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 Tus escritos: Esclavas de los hombres por vocación divina (1).- Salypimienta

077. Numerarias auxiliares
salypimienta :

ESCLAVAS DE LOS HOMBRES POR VOCACIÓN DIVINA (1)

Salypimienta, 21/10/2019

 

Desde hace unos meses he tenido contacto con varias ex numerarias auxiliares. Unas han invitado a otras y sin planearlo se ha formado un grupo en el que nos mantenemos en contacto por whatsapp y algunas veces nos reunimos las que podemos para platicar en persona. Por iniciativa mía lo hacemos en un parque céntrico de la Ciudad de México. Cuando algunas me pidieron que me reuniera con ellas quería estar en un entorno informal en el que no pareciera ni de lejos que estábamos en círculo o algo parecido. Poco a poco hemos ido tomándonos confianza y construido una amistad.

Desde hace tiempo me han pedido que escriba sobre ellas. No había querido comenzar a hacerlo hasta tener una idea muy clara de lo que habían vivido ellas dentro de la Obra, porque no creo que ni las directoras de las administraciones se den cuenta de las injusticias que se cometen con ellas a todas horas. Yo misma, aunque me imaginaba algo, no sabía a ciencia cierta la durísima realidad que viven estas mujeres…  



Las que han salido más recientemente dicen que las reglas y las condiciones que tienen que cumplir se han relajado un poco de un tiempo para acá: ya pueden tener teléfono móvil, ya pueden tener acceso a internet y tener cuentas en redes sociales, ya pueden tener tardes libres y salir sin que las acompañe nadie y ya pueden usar uniformes con pantalón, pero esas ‘modernidades’ son muy recientes y pienso que esa apertura se debe a que ya nadie quiere ser numeraria auxiliar. Las pocas chicas que llegan a las escuelas de hostelería no tardan mucho en salir de ahí y las vocaciones brillan por su ausencia. Tanto es así, que han tenido que cerrar algunas de esas escuelas porque no se paraban ni las moscas.

Quiero advertir que todo lo que voy a contar me lo han dicho las mujeres que conforman este grupo en el que son todas ex numerarias auxiliares (yo soy la única ex supernumeraria), que tienen entre 42 y 64 años que pitaron entre 1969 y 1993 y tienen entre 6 meses y 20 años de haber salido del Opus Dei.

EL INICIO

La mayoría de las numerarias auxiliares fueron ‘captadas’ entre los 14 y 15 años.

El criterio para ‘invitarlas’ se basaba en que hubieran cursado la educación primaria, fueran hijas de familias normalmente constituidas (formadas por papá, mamá y hermanos), estuvieran bautizadas y que mostraran un mínimo interés en irse al internado a estudiar hostelería.

Siempre se ha buscado ir a zonas rurales o barrios de bajos recursos a reclutar a estas niñas. El ofrecimiento era tentador: terminarían la secundaria, la preparatoria y se titularían como técnicas en Servicios de la Hospitalidad. Vivirían en un internado donde las cuidarían como hijas y además, todas irían becadas.

Realmente la oferta no podía ser más tentadora. Estudios gratuitos ofrecidos por señoritas súper decentes que hablaban de Dios con una confianza como si de verdad fueran sus secretarias particulares, convencían a las familias que de otra manera no les podrían haber ofrecido a sus hijas más que una vida con privaciones de todo tipo y con un futuro poco halagüeño. Los padres de familia accedían sin mucho esfuerzo y las chicas, todas con ganas de salir de sus casas a buscar nuevos horizontes, partían felices de la vida.

Nada más llegar a los internados-escuela se les leía la cartilla: Trabajo, Disciplina y sobre todo Obediencia. Obviamente todo se va haciendo poco a poco, como en el experimento de la rana en el agua caliente. Al principio todo es novedad, todo es bonito: los cuartitos individuales, la buena comida, las compañeras, las señoritas numerarias que están pendiente de ellas a todas horas, las clases y las tertulias. Lo de las clases es casi un decir, porque aprenden sobre la marcha, o sea, aprenden a barrer barriendo y a planchar planchando, eso sí, con una instructora al lado para enseñarles, sí, pero sobre todo para que el trabajo salga sin ningún contratiempo. Estas escuelas están ubicadas dentro de las casas de retiro y una de ellas (que cerró no hace mucho tiempo) estaba en el mismo edificio de la administración de una Residencia Universitaria. Según la visión de ‘Casa’ con esto se matan dos pájaros de un tiro: por un lado se prepara a chicas de escasos recursos para poder mejorar económicamente sus vidas y las de sus familias, y por otra, se atiende la administración de esas obras corporativas intercambiando el trabajo de ellas por alojamiento, comida y estudios.

Visto así, parece un convenio equitativo, pero la realidad es que visto objetivamente y conociendo la realidad, la Obra es la única que obtiene beneficios sobre este trato. Desde el primer día, a estas niñas se les comienza a adoctrinar para que en cuanto es posible pidan la admisión como numerarias auxiliares. Hay que reconocer que en el Opus Dei se domina la técnica de convencer a las almas de la vocación divina que les fue otorgada desde el principio de los tiempos por Dios.  Con estas chicas lo tienen un poco más fácil ya que las tienen a su merced las 24 horas del día encerradas en los centros, con muy poco contacto con el exterior porque sólo visitan a su familia en casos excepcionales al igual que reciben visitas de sus familiares y las salidas que hacen siempre son acompañadas por una numeraria, nunca solas. Hasta hace pocos años el método les funcionó a las mil maravillas porque antes de terminar el primer año de estudios el 80% de estas niñas pitaba y del 20% restante, al menos el 15% terminaba por pitar en el segundo año. El resto eran las deserciones o a las que expulsaban por alguna causa de fuerza mayor.

