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 Tus escritos: Mis altas aspiraciones.- JasonJonas

010. Testimonios
JasonJonas :

Engaño (RAE): Falta de verdad en lo que se dice, hace, cree, piensa o discurre. Así lo define la RAE entre otros significados. En Google la definición aparece así: Hacer creer a alguien por medio de palabras, acciones, etc., lo que no es verdad (me llama la atención que en la definición de la RAE se refiere el engaño como “Falta de Verdad” y que claramente empata con la certera explicación que realiza Antonio Moya en su serie de artículos sobre el Opus Dei que es la ocultación de la verdad -característica intrínseca de las sectas).

En el proceso de desengaño del Opus Dei -que cada quien hemos recorrido al formar parte de él- existe un camino que atañe a cada uno y que, en diferentes etapas, fue pasando de lo vivido sin más a lo vívido de su entendimiento, hasta que se fue desenmascarando y presentándose, a flor de piel, enfrente de nuestros ojos, tal engaño. En este camino de 90 años se han marcado patrones de conducta organizacional, institucional, que debería ser materia de persecución penal, pero, en fin, “poderoso caballero es don dinero” y las fuerzas del “bien” como es esta secta-organización (con sus intereses “divinos”), seguirán con su labor.

Cuento una anécdota...



Ya había concluido mis estudios universitarios, ejercía trabajo profesional y en aquel entonces vivía “felizmente” en una residencia de universitarios entre “hermanos” numerarios y estudiantes “normales”. Por alguna razón, habiéndome compenetrado ya de varios añitos en el “espíritu” de la obra, supongo que era bien visto por los “dires” para ocupar algún cargo de dirección y así me lo hacía ver uno que otro dire de las altas esferas. Bueno, lo digo sin recato, ¡mi aspiración era ser nombrado director de la casa en donde vivía! Es decir, un profesional, con años de estudio y preparación para ejercer un oficio (es este caso ingenieril) y que tuviera en perspectiva el hacer uso de sus facultades y capacidades solo para tener una posición que yo veía como relevante en la obra. ¿Será que solo me sucedió a mí? ¿Era mi falta de buena ambición en el desarrollo y crecimiento profesional lo que me movía a tal conclusión? Pienso que no, ¡esto era lo que transmitía -en este plano de aspiración- el vivir en el Opus Dei! Es solo este ENGAÑO que resulta (al menos resulto para mí) el vivir en plenitud el “espíritu” y el “carisma” del Opus, y vaya que lo viví, con plena convicción.

En esas circunstancias el no tener aspiración de otro tipo me parece que era un estado de pensamiento y disposición anímica semiconsciente diría yo. Es un proceso mental que surge, de manera paralela a la apreciación de la realidad en la que vives, al hecho de decir: estoy entregado a Dios, mi vida es el Opus Dei, la vida “común y corriente” esta resuelta para mí, el itinerario está claro, haz normas, haz apostolado, haz proselitismo, tienes casa, ropa y comida, la remuneración de mi trabajo la entrego completa y en teoría no me hace falta nada (tengo lo que necesito), mis días están definidos. Si mañana me dicen haz esto, lo hago; ahora haz lo opuesto, lo hago, deja tu trabajo, lo dejo, etc. etc. Luego entonces, en este proceso semiconsciente (semi, porque a todo racionamiento lo acompañaba la total entrega a Dios que concebía en el engaño en esta particular institución, hoy con todas las características intrínsecas de una secta) buscaba un reto por alcanzar, un algo más que le diera mayor relevancia a mi persona en mis circunstancias dentro del Opus Dei y eso sería entonces ocupar un cargo de autoridad; y no necesariamente para tener un cierto grado de poder, sino mas bien de reconocimiento (en el reconocimiento, el mando), cuanto más alto, mejor.

