El Opus Dei no respeta los Códigos

Levantisco, 22/02/2019

            Considerando la somera descripción de Orange sobre la corrupción de algunos eclesiásticos, de alto y bajo nivel, que ha tenido que soportar históricamente la Iglesia de Jesucristo, se me ocurre compararla con el tema que nos ocupa debido a los abusos, de otros tipos diferentes al sexual, que comete la Obra.

            La Iglesia en casi todas las épocas ha tenido que soportar corrupciones de diversos tipos por parte de los eclesiásticos y en esta época, además de los escandalosos abusos sexuales que parecen tan extendidos, tiene que soportar los torticeros modos de actuar de la prelatura personal del Opus Dei; pues parece que esta organización cuando recurre al dolo es cuando expresa su propia esencia. El gran problema de este montaje clerical es que genera daños: sufrimientos, injusticias, enfermedades, despojos...

            Parece que la necesidad de ocultar y engañar que tiene la Obra proviene de la necesidad de mantener velada su realidad más profunda, porque si fuera transparente nadie se acercaría a ella: se la vería tal cual es. Si no tuviera que ocultar tanta iniquidad no tendría necesidad de engañar.

            ¿Podrá cambiar la obra de Escrivá y convertirse en algo útil a la Iglesia de Jesucristo? He aquí una pregunta que me parece difícil de contestar afirmativamente. Considero que hasta ahora la prelatura personal del Opus Dei, casi exclusivamente, ha sido útil a sí misma y a sus dirigentes. ¿Podría cambiar y salir de su autorreferencialidad morbosa? Me parece complicado que la Obra pueda salir de ella misma para implicarse con nada ni con nadie con la intención de ayudar, de generar un bien fuera de ella. No ha ayudado a los suyos que han pedido la dispensa, cómo va a ayudar a los de fuera, a no ser que pretenda sacar un beneficio. Y a la mayoría de los suyos les ha sustraído todo lo que ha podido, de una u otra forma, sin devolverles nada, con un comportamiento depredador y carroñero: casi siempre produciendo daño. Opuslibros no tendría sentido si esto no fuera así: miles de escritos de esta página Web confirman el daño que ha producido este chiringuito eclesiástico. Claro está que a algunos clérigos de alto rango la prelatura personal del Opus Dei les cae muy bien: Dios les da la libertad y ellos (a la góndola) se entenderán.

            Teóricamente acabar con el daño que produce la prelatura personal puede resultar complicado, aunque el problema institucional que se encuentra en el origen de ese daño (aparte del menosprecio de la caridad, la justicia y la misericordia...) me parece que es claro y fácil de solucionar: la Obra no respeta ni el Código de Derecho Canónico ni su Código de Derecho Particular. Añadido a ese problema se encuentra el hecho de que se le permite por quien debiera exigirle el cumplimiento de estos Códigos, por quien debiera exigirle que se ajuste a ellos y no traspase sus cánones y disposiciones, por quien evade su responsabilidad. Qué diferente sería si la prelatura no traspasara (no se pasara por el arco del triunfo) lo legislado que le afecta y no hiciera de su capa un sayo, ninguneando a la Iglesia.

            El daño que produce la Obra se realiza sobre sus miembros y también sobre la Iglesia, añadiendo nueva lacra a las corrupciones históricas de esta. De cualquier forma más me preocupa el daño que ha causado y causa a sus miembros, por la grave situación en que los deja en muchas ocasiones (llevándoles en algunos casos hasta el suicidio), ya que de la Iglesia se cuida el mismo Jesucristo, aunque llegó a preguntarse: «Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará fe sobre la tierra?» (Lucas 18, 8).

            Al decir que la Obra no respeta estos códigos, es conveniente indicar que en Opuslibros se pueden encontrar bastantes escritos donde se manifiestan estas conculcaciones. No tengo tiempo para buscar y crear un enlace a cada uno de ellos, pero como muestra indicaré el curioso caso del Decreto General del prelado 6/1999, comentado por Gervasio y también por Oráculo, que muestra la esclavitud de los hijos de Dios en el Opus Dei.

Levantisco