A partir de que escribían la carta de admisión, el trabajo se intensificaba ya que además de cumplir sus obligaciones seculares, tenían que hacer las normas siempre supervisadas.

Todas las ex numerarias auxiliares con las que he hablado coinciden en que a partir de la oblación, continuamente se preguntaban si no habían cometido un grave error. Con todas, la práctica era la misma: más charlas con las directoras y más confesarse. Eso para sacar hasta la más mínima duda de su sistema.

La Obra siempre ha tratado a sus miembros como si fuesen niños pequeños, con las numerarias auxiliares la cosa no es diferente. Es unánime la opinión de ellas en el sentido de que las directoras las tratan no sólo como niñas pequeñas, sino como deficientes mentales. Viven supervisadas en todo y a toda hora. No tienen libertad ni para elegir el calzado, que les compran las directoras basadas en el criterio de que sea funcional y barato. La ropa que utilizan en los paseos es la que les dan las directoras y suele ser la que desechan numerarias y supernumerarias. La ropa interior también se las compra la directora de turno.

Desde el momento en que pitan, se les revisa cada semana su habitación de arriba abajo, sacando los cajones y todo cuanto hay en el armario, revisan bajo los colchones y bajo las camas. Estas revisiones pueden hacerse en el momento en que las directoras lo decidan estando presentes o no las chicas.

Conforme va pasando el tiempo, las directoras usan el método opusino por antonomasia de controlar por medio de premios y castigos. A las más dóciles las dejan hacer tareas especiales, como limpiar el oratorio, planchar los ornamentos sagrados, servir la mesa, etc. Las que no son tan  sumisas se tienen que conformar con lavar los baños, fregar las ollas, y todas las tareas menos apetecibles.

Aquí quiero hacer un paréntesis. ¿Alguna vez alguien de aquí ha planchado un corporal o un purificador? ¡Es la cosa más complicada que existe! Por el tipo de tela de la que están hechos (algodón o lino), se tiene que hacer a temperatura baja y suelen arrugarse mucho después del lavado. No se les puede poner ningún producto para ayudar a quitar las arrugas salvo agua y se tiene que planchar con una técnica especial para que no quede deforme de las puntas y las costuras y con ayuda de una cinta métrica para que queden todos los lados iguales. El planchado de un corporal o un purificador puede llevarle a una planchadora experta por lo menos 10 minutos… y hacer esto lo ¡toman como un premio!

Hasta hace poco, las numerarias auxiliares tenían que dirigirse a las numerarias anteponiendo el ‘señorita’ y obviamente sin tutearlas. Cuando se referían a otra numeraria tenían que anteponer el ‘señorita’ al nombre de la persona de la que hablaban. Las numerarias se tenían que dirigir a ellas de usted llamándolas por su nombre. Nunca se podían saludar de beso ni tener ninguna muestra de afecto unas con otras.

Las numerarias auxiliares comen en comedores diferentes, con vajillas, cubiertos, cristalería y mantelería diferentes.

En cuanto a lo que comen, depende donde trabajen. Si trabajan en la administración de una residencia universitaria, una casa de retiros o un centro de la sección de varones, las numerarias comen lo que sobró de la comida de ellos, y lo que sobra es lo que comen las numerarias auxiliares al día siguiente. Si trabajan en un centro de la sección femenina, comen lo que sobra de la comida de las numerarias.

En los festejos tampoco comen lo mismo, a ellas se les prepara un menú más sencillo. ¡Incluso en Navidad! Y no tienen aperitivo y mucho menos se les da ningún tipo de bebida alcohólica.

Todos los artículos de higiene personal son comprados por la dirección y hay que entregar el recipiente vacío del anterior o el artículo deteriorado por su uso, para que se los cambien por uno nuevo y ellas no pueden elegir los de su preferencia.

No sé si exista una instrucción al respecto, pero durante todo el tiempo que estuve en la Obra siempre noté un trato displicente de las numerarias hacia las auxiliares. Todas ellas me lo recalcaron, incluso, dicen que las numerarias encargadas de las administraciones pueden llegar a humillarlas públicamente cuando las cosas no se hacen exactamente como ellas quieren.

La realidad es que el trato de las numerarias a las auxiliares muchas veces llega a ser grosero. Las directoras las ven como seres  inferiores y así lo demuestran en su trato. No les permiten expresar su opinión en nada, ni siquiera en cuestiones técnicas que ellas, las auxiliares, dominan mejor en la práctica. También todas ellas coinciden con que en las administraciones se desperdicia a manos llenas en recursos materiales y tiempo. Por ejemplo: para lavar un baño se utilizan una serie de artículos de limpieza que se podrían sustituir por uno sólo más moderno con lo que se ahorraría tiempo y dinero, pero como las costumbres de la Obra son inamovibles, se siguen utilizando métodos de limpieza arcaicos y así con todo, en las cocinas, en la lavandería, etc. Yo creo que esto se debe a que tienen la mano de obra gratuita, por lo tanto, ni cuenta se deben de dar de lo que desperdician, y a fin de cuentas, si se les reclamara por esto, tendrían un chivo expiatorio para salir del problema.

Salypimienta

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Publicado el Monday, 21 October 2019



 
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