¿Qué cosas veía, si era director, pudiera hacer que otros no entre otras? Cosas tan estúpidas (perdón por el calificativo, pero así es) como tocar la campanita en el comedor y ser quien se dirige a la administración porque podías al menos hablar con el sexo opuesto (solo pocos lo hacían), o porque estaría tomando decisiones -cuales fueren- dentro de un consejo local y adquiriría algo de status dentro de mis “iguales”, o el que los demás fueran “a mi ritmo” en el término de todas las actividades grupales siendo el “líder”, etc., con decir que pensaba que si mi desempeño (el espíritu de la obra) fuera destacable, ¡hasta me hicieran de la delegación porque habría que ver ese porte y don de mandos que tenían todos ellos! (bueno, ahora lo pienso y me provoca gracia, pero la verdad era lo que veía). Por más charlas de humildad o lo que fuera, ver a un numerario en principio “igual que tú”, siendo director de una residencia de más de 15-30-60 personas (hoy me apena ver esos lugares, de tantos recuerdos, cerrados, abandonados o vendidos) como alguien “admirable” era una posición que quería lograr, estas eran las “grandes miras” y las altas aspiraciones que, como persona y profesional, tenía dentro del Opus. ¿Para qué hacer más en otros ámbitos? Este era el concepto de “liderazgo” -mal entendido- que tenía al respecto. ¡Esta era mi proyección de vida! Incluso sumo esta barbaridad (que, para mí, en ese entonces y en mi manera de ver las cosas, no lo era), a saber: ¡hacerme sacerdote para poder interactuar con las mujeres! Y debo puntualizar que todo esto lo hacia en la mejor rectitud que pudiera pensar, sin el más mínimo asomo de perversidad o pensamientos malignos. Era solo mi modo inocente y por demás ingenuo, de buscar ser “algo más” en un planteamiento -semiconsciente- de mi futuro ya proyectado en el Opus Dei (lo refiero semiconsciente por todo el espectro de vida que te rodea siendo ya del Opus Dei y que no te permite a veces ver con claridad por donde van las cosas: estas tan aleccionado que para todo hay una respuesta apropiada que sigue encausando tu vida dentro de la Organización -una vez más característica intrínseca se las sectas).

Por azares del destino, la persona que “valoraba” mi desempeño nunca terminó de ver que yo era la persona indicada para tal encargo y nunca se me dio el nombramiento. Esta por demás mencionar que todo lo que sucedía o dejara de suceder en mi charla fraterna -en ese entonces ni pasaba por mi mente tal atrocidad de atropello a mi conciencia y confianza- era conocido y tipificado en informes por escrito que seguramente recaían en los “altos mandos” y al final no vieron conveniente mi nombramiento: ¡Ups!

Honestamente yo ya no estoy tan convencido de que todo lo que sucede tiene que ver estrictamente con un plan de Dios, pero bueno, es mi creencia. Pienso que Dios lo permite y a veces solo podemos ver hasta allí. Y vaya que estas situaciones que refiero en mi persona son absolutamente nada en comparación de personas que verdaderamente sufren en esta vida lo indecible. No hay respuestas en muchos aspectos de la vida -como refirió en alguna ocasión el Papa Francisco ante la pregunta de una niña filipina y los males del mundo- pero bueno, esos son otros temas (tal vez solo las sabremos cara a cara con Dios). El mal que se vive en el Opus - o cualquier otro lugar donde institucionalmente les arruinan la vida- es uno más de esos aspectos.

Ahora bien, a los 4 vientos: ¡Gracias señores directores por no haberme dado ese nombramiento o encargo! ¡Gracias Dios Mío! Bendito ¡Ups! por el que nunca llegue a ser más que un mero “candidato”. Reflexiono que, de haberse dado eso que en aquel entonces anhelaba, mi vida en el Opus se hubiese enganchado de tal forma que hubiesen pasado muchísimos más años de los que me tomó poder VER el ENGAÑO en el que me encontraba y salir del mismo. Mi vida desde entonces puede ser muchas cosas, pero lo que sí no fue es vivir en el engaño.

Concluyo con el opuesto. Desengaño (RAE): Conocimiento de la verdad con que se sale del engaño o error en que se estaba. En Google: Decir a alguien la verdad sobre algo o sobre alguien para evitar un engaño, un error o que se forme una idea equivocada.

Amigo numerario, ¿te ha pasado lo mismo? Si has cuestionado en algún momento tu proceder o el proceder de otros en esa institución a la que hoy perteneces, en la actuación mecánica que todo lo responde con frases “divinas”, pregúntate si quieres seguir siendo parte del engaño (lee al respecto, observa el patrón de conducta, con tremenda repercusión para ti y contra otros seres humanos de cuerpo y alma) o de plano te pasas a su opuesto.

JasonJonas




Publicado el Friday, 06 September 2019



 
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