Comienzo de la serie

ESCLAVAS DE LOS HOMBRES POR VOCACIÓN DIVINA (5)

Un día en la vida de las numerarias auxiliares

A las 6 de la mañana toca la campana, hay que levantarse rápido para hacer el Serviam, recoger los artículos de aseo y la ropa y ‘ganar’ la ducha. A diferencia de los numerarios, las numerarias auxiliares no cuentan con baño privado. En cada piso hay un baño con 3 duchas y 3 wc por lo que la que llega primero es la que primera en bañarse. En 30 minutos tienen que estar bañadas, vestidas y con la cama hecha para bajar al Oratorio a hacer la oración de la mañana. Después es la Misa y en cuanto se termina hay que preparar todo para el desayuno de los numerarios… 

La noche anterior ya se han dejado puestas las mesas y todo ordenado para que salga el servicio a tiempo. Después de que terminan de servir el desayuno de la casa de numerarios y de las de la administración, ellas pueden desayunar casi a la carrera, cuentan con poco, sólo 15 minutos. El desayuno de las nax nunca es el mismo que el de la residencia ni el de la administración. Se les dan cosas mucho más sencillas o lo que sobró del desayuno de los numerarios y las numerarias.

Terminando esto es la hora de la limpieza. Todo se hace con cronómetro en mano. Los tiempos están medidos y pobre de la que exceda esos tiempos. Lo primero que se hacen son los cuartos y los baños privados. Después los pasillos y todas las áreas comunes. Del Oratorio de la sección de varones se encargan ‘las elegidas’ pues esto se supone un premio para las más dóciles. Absolutamente todo es revisado con lupa por alguna de las de la administración. No puede haber la más mínima falla porque no se les escapa ni una mota de polvo.

Hay una curiosa costumbre de ‘Casa’ que resultaría chocante para cualquier ama de casa. Todos los paños que se utilizan en la limpieza tienen que ser cosidos de las orillas a mano. Se compra el género por metro, se corta en tramos de igual tamaño y se borda en una esquina el número del piso o de habitaciones en el que se utilizará ese trapo en adelante hasta que se tenga que desechar. Jamás un trapo del Oratorio se utilizará en ningún otro sitio que no sea el Oratorio ni un trapo destinado a las salitas se ocupará en otro lugar que no sean las salitas. Este trabajo de costura y bordado es hecho también por las nax. A las 12 en punto alguna dice: “Angelus” y se detiene toda actividad para rezarlo. Se sigue con la limpieza hasta las 13:30 hrs. en la que entran al comedor en el que tienen 30 minutos para comer.

En México, las numerarias auxiliares siempre han usado uniforme. Este consiste en un vestido con botones al frente (bata) y un delantal. Si están en la escuela de hostelería éste es azul claro con el delantal del mismo color para el trabajo que se tienen que cambiar por uno blanco para asistir al Oratorio, a las ‘clases’ o a las tertulias. Si ya pitaron y acabaron la escuela el uniforme es igual pero de color rosa. Las doncellas encargadas de servir el comedor tienen que ponerse un vestido negro con cuello y puños almidonados blancos, delantal blanco y cofia que se deben de cambiar antes de entrar a servir a los comedores y cuando terminan de hacerlo. Las numerarias de las administraciones usan una bata blanca cuando están supervisando las labores de limpieza, comida, etc. Se la cambian por ropa de calle para todo lo demás.

Las doncellas de comedor NUNCA pueden levantar la vista ni ver directamente a los ojos a ningún varón. Cuando el director les tiene que hacer alguna indicación o pedirle algo, ella tiene que inclinarse (con la mirada baja) para que le de las instrucciones necesarias al oído, pero no puede dirigirle la palabra ni hacerlo con ningún otro hombre ahí presente. En el comedor de las mujeres, tampoco pueden hablar con ninguna que no sea la directora que es quien da las indicaciones y pide lo necesario. No están presentes en los comedores hasta que les llaman por medio de una campanilla. O sea, ¡una familia de lo más normal! Con costumbres casi medievales y por supuesto, con la contradicción correspondiente cuando a ellas les dicen que deben de ver a los numerarios como si fueran sus propios hijos y atenderlos como tales.

Después de las comidas –de ellas, de la casa de numerarios y de las de la administración- la Visita al Santísimo y después media hora de tertulia. Todos los que las hemos vivido en carne propia sabemos lo aburridas que son. Siempre son las mismas anécdotas, las mismas historias y lo mismo todo. Además, las historias que se cuentan en ellas pretenden ser relatos edificantes y sólo consiguen que con el tiempo uno ponga en duda todo lo que se cuenta porque los directoresle echan tanto de su cosecha que terminan haciendo verdaderas fábulas. No he conocido a nadie que esperara con genuina emoción el momento de la tertulia, al contrario, para todos siempre fue una carga que había que despachar cuanto antes. En el caso de las nax hay que tener en cuenta que a la hora de la primera tertulia ya llevan 9 o 10 horas de trabajo pesado. El sentarse a escuchar leyendas no hace más que amodorrarlas, y encima de todo, tienen que luchar para no quedarse dormidas porque inmediatamente les caería encima una corrección fraterna y la regañina de la directora a la hora de la charla.

Algunas normas se hacen en comunidad: Oración, Misa, Visita al Santísimo, Preces y Examen de Conciencia de la noche. Las demás normas se hacen a criterio de cada quien (cuando tienen un tiempecito libre) siempre con la directora interrogándolas: ¿ya hizo la lectura? ¿Rezó el Rosario? etc., que hace que las directoras más que celo por las almas tengan celo por las normas. Las numerarias auxiliares NO tienen un minuto libre desde que se despiertan hasta que se acuestan y es literal.

Las tardes suelen dedicarse a la lavandería y a la plancha. Si algo les da verdadero asco a las nax que trabajan en centros de varones es lavar sábanas y pañuelos. Los pañuelos por razones obvias y las sábanas a causa de las poluciones nocturnas -que las numerarias les explican (me imagino que para no despertar malos pensamientos)- que los varones suelen soltar pequeñas cantidades de orina mientras duermen. Es visto como un castigo lavar estas prendas así como la de algunos que no cuidan tanto su higiene personal y dejan la ropa con olores muy desagradables. En el caso de que alguna arruine una prenda en el lavado o el planchado, la tienen que pagar de su propio bolsillo. En teoría todas tienen una pequeña asignación mensual de dinero para poder comprarse un helado cuando salen a los paseos o para comprar tinte de cabello, etc. Pues de esa asignación que actualmente es de 300 pesos al mes (unos 16 dólares americanos) se tiene que pagar lo que se dañó.

A las 19:00 hrs. hay que preparar todo para las cenas, ellas entran a su comedor a las 19:30 y tienen 15 minutos para cenar. Después lo hacen los varones y al último la administración. Hay que dejar todo recogido, limpio, seco y en su sitio y dejar las mesas puestas para el día siguiente. A las 21:00 hrs. entran a la segunda tertulia en la que es aún más difícil mantenerse despiertas y a las 21:30 van al Oratorio a rezar el Acordaos y hacer el examen de conciencia. A las 22 horas en teoría todas tienen que estar en sus camas. Digo en teoría, porque si quedó algo por planchar o por ordenar o por limpiar, a esa hora hay que terminarlo.

La jornada normal de una nax es de 16 horas al día. Los domingos después de las comidas y dejar todo inmaculado lo tienen libre. Claro que con la libertad supervisada como es costumbre en la Obra. Antes podían salir de paseo siempre y cuando fueran acompañadas por una numeraria. Ahora ya pueden salir solas sin tener que dar santo y seña de lo que van a hacer, afortunadamente, pero con el tiempo restringido.

Una vez al mes, tienen que hacer la hora santa. Todas coinciden en que esa media hora (es lo mínimo que se les pide pero está muy bien visto que sea más tiempo) se la pasaban pidiéndole a Dios no quedarse dormidas en las bancas del Oratorio que era lo único en lo que podían pensar. Estoy segura de que esas ‘horas santas’ en las que la oración era: -¡Dios mío, que no me quede aquí dormida por favor! Dios las ve con más agrado que todas las demás normas.

Continuará…

Salypimienta

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