigurosidad. Por ejemplo, acaba de romper con la costumbre de mandar una carta mensual, que estaba vigente desde hacía muchos años. Es cierto que Escrivá, si bien decía que escribía mucho en honor a su apellido Escribá, no mandaba cartas mensuales. Y de hecho creo que escribía menos de los que nos daba a entender. Vamos, que le escribían la mayoría de sus textos. Pero me voy de tema, ya volveré. Por ahora, desearle éxitos al nuevo Prelado y que podamos comenzar a sincerar muchas cuestiones.

 

La tercera noticia. A mediados de 2016 anunciaron que "razones de tipo académico" aconsejan que las calificaciones de los exámenes reflejen con mayor precisión el nivel real de los conocimientos adquiridos por cada alumno. Si algún “inspector” o lo que fuera revisaba las actas del Studium Generale del Opus Dei, vería que todos los alumnos eran unos genios: todos aprobaban las asignaturas con las máximas calificaciones. Y a continuación podría venir alguna frase de Escrivá sobre que “sus hijos son la aristocracia de la inteligencia”, “santifican su trabajo profesional, y cursan las asignaturas de filosofía y teología con la máxima responsabilidad, sabiendo que se santifican con la perfección en el estudio”. O lo que fuera. Pero nunca se hubiera dicho: aprueban todos porque hay “inflación en las calificaciones ya que no reflejan lo que los estudiantes saben”.

 

Así que ahora nos sinceramos. El que sabe poco, tiene mala calificación. Lo otro era una mentirilla, fruto del espíritu de buenos hijos de Escrivá.

 

También nos indicaron que todos los alumnos del Studium Generale tienen que saber que, por la gran importancia de los estudios institucionales, quien no haya aprobado al menos con la nota Cum Laude, conviene que se presente, después de más estudio, pero lo antes posible, a un nuevo examen. El tribunal se limitará a comunicar la nota –desde Summa cum laude hasta Probatus-, sin aconsejar al alumno que, si es el caso, se examine de nuevo para conseguir una calificación más alta. De todas maneras, si alguno que aprobó sin llegar a Cum laude se siente sin fuerzas para mejorar la calificación que le han dado, en la dirección espiritual personal cabe tranquilizarle y recordarle que no es necesario que se presente otra vez.

 

Otra noticia buena (para Haenobarbo y otros) es que en España tenemos asignaturas que se pueden cursar online. El profesor es en general catedrático en Pamplona o Roma. Entiendo que es un avance grande. Antes teníamos al (pobre) sacerdote del centro quien tenía que dictar desde Dogmática a Historia de la Iglesia Antigua, pasando por Ética o Antropología. Ahora podemos aprovechar economías de escala. Que un buen profesor prepare el curso, que responda las preguntas en un foro online, y que tenga 100 alumnos y en lugar de 5-10. También pueden aprovechar desde regiones chicas donde no hay número suficiente de alumnos cursando una asignatura interna.

 

Saludos a todos,

Stoner

 

PD: El Index de Escrivá se “eliminó”. Ya no están los libros rojos ni los cds con las calificaciones de libros. Ahora es público. Los que quieran recibir asesoramiento antes de leer un libro pueden buscarlo personalmente en http://www.delibris.org/es/




Publicado el Friday, 05 May 2017



 
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