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 Tus escritos: Algunos fraudes graves del Opus Dei.- sinrencordenada

115. Aspectos históricos
sinrencordenada :

Muy queridos todos: Llevo varios años leyendo esta página y debo daros gracias de corazón a la gente que escribe aquí. Se nota, en general, educación, respeto, nada de rencor (no es lo que se dice en la Obra de nosotros) e incluso puedo percibir que no nos hemos arrepentido de haber vivido entregados a Dios durante unos años. Daros las gracias porque, cuando dejé esa institución, fue terrible. No sólo los últimos meses dentro, sino el miedo que sentía al irme, a lo que iba a ser de mí, a arriesgar mi felicidad y mi vida cristiana al irme… Al dejar una “institución tan maravillosa”… Y gracias a mi esfuerzo día a día, y a esta página, he podido tener confianza y seguridad, y lo más importante, el convencimiento de que hice bien en irme.

Haré una breve presentación, sin dar muchos datos, por si acaso ;-)

Fui del Opus Dei durante casi 20 años, lo dejé hace pocos años. Por decirlo de algún modo, lo conozco muuuy bien y muuuuy desde dentro. Haber vivido en Roma y haber llevado cargos de gobierno antes y después tiene esas ventajas e inconvenientes…



Insisto que no daré datos, pero me encantaría, no sea que alguien de la Obra me reconozca y me contacte: no quiero ningún contacto con ellos… Solo decir que soy una persona feliz, casado, con un trabajo bueno y estable, que disfruto de mi vida cada día, y que vivo libre -no libérrimo, otro día hablaremos de “libertad”-.

¿Mi opinión general del Opus Dei? Que es (en presente) una buena idea, que fue una novedad (en pasado), pero que el fundador hizo una institución que ahogó el mensaje: dejó todo tan absolutamente atado, que todo está previsto, nada se escapa a la improvisación. Al final, un numerario es un robot feliz… Feliz, pero robot: hasta la sonrisa está programada.

Quiero hacer un breve repaso de unas cosas que han salido en esta página pero que me parecen tan graves que se deben describir juntas. Considero que son puntos importantes que hacen ver que el Opus Dei está rodeado de falsedad… Hace que todo su prestigio institucional se tambalee. Al menos así lo veo. Por partes.

Estudios de San Josemaría y don Javier Echeverría. Por este orden, sin hacer un estudio, que ya se ha hecho. Un santo, modelo de todo, amante de la sinceridad, elabora una tesis doctoral que es utilizada en dos Universidades para ser doctor en las dos, primero en Madrid y después en Roma. Para poder hacerlo, obviamente, forzó los documentos. Europa estaba en un momento de destrucción total (segunda guerra mundial recientemente acabada), y lo aprovechó con astucia. Pero la tesis presentada en España, casualmente, “desaparece” nada menos que de la Biblioteca Nacional Española, y actualmente solamente hay una segunda edición de la tesis modificada en el año 1974… Por tanto: la tesis de 1939 (las universidades españoles desaparecidas, sin doctores ni profesores), revisada en los años 40 para ser presentada en Roma, desaparece. Y aparece una en 1974, firmada por él. Es decir, que en plena crisis del Concilio, en el año que estuvo viajando por América Latina, cuando decide salir de Roma para dar catequesis por el mundo, con 70 años, ¿¿decide revisar su tesis?? Curioso ¿O alguien lo hizo por él? Cabe pensar más bien lo segundo. Es un chanchullo, vaya. No le doy más vueltas: ahí lo dejo. ¿En algún punto de su vida aparece alguna cita donde se trate que dedicaba tiempo a la tesis doctoral? Que en Burgos le llamó la atención el tema de la Abadesa de las Huelgas y poco más… Los que son doctores universitarios saben que es una tarea intensa, muy intensa. La tesis no pasa desapercibida en una biografía de un doctor universitario. Habría debido de pasar muchas horas estudiando. Pues en la vida de San Josemaría no: tanto la del 39, como la del 44 y la supuesta revisión del 1974, no aparecen en sus biografías.

