Opuslibros - Lo malo de lo bueno.- JasonJonas

JasonJonas :

Para ser justos, si hubiera en la red una página que de manera objetiva (no endulzada o falsa como los maquillados artículos de la página oficial del Opus Dei en todo el mundo), seguramente habría cantidad de artículos que describirían también el bien que realizan los miembros de esta organización en favor de la humanidad en general.

Eso está muy bien, eso es lo bueno del Opus Dei. Lo que no está nada, nada bien, es no querer objetivamente aprender de sus errores y corregir lo que claramente habría que corregir. Eso es lo malo del Opus Dei.

Hoy vivimos una vida terrenal (como paréntesis, mañana sería una vida marciana o saturnina -si es que los seres humanos no se extinguen previamente y alcanzan esos u otros mundos, el hecho de que sea terrenal es meramente circunstancial) y en esta vida existimos, y más que decir en esta vida, me refiere mayor contundencia decir, en ESTA REALIDAD existimos...

Y en esta realidad en la que existimos (no la que desearíamos), es tan común -como en el caso del Opus Dei- lo malo de lo bueno, como también lo puede ser al revés. Así son las cosas en esta realidad, no hay organización perfecta, ni el Opus ni ninguna otra en ninguna índole. Siendo así, un aspecto innegable de ESTA REALIDAD es la existencia del DILEMA*, que, como consecuencia, diríamos: a veces procuro hacer el bien, pero haciéndolo, ya no estoy tan seguro de estar haciendo el bien…

Los dilemas