Querido Cafeconsal:

He de decir que me provoca tu escrito y su respuesta a Cyrano. La provocación es doble: de un lado porque te entiendo a la perfección: sé lo que sientes porque yo lo sentí... estando dentro. Me has removido porque has expresado lo que yo hubiera dicho, y casi del modo en que yo lo hubiera dicho hace unos años. Te doy la razón: en todos lados cuecen habas. En todas las instituciones, las de la Iglesia incluidas, hay gente buena y gente mala. Mucho trigo y mucha cizaña. Ya nos lo advirtió el Señor: es así. Tampoco creo que Cyrano (a quien no conozco) te haya querido dar un zasca, sino solo ponerte sobre aviso. Hay dos palabras de su artículo que están en mayúscula "ME ESTAFARON".

Si has leído, como dices, mucho de lo que está aquí, verás que en todos los testimonios de gente dolida hay una constante: la conciencia del engaño sufrido. Es por ello que te propongo un ejercicio que está bien en tu mano. Te advierto de que es el mismo que a mí me sacó de la prelatura irremediablemente y me hizo defender, a quien quiera oírlo que, estando llena de gente muy buena, muchos muy santos y muchos muy enfermos (y, entre medias, como la cizaña, algunos manipuladores redomados), la estructura de la prelatura es inválida, porque se basa en un engaño. Porque no se han sometido al juicio de la Iglesia ni los vademécums, ni los libros de meditaciones, ni las cartas de familia, ni siquiera De Spiritu (por favor, los que ocupasteis cargos de dirección: corregidme si me equivoco), que son los que de hecho rigen las vidas (!) de los que están dentro.

De hecho el propio Escrivá anota en la introducción a De Spiritu: "(...)sólo si se estudia, también nuestro Codex iuris particularis —que está plenamente imbuido de aquel espíritu sobrenatural que el Señor quiso para el Opus Dei—, se puede alcanzar una visión plena y clara de la Obra, que Dios suscitó el 2 de octubre de 1928, en servicio de su Iglesia Santa y de todas las almas; en ese Código nuestro quedan plenamente definidos la naturaleza, los fines y el régimen del Opus Dei, así como el espíritu y los modos específicos de nuestro apostolado; también ahí se establece cuál es la sólida formación que hemos de recibir durante toda la vida, para que, participando plenamente de los afanes de nuestra época, podamos ser instrumentos de Dios en medio del mundo; quise, sin embargo, desde el primer momento, redactar por separado estos capítulos sobre nuestro espíritu y nuestra vida de almas dedicadas al servicio de Dios, en el ejercicio del propio quehacer temporal; y lo hice, para resaltar con más fuerza algunos rasgos fundamentales, y ofreceros así materia sobre la que podáis meditar asiduamente."

¿Por qué habiendo entregado los estatutos no entrega también De Spiritu para su aprobación? De ahí el ejercicio que te propongo: lee De Spiritu (es corto) y subraya en dos colores: uno, las cosas que ahí figuran y te revuelven las tripas al leerlas, o que no entiendes, o que no podrías compartir jamás; dos, las cosas allí escritas que son flagrantemente contrarias a lo que se vive de hecho en la prelatura, a la realidad de los hechos. Espero tu respuesta, me encantaría conocerla.

De Spiritu se encuantra en internet sin mucha dificultad. Doy fe de que es el texto que recuerdo haber leído dentro. Os propongo el mismo ejercicio a todos los que dudáis si renovar o no el 19 de Marzo. Leed ese libro en el que está cincelado el guion de vuestra vida. Preguntad lo que no entendáis. No os darán respuestas razonables, o al menos esa es mi experiencia y la de muchos otros. No os las darán porque toda la razón se acaba en: es fundacional. No entiendo mucho de teología dogmática, pero sí que De Spiritu no se aprobó en ningún concilio, y por tanto, lo pueden vivir los que quieran hacerlo, pero no obliga en conciencia a católico alguno. Quiero decir, no más que la Regla de San Benito, por poner un ejemplo.

Y un consejo para aquellos que os vais y sentís que tenéis el cuerpo de cartón-piedra: porque lo tenéis. Que tenéis miedo de acercaros a una chica / chico. Pánico quizá. Apuntaos a clases de baile. Reconectaréis con vuestro cuerpo, veréis que no solo no es pecado sino algo bellísimo estar en contacto físico con una persona del otro sexo. Os ayudará a integrar la sexualidad reprimida que quizá sacáis de la prelatura de un modo sano, honesto, y tremendamente divertido. Escribo estas líneas después de venir de mi clase semanal de swing. Una pasada. Ánimo. Y me uno a la propuesta de Mediterráneo: Si a alguien le apetece una opinión extramuros y serena, no tiene más que pedirle mi correo a Agustina.

Dax.