Más grave aún es lo de Don Javier. Que quede claro que fue una gran persona. Pero atentos a su currículum en las páginas del Opus Dei: “Comenzó los estudios de Derecho en la Universidad de Madrid y los continuó en Roma. Se doctoró en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás (1953), y en Derecho Civil por la Pontificia Universidad Lateranense (1955)”. Analicemos el texto. Don Javier nace en junio de 1932. Comienza Derecho a los 18 años (1950). Se va a Roma a mitad de carrera y “colaboró estrechamente con san Josemaría Escrivá de Balaguer, de quien fue secretario desde 1953 hasta su muerte, en 1975”. Era muy listo, por lo que siempre han dicho. Pero a ver: a mitad de carrera te vas a Roma, trabajas codo con codo con el fundador (los que trabajan en Villa Tevere no hacen casi nada más que dedicarse a esas tareas) y con 21 años (tercero de carrera debería ser) no es que acabes la carrera, ¡¡si no que eres Doctor!! ¿En Derecho Civil? No, en canónico, que son unos cuantos años más, tras hacer Teología. Es decir: con 21 añitos, ha hecho Teología, con la especialidad de Canónico y la tesis doctoral. Pero no contento con eso, con 23 añitos, en 1955 -año de su ordenación- hace otra tesis, ahora ya sí en Derecho Civil. Y desde el 53, mano izquierda del fundador… Por tanto desde los 18 a los 23, tenemos una persona que, en teoría, estudia Derecho, y hace una tesis doctoral. Estudia Teología, con Licenciatura en Canónico, y hace otra tesis doctoral. Se ordena sacerdote -que requiere mucho trabajo de preparación- y trabaja codo con codo con el fundador y Don Álvaro. ¿En serio? ¿Es un crack? Debería serlo. Pero me puse a investigar a ver de qué eran esas tesis… ¿Resultado? Nada de nada. Una vez vi un título, pero nada más. El mismo párrafo, el mismito, en cada página -Wikipedia, Universidad de Navarra, colegios, las webs de opusdei en todas sus variantes…-. Nada de se habla de esas tesis ni de los expedientes académicos. Lanzo una apuesta: si alguien encuentra algún rastro de, al menos, los títulos de esas tesis, me decís y os invito a comer en un muy buen restaurante ;-). En las biografías de San Josemaría se enumeran sus escritos y aparece su tesis. Sospechosa, pero aparece.

Veamos ahora las de Don Javier… No lo hagáis, os lo adelanto: ninguna tesis aparece entre sus libros. Escribió varios libros, pero sus tesis ni se citan. Igual que la tesis de Don Álvaro: ni rastro del libro (el título sí, al menos). Qué extraño, ¿no? No ;-) Por tanto, don Javier no es un crack. Esos estudios son una falsedad. Y la de veces que le he visto en Paraninfos, con el birrete de Derecho Civil y Canónico… ¿No le daba vergüenza? ¿Qué estudios hizo? Ninguno. Ojalá me tenga que retractar de estas frases, pero sé que no lo haré. Ese curriculum es falso. Pero claro, pobre hombre, era un joven de 23 años, asustado por el vendaval de Josemaría Escrivá… Tenía que obedecer. Era más dócil que sincero. Un fraude del fundador en toda regla. Y el joven Javi calla, pero calló durante toda su vida. ¿Habrá tenido alguna vez cargo de conciencia? “Lo primero es la Obra”, pensaría: “todo para bien”… Pero luego en las tertulias nos hablaba de la sinceridad con una claridad y contundencia que, visto el fraude tan grande, ahora mismo me da vergüenza y rabia… Prediquemos con el ejemplo, por favor. Recordando presidiendo actos en la universidad (le vi en Navarra y Sancta Croce), me da verdadera pena. Y un punto de rabia. Ahí lo dejo.

