Utvideam,

Te duele que la obra privilegie el cuidado de sus miembros y que a ti no te cuiden como te mereces. Eso es porque partes del principio general de que la caridad cristiana no hace acepción de personas, pero esa candidez no te va a llevar a ningún lado con la Obra. Ellos solo se preocupan por lo que les resulta útil. Debes tener claro lo siguiente, a la Obra no le interesa ese maravilla irrepetible que constituye cada persona, ni su camino hacia la santidad, sino solo algunas condiciones concretas de los individuos que pueden reportarle beneficios. Te las enumero para que puedas tildar si cumples o no cumples, así te sacas las dudas de si eres apto para ser admitido.

En primer lugar, como requisito sine qua non, no debes tener caídas regulares de pureza. Si este fuera tu caso, y te confiesas con un sacerdote de la obra, ten por descontado que el consejo local lo sabe. En sus reuniones le preguntarán al sacerdote si te ve con condiciones para pitar, y si él mueve la cabeza de lado a lado apretando y estirando los labios como quien esta oliendo mierda, todos saben de que se está hablando. “A buen entendedor, pocas palabras bastan”. O en este caso bastan los gestos. Técnicamente no se viola el secreto sacramental pero la información se transmite fuerte y claro. Con el requisito anterior viene también el de que hayas avanzado en el cumplimiento de un plan de normas de piedad (Misa diaria, Rosario, Lectura, Oración…) consistentemente, al menos por un par de meses. Y por supuesto que estés dispuesto a contar tu vida interior al director del centro o al numerario que tienes asignado. Sin esto puedes olvidarte de que te admitan.

En segundo lugar debes reunir alguno de los siguientes requisitos. Tener “cariño por la Obra” (término genérico que designa buena predisposición doctrinal y a obedecer), que tus modales reflejen una extracción social de clase media para arriba, no ser afeminado o gay, buena presencia física o al menos ser simpático, tener calificaciones altas o un buen trabajo, pertenecer a una familia Patricia de la obra o con dinero (o estar emparentado con una). Ninguna de estas condiciones es por sí misma suficiente para la admisión, sino que debes aportar un “mix” aceptable de varias de ellas. Obviamente todo depende también de cómo vengan los pitajes ese año, y la presión que ponga la Delegación para conseguir vocaciones. Muchas veces el criterio es el de que es mejor pájaro en mano. O sea, que este pite aunque no sirva, mientras vamos conseguiendo a otro que sí sirva (y salvamos cara ante la Delegación).

En tercer lugar debes tener éxito acercando gente a las actividades de la labor. Este requisito es el más importante y en algunos casos puede suplir la falta de todos los anteriores. Ser “apostólico” es lo que realmente ellos buscan. Si tú no sirves para otra cosa, por lo menos serás capaz de atraer a alguno que sí les sirva. Cuando tu vida útil este cumplida y no puedas acercar más gente, ya sabrán ellos como hacerte ver que no tienes “vocación”.

Por último, hay un criterio no escrito que si se trata de personas jóvenes, digamos hasta los 22 o 23, que no tienen condiciones para pitar de numerarios, tampoco se los deja pitar de supernumerarios, por lo menos hasta que sean más mayores. Como digo, es solo un criterio que tiene también sus excepciones. Y, del mismo modo, si alguien ha estado demasiado tiempo en la labor como “chico de San Rafael”, es difícil que el consejo local quiera tomar el “riesgo” de hacerse cargo de su pitaje. Tambien con sus excepciones.

Que alguien me diga que no son estos los "criterios de seleccion" que hacen que una persona sea considerada "valiosa" en la obra.

Espero que esta guía te sirva para saber si tienes alguna chance de ser admitido. Pero mi consejo es que sigas lo que piensas que Dios te quiere indicar, y que busques otro camino. Mejor encuentra a alguien que te valore y te ame por aquellas cosas más profundas que hay en ti. Paz a todos

Otaluto.