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 Tus escritos: Algunas perlas.- Lila

076. Agregados
Lila :

He estado 26 años sin acordarme de esta gente, simplemente rehíce mi vida como Dios me dio a entender y en 26 años no me he acordado de ellos ni he hablado de ellos. Me parecía que no merecían ni mi tiempo ni mi interés ni mi recuerdo (aunque también entiendo que mucha gente escriba aquí para hacer un bien a quien lo lea o para desahogarse). Ahora he conocido esta página y me vienen recuerdos. Para mí tienen mucha validez porque tengo un 99 de memoria. A esos recuerdos los llamo perlas.

Perla 1. Una vez en un curso anual me echó una bronca tal el sacerdote en la confesión que creí que se había vuelto loco. Para que se sitúen, yo era una agregada de 20 años. Era obediente y apostólica, era piadosa, hacía todas las normas, era sincera e ingenua. Si algún brote de espíritu crítico me surgía lo reprimía. Pienso que a ningún sacerdote le justifica tratar así a nadie pero además se pueden imaginar los pecados que yo tendría. En realidad la bronca vino porque le dije que mis padres no comprendían mi vocación y él dijo que la culpa era mía. Me dio tales voces y me humilló tanto que no sé cómo tuve fuerzas para salir del confesionario. Creo que se aprovechaban de una chica ingenua, porque ahora hay muchísimas cosas que viví con esta gente que si me las hicieran ahora les hubiera mandado al cerezo en el primer minuto de partido. Siempre he sido una persona muy sensible. Me pasé aquel día llorando por todas partes y escondiéndome de todo el mundo. No fui a comer y no sabía qué hacer. Se me ocurrió escribir al que ahora es beato y le conté lo que me había pasado. Al cabo de un tiempo, ya en mi ciudad, la directora de mi centro me dio una estampa con un saludo de su puño y letra y solamente me dijo que desde la Delegación se había dicho que me hicieran llegar eso...



Perla 2. Yo era muy apostólica y siempre procuraba llevar amigas al centro. Rara era la meditación de San Rafael en la que no había una amiga mía. Intentaba vivir la amistad sinceramente y nunca pensé en el proselitismo. Simplemente en ser amiga de mis amigas y dentro de la amistad compartir a Dios. Yo tenía una amiga íntima y seguimos siéndolo. Dejé el opus y soy consagrada y ella se casó. Nos queremos mucho y seguimos siendo muy buenas amigas. Varias veces al llegar al centro cogía una numeraria a mi amiga - todo planeado con la directora, lógicamente - y sin decirme nada ni explicarme nada se la llevaba fuera del centro y volvían al cabo de un rato, aprovechando que yo iba al servicio o algo así. Cuando salía del baño o de donde fuera, mi amiga no estaba y yo me volvía loca buscando por el centro. Así entendían la amistad en el opus, como medio para sus intereses. Así se servían de las amistades de una agregada porque el fin justifica los medios.

Perla 3. Durante un tiempo hice la charla con una numeraria. Un día, al hablarle yo de la incomprensión de mis padres hacia la vocación, me pregunta qué me parecería a mí que ella viniera a mi casa. Yo, confiando en ella, le dije que bien. Vino un día y le presenté a mi madre y estuvimos un rato las tres. Mi madre bastante callada, ésa es la verdad. Al día siguiente me coge la directora y me echa la bronca porque yo "tenía que haber preparado a mi madre". Yo, como les digo, estas cosas ahora no las aguantaría, las aguantaba porque te tienen anulada y te parece que las cosas son así. Porque vamos a ver. ¿De quién fue la idea de ir a ver a mi madre? De la numeraria que llevaba mi charla. Entonces, si te ofreces es que tienes un plan. Y si no lo tienes dime qué esperas de la reunión. Pero ¿cómo puedes esperar que yo prepare algo si no sé lo que tú pretendes? Dime qué quieres y yo te diré si es posible o no. Pero esa numeraria sólo me preguntó que si a mí me importaba que ella viniera a mi casa. En el fondo todo esto era maltrato psicológico, mangoneos entre numerarias aprovechándose de una pobre chica.

Perla 4. Le comento al sacerdote del centro que muchas numerarias nos tratan con altivez a las agregadas. Yo siempre fui muy sensible con este tema porque venía todos los días de una familia en la que no se comprendía la vocación, entonces me resultaba muy duro lo que encontraba en el centro, que era una frialdad y un despego grandes, una amabilidad falsa y siempre la altivez y los mangoneos de las numerarias. Me responde el sacerdote que yo tengo que comprender la altivez de quienes están dispuestas a todo por la obra. Estas cosas te van haciendo mella. Hombre, ¿desde cuándo la altivez se justifica? Hombre, ¿desde cuándo me pueden decir a mí que las agregadas, que menos dormir en tabla hacíamos todas lo mismo lo mismo que ellas, y muchas veces en ambientes familiares adversos, buscándonos la vida y siempre corriendo para llegar a todo, desde cuándo se puede justificar que quemen a la gente a base de broncas por bobadas y teniendo aplastadas a las agregadas? Desde que me fui del opus he conocido muchísimas cosas en la Iglesia. En realidad cuando estás ahí no conoces nada. Y en instituciones con miembros de distintos tipos jamás he visto que se trate diferente a unos u otros por razones de estilo de vida, circunstancias, vida en comunidad o no...

Perla 5. Ya he aludido en otro escrito a que la agregada que era amiga de mi madre la dejó porque no le interesaba apostólicamente. El teléfono dejó de sonar y punto. Porque digo yo que si no la ves cuatro veces, la puedes ver una. Y si no la invitas al centro la invitas a otra cosa. Pero no. Trato cero. Como si mi madre fuera una apestada. Ni que fuera la madre de una agregada ni nada. No piensen ustedes que quizá sea mi imaginación. Una vez que coincidimos me dijo que no iba a ver más a mi madre porque no entendía nada. Me fui a su centro y lo hablé con su directora (una conversación de buenas) y no sé qué hablarían las dos pero a mi madre no volvió a llamarla nadie.

No sé si más adelante me acordaré de más perlas... Por una parte las agradezco pues gracias a ellas un día algo explotó en mi interior y pensé que no quería seguir ahí, que se utilizaba a las personas y que se aprovechaban de la buena voluntad de pobres chicas y que les importan nada los sentimientos y la ingenuidad de las personas. Sólo quieren conseguir unos fines, se quede quien se quede por el camino. Gracias.

Lila

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Publicado el Friday, 31 August 2018



 
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