Pero que nada menos que esas importantes personas hayan realizado esos fraudes, y que se callaran de por vida, hace ver que podía ser una costumbre, un modus operandi: “no por maldad, sino por el bien de la Obra de Dios”.

Los escritos “de” San Josemaría. Comentaba antes que el mensaje del Opus Dei es bonito. Hasta ahí. El problema ha sido que la presencia constante de la figura del fundador a lo largo de los años ahogó toda la institución. Y esa presencia es algo muy meditado, “previsto” desde cualquier cargo de la institución. Ese “conducto reglamentario” acaba de ser un tubo pequeño del que es imposible moverse con “libertad”. Los “muchos carriles” por los que había que ir hacia la santidad son una falsedad… No son carriles, es una pequeña tubería. Tanto él en vida -“tenéis que pasar por mi cabeza”- como Don Álvaro y compañía convirtieron al fundador en un santazo para la Iglesia, y el modelo a seguir para “sus hijos”. No hay más que ver tantas biografías, citas, comentarios a “sus escritos”, que continuamente aparecían y aparecen en cartas mensuales, libros, etc., citas en tertulias, comentarios sueltos… Cada vez hay más citas de san Josemaría. San Josemaría hasta en la sopa: anécdotas, recuerdos, tertulias… Parece que vivía con una grabadora en la sotana. Y precisamente no le gustaba que le grabaran…

Retomo la idea que quería decir, que me despisto. Los libros que escribió san Josemaría, ¿qué fecha de publicación tienen? Los únicos que se publicaron en vida fueron Camino, Santo Rosario y Es Cristo que pasa. Bueno, y la Abadesa de las Huelgas, pero a saber quién lo arregló. El resto, que son unos cuantos, en 1976, 1986… Pregunta que lanzo: visto que el fundador no escribía a máquina (no consta), debería escribirlos a mano… Don Pedro Casciaro hablaba de cómo iba escribiendo y ordenando los puntos de Camino. Es verdad que en Surco se ve un poco el estilo íntimo de San Josemaría pero… ¿lo escribió totalmente? ¿Cuándo? ¿Y Forja? Y más grave aún… Esos escritos de Pastor Bonus que nos iban llegando a los centros tras la beatificación, tantas citas que aparecen en cartas del Padre de notas de tertulias, círculos… ¿Son exactas? Se decía que las meditaciones las escuchaba “uno que tenía una memoria tremenda, luego las ponían por escrito y se guardaban, y hoy por fin ven la luz”… ¿Eso lo hacían realmente? Y sobre todo: ¿eran palabras literales?

Esto de palabras literales lo digo por lo siguiente. Cuando uno está en una tertulia con el Padre y le pasan la transcripción, que son palabras literales, siempre se dice: “por supuesto, nada es literal”. ¿Perdona? Si lo dijo, lo dijo. Es literal: están grabadas. Está claro que era una tertulia, no un artículo de investigación, pero era literal lo que decía. Pero entonces, los textos del fundador, tomados a mano por una mente brillante, ¿eso no es literal, y se usa como temarios y se editan guiones con tanta ilusión?

Recuerdo un detalle de los cursos de retiro en Cavabianca, en que nos ponían una sesión de charlas del fundador. Eran buenas, pero en ellas estaba totalmente prohibido tomar notas. O esos videos que se sabe que estaban recortados… ¿Todo muy medido, no? Pues sí, al milímetro… Una persona que trabaja en el Instituto Histórico de San Josemaría, que en teoría debe tener acceso a todo, me dijo una vez que había un montón de escritos de San Josemaría que no se habían publicado. En plan, documentos de moral, cartas pastorales, etc. Muchas páginas que verán la luz cuando sea oportuno, me decía. Mi conclusión es que son libros tan malos, que mejor no hacer públicos. Tenerlos escondidos y ya está. Ahora a lo que se dedican es a hacer estudios críticos de unas homilías que se publicaron tras la muerte del fundador, y hacerle crecer. Que sea un referente teológico dentro y fuera de la Obra… En definitiva: le quieren dotar de un pensamiento y doctrina teológica que pienso no tenía… Y además: ¿no podría ser que hayan puesto en boca del fundador un montón de ideas que quizá no dijo? ¿Que diría, pero que no dijo? En el Opus Dei se busca que todo el mundo, a lo largo de los siglos, rece con los escritos del fundador, viva con sus escritos, los lea, los predique… Pero, ¿realmente son suyos, de su puño y letra? ¿Dónde está el original de Surco y Forja? ¿Lo podremos ver, por favor? Jamás… Ya podemos sacar conclusiones. Pero para buscar la verdad de algo o de alguien, no se puede juzgar un hecho, por muy grave que sea, sino varios, para ver cuál es el estilo o el modo de actuar… Así, insisto, podemos sacar conclusiones. A ello voy.

