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 Tus escritos: ¿Vivo o muerto? Habla un sobreviviente del Opus Dei.- Eileen Johnson

105. Psiquiatría: problemas y praxis
Eileen Johnson :

¿Vivo o muerto? Habla un sobreviviente del Opus Dei.

Por Eileen Johnson

No me resulta nada fácil decir la verdad sobre el Opus Dei como lo veo, casi 50 años después de que me fui. La razón principal de esto es que recuerdo a las impresionantes mujeres que conocí como numeraria. Es difícil pensar que lo que escribo puede resultar doloroso porque uno o dos de ellas eran mis amigas, al menos antes de irme. Sin embargo, siento que es mi deber decir lo que sé. La vida en la Obra beneficia a muchos; pero muchos otros, al haber sido reclutados demasiado pronto en sus vidas, han sufrido más o menos seriamente a lo largo del tiempo como resultado . Esto fue cierto en mi caso y en  demasiados otros.  El resultado fue muy perjudicial. Espero que esto pase ahora con menos frecuencia. Sin embargo, si supiera que este fuera el caso no estaría escribiendo. Hay muchos ejemplos conocidos hasta el día de hoy....



El libro de John Allen, "Opus Dei, la verdad sobre sus rituales, secretos y poder" fue aclamado por el DailyTelegraph: "Definitivo, persuasivo y absorbente". No estoy de acuerdo.  Allen bordea algunos puntos importantes. Por ejemplo,  en la lista costumbres de la mortificación corporal, dice que las numerarias generalmente duermen en tablas finas en la parte superior de sus colchones. Continúa explicando que los numerarios masculinos duermen en el suelo al menos una vez a la semana. Lo deja en eso, sin comentarios. Allen no habrá tenido  acceso a las "notas" que se distribuyeron desde Roma a todos los centros del Opus Dei. Yo si las leí.

Escriva dio instrucciones precisas sobre estos arreglos para dormir. Las mujeres, dijo, eran más sensuales que los hombres, por lo que deberían dormir en tablas todas las noches. (¡No recuerdo que estuvieran encima de los colchones!)

Allen visitó muchos centros del Opus Dei en todo el mundo. Menciona haber estado impresionado en un colegio mayor en Nairobi, Kenia.

Cito de una carta que recibí de un sacerdote católico en Kenia en diciembre de 1997 en respuesta a una carta que me habían publicado: "su experiencia junto con la de otros que sufrieron como usted es una prueba segura de que (Opus Dei) no es una buena  organización. Otra amiga mía, que había estudiado en su colegio mayor  aquí en Nairobi, solía asistir a las sesiones de oración. Ella me dijo que es una verdadera colonización de la mente. Ellos moldean el tipo de Dios que quieren que sigas, y no el Dios que se revela a la conciencia de cada individuo". Continúa: "Lo que más reprime con ellos es su conservadurismo. No permite que las personas crezcan espiritualmente. No están abiertos. Nuestra iglesia necesita ser dirigida hacia la caridad, el Segundo Mandamiento de Cristo, y a la igualdad o la igualdad de oportunidades en la practica y el liderazgo. Dios ha llamado a todos para que se ayuden y se amen. Mi párroco es un liberal y no le gusta el Opus Dei, pero teme hablar abiertamente ".

Una señora me llamó por teléfono en la primavera de 1992 para preguntar si podía llamar a mi casa y reunirse conmigo. Ella dijo que era la esposa de un médico de cabecera que estaba preocupado por el uso de drogas por parte del Opus Dei para tratar a los miembros. Yo había hablado de mi propia experiencia al respecto en BBC Newsnight y en la prensa. Ella no dio su nombre, ni por teléfono ni durante muestra entrevista. Me hizo esta pregunta: "¿Cómo ve el futuro de la iglesia católica?" Dudé; necesitaba pensar por un minuto! Ella respondió por mí: "Bueno, te diré lo que pienso. Cuando el resto de la iglesia baje por el agujero del tapón, ¡el Opus Dei estará allí para recoger las piezas!” No tenía respuesta para eso. De todos modos, con desgana acepté que ella podría tener razón. Se entusiasmó por la decoración interior de la casa de la Sección Femenina que visitaba regularmente. En particular le encantaba el cornicing en la capilla. Conocerla era lo más cerca que había estado al Opus Dei desde que me fui 20 años antes. Antes de hacer público mi testimonio, me ofrecí por escrito para reunirme con representantes del Opus Dei u otras autoridades de la iglesia, y ser entrevistada por un psiquiatra si alguien lo consideraba necesario. Ninguna respuesta.

El anonimato es común entre los ex miembros del Opus Dei y otros críticos. Recibí una carta de un ex socio que presenció un intento de suicidio. Tuve que prometer no revelar su identidad. Luego, una postal de un párroco desconocido, dándome las gracias por mi valor al hablar. Un sacerdote de apoyo en mi centro de retiro local se indignó con mi historia y dijo: "arruinaron tu vida". Pues sí y no. Tengo una racha obstinada, lo que me ha llevado a estar decidida a refutar lo que San Josemaría puso por escrito: “cualquier persona que abandone el Opus Dei debe ser considerada muerta. No daría 5 céntimos por el alma. Tendrá una vida desgraciada”. Recuerdo vívidamente dónde estaba sentada, leyendo eso, y el escalofrío que me invadió. Todavía estaba comprometida, y trabajando duro para la Obra, pero suponiendo que tuviera que querer irme algún día...? Por casualidad, llegó mi hora de salir, y después de una lenta y larga recuperación, mi vida ha sido en gran parte feliz y fructífera.

A los dieciséis años, era un estudiante aplicada y feliz,  amaba el canto, el baile y la vida en general. Quería ser profesora de idiomas y parecía que estaba preparada para pasar a una adultez exitosa. Conocí a mi primer amor. Este fue uno de los periodos más felices de mi vida. Pero no sabía que estaba siendo observada por una numeraria del Opus Dei, una de mis maestras de escuela, que procedió a prepararme a través de su amistad. Nunca había oído hablar del Opus Dei y no sabía que ella era socia.

Después de dejar el Opus Dei doce años después, fui una sombra de mi misma. Intenté suicidarme y mi médico dijo que los únicos casos que había visto de este nivel de angustia eran los ex prisioneros de guerra. ¿Por qué? Bueno, por una parte, había estado tomando medicamentos recetados por numerarios del Opus Dei (médicos y psiquiatras) durante cuatro años antes de poder irme. Fui uno de los muchos tratados de esa manera. Esto no era ético; si hubiera podido consultar a un médico objetivo, podría haber salido cuatro años antes. Un diagnóstico independiente después de que me fui concluyó que mis problemas surgieron debido al régimen al que me habían sometido y al cóctel de medicamentos recetados . Me habían dado  Librium, Tofranil (imipramina), litio, Valium y Mogad en (nitrazepam). Además de reconocer tales prácticas, el Opus Dei debe verse obligado a demostrar que han sido descontinuadas. El libro "definitivo" de John Allen es muy inadecuado en su cobertura de este grave problema.

El Opus Dei genera una gran cantidad de miedo. Se dice que el miedo se menciona más a menudo en la Biblia que cualquier otra palabra. El miedo es una emoción humana limitante y negativa. Según las escrituras cristianas, el amor perfecto expulsa el miedo. No debería haber ningún problema en expresar su opinión, ofrecer una crítica constructiva. De hecho, esta crítica es una actitud responsable y útil, aunque es difícil de expresar y, a menudo, no es bien aceptada. En el Opus Dei, criticar la perfecta Obra de Dios se consideraba como orgullo. El día que me fui hablé con el prelado del Opus Dei en Gran Bretaña en el confesionario. Le dije que pensaba que mi enfermedad depresiva se había manejado de manera incorrecta (los miembros del Opus Dei me recetaron drogas y los psiquiatras del Opus Dei se involucraron, y mis directores espirituales estuvieron de acuerdo con el proceso). Una vez más, dijo que era orgullosa por criticar la Obra.  En retrospectiva, veo que yo tenía razón. De hecho, en ese momento sabía que tenía razón, aunque estaba demasiado debilitada para exponer mi caso. Me costó unos veinte años poder hablar. Primero, necesitaba recuperarme y vivir una vida lo más normal posible. Cuando hablé a la Prensa antes de la beatificación de Josemaria Escriva, me sentí muy temerosa, pero estaba convencida de que tenía que hablar.

Hay algo malo cuando tantas personas necesitan permanecer en el anonimato y tienen miedo de hablar. No es que esté diciendo que los ex miembros heridos deben hablar abiertamente; la gran prioridad es la recuperación, y poner a su disposición cualquier apoyo solidario que pueda necesitar cada uno. Sin embargo, el Opus Dei genera mucho miedo. La Prelatura debe estar obligada a reconocer el daño grave causado a muchas personas, a menudo como resultado de un proselitismo irresponsable que no considera el bien del individuo. Sus tácticas son sistemáticas, descritas por Josemaria Escrivá en Camino y en muchos documentos internos y en sus diversas conversaciones con los miembros. Una vez más, el libro de Allen toca este tema pero no del todo adecuadamente. El ex prelado del Opus Dei, el obispo Javier Echevarria, es citado pidiendo perdón a los que sufrieron a manos del Opus Dei. Sin embargo, esto es similar a meramente disculparse con las ex víctimas de abuso sexual, mientras que no se ofrezcan compasión y retribución, y un cambio radical de comportamiento.

La única vez que pude haber hablado personalmente con cualquier representante de la Prelatura en los casi cincuenta años desde que dejé el Opus Dei fue después de haber salido a la Prensa en la década de 1990. Tuve que rechazar una invitación para conocer a la directora de  una residencia de estudiantes del Opus Dei en Londres. Una joven cineasta nos había conocido a las dos y quería reunirnos. Dije que estaría feliz de seguir, pero en un lugar neutral. La numeraria se negó, diciendo que estaba demasiado ocupada para salir de la casa, así que tendríamos que encontrarnos allí. Me sentí resistente a entrar en un centro de Opus Dei y sabía que un lugar neutral me ayudaría a estar más relajada y el diálogo sería más equitativo.

Los admiradores ​​del Opus Dei han dicho que quienes se apuntan lo hacen voluntariamente y no tienen derecho a criticar a la organización después de que se vayan. Tal juicio pasa por alto el hecho de que las personas, especialmente las personas impresionables jóvenes, no se apuntan a los cultos. Son reclutados, a menudo después de ser preparados. Ese proceso puede erosionar su capacidad para tomar decisiones informadas por su cuenta o usar su propia voluntad.. Los objetos del proselitismo, generalmente jóvenes, son normalmente inteligentes y dotados, y buenos líderes. Los hacen sentirse atendidos y especiales. Desarrollan un gran sentido de pertenencia a una familia espiritual que pretende estar destinada a transformar la sociedad al atraer a las personas a las enseñanzas del fundador, Josemaria Escrivá (desde 2002, San Josemaría).

El Papa Francisco se está aplicando actualmente al gran espectro del abuso sexual, particularmente de los niños. El abuso espiritual no es un término tan familiar, pero es una realidad, dentro del Opus Dei y otras organizaciones católicas, así como en otras denominaciones. Un libro que claramente desafía a la Iglesia a limpiar esta escena está actualmente disponible en francés: "De l'Emprise a la Liberté" (Editions Mols, 2015). Es una publicación cooperativa de varios distinguidos especialistas católicos de diferentes disciplinas (un teólogo, un abogado canónico, un abogado civil,  un psiquiatra, un psicoanalista, un sociólogo y un especialista en sectas) bajo la dirección del sociopsicólogo Vincent Hanssens, profesor emérito de la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica. El libro se centra en tres movimientos católicos y concluye que todos llevan las marcas de sectas. Los tres son el Opus Dei, los Focolares y los Legionarios de Cristo. Ex miembros de cada uno de estos tres fueron entrevistados por cada uno de los especialistas y sus testimonios que se encuentran para ser válido e importante. El proyecto contó con el apoyo entusiasta del fallecido cardenal Martini de Milán.

Para mí, personalmente, un efecto importante de leer este libro ha sido aliviarme de una sensación física de estrés en el pecho que me ha afectado regularmente desde que salí a la luz pública a principios de los años noventa. Tomé un salto de fe, y una fortaleza me vino de quien sabe donde, al ir delante de las cámaras de la BBC Newsnight. Eso fue lo más difícil que he hecho, exponerme de esa manera. Pero tenía que hacerlo. Algo sobre la verdad me estaba conduciendo. Soy de Yorkshire, donde se llama una pala, una pala; pero además de eso, creía que mi experiencia del Opus Dei debía ser expuesta, por el bien de la Iglesia.

El abuso espiritual, como el abuso sexual, inflige daño de larga duración. El Opus Dei debe hacerse responsable y la compasión debe ocupar el lugar de la actitud defensiva.

Las siguientes palabras, que están en la parte posterior de "De l'Emprise a la Liberté" (Desde el encarcelamiento a la libertad), son tan consoladoras para mí:

“Este libro está basado en testimonios.

De personas que han sufrido a manos de movimientos sectarios dentro de la Iglesia Católica ...

Llevados por una sed espiritual, un deseo de santidad, la necesidad de acercarse a Cristo, se unieron a estos movimientos y, cuando descubrieron prácticas no cristianas, se sintieron profundamente traicionados.

Es evidente por sus testimonios que sus sentimientos están justificados ".

El papa Francisco y el cardenal Martini han recomendado regularmente la práctica de la parresía. Nunca había escuchado esta palabra hasta hace poco. Freebase dice que la parresía "implica no solo la libertad de expresión, sino la obligación de decir la verdad por el bien común, incluso a riesgo personal". De hecho , varias personas han ejercido parresía en relación con el Opus Dei en el pasado, sin éxito. Tal vez los ex miembros sean las únicas personas capaces de exponer las realidades internas porque las han experimentado de primera mano. Hasta ahora, hemos sido ignorados y, en algunos casos, denigrados.

Hay una necesidad urgente de veracidad, responsabilidad y compasión. Como dijo el sacerdote de Kenia en 1997, y como entiendo que el Papa Francisco debe estar diciendo ahora, "la Iglesia debe ser dirigida hacia la Caridad, el Segundo Mandamiento de Cristo".

Copyright: Eileen Johnson, abril de 2019




Publicado el Monday, 22 April 2019



 
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