Comentaré dos circunstancias fundamentales que se dieron en un momento clave en la historia del Opus Dei, como fue el inicio del proceso de beatificación. Como sabemos, el proceso se abrió inmediatamente (en el plazo mínimo de cinco años) porque a la Santa Sede llegaron miles de cartas de obispos de todo el mundo pidiendo la apertura del proceso. Es curioso: miles, todas a la vez, rápidamente, llegaban a la Santa Sede. Seguro que al bueno de Don Álvaro todo eso le pilló por sorpresa, sin tenerlo previsto… ¡Qué buenos son esos obispos! Seguro que, en cada delegación, alguien tuvo la feliz idea -con libertad- de visitar a sus obispos para pedir esa carta. Más de una vez ha salido en artículos en Opuslibros cómo gente de todas las delegaciones y comisiones de todo el mundo iban a ver a sus obispos para pedir que elaboraran esa carta, y no paraban hasta que la consiguieran.

Me imagino la escena: Don Álvaro pidiendo a cada delegación que cada obispo enviara una carta… Mandato directo: no pararían hasta conseguirla. Los cinco años del fallecimiento los hacía en junio del 80. El proceso se abre ocho meses después. Me imagino al pobre secretario del obispo diciendo “¡qué pesados!”, cada vez que iban al palacio episcopal a pedirlo… Por eso, llegaron tantas cartas a la vez. Imagino, por ejemplo, las delegaciones de Sevilla o Valladolid, por ejemplo, buscando a sus más de diez obispos cada una para conseguir las famosas cartas… ¿Casualidad? No: premeditado. Ya hemos conseguido llevar las cartas al Vaticano. Estamos en el año 1981. Ahora falta que alguien de confianza las reciba dentro del Vaticano, y ya después elaborar listas de testigos, gente de la Obra y gente que fue de la Obra que testificaran… Luego descubrí que no cualquiera que había dejado la Obra pudo testificar, sino algunos en buen plan. Nadie habló mal del fundador en todo el proceso, pero no sigo esta idea.

Don Álvaro pensaba: necesito una persona de confianza… ¿Quién? Pues su propia persona de confianza: Don Javier. Mirad su biografía: “En 1981 fue nombrado miembro de la Congregación para las Causas de los Santos”. Prodigioso, ¿verdad? Si Don Álvaro y compañía fueran cirujanos, serían los mejores del mundo… Creo que ha quedado claro cómo, desde el Opus Dei, se ha manipulado la historia, con su fundador al frente y sus posteriores sucesores y colaboradores, con el fin de dar una imagen que no son… Demasiado fraude, demasiados “cables tensos” para una institución tan perfecta.

Me he alargado. Ya me perdonaréis. Quería hablar de la libertad en la Obra –la explicaré desde dentro-, la corrección fraterna… En fin, muchas cosas que necesito contar y hacer ver. Insisto, ojalá tenga que retractarme de lo dicho, pero no creo que sea así. Os dejo mi correo, creado para la ocasión:

sinrencordenada@gmail.com.

Me encanta el debate ;-)




Publicado el Monday, 09 September 2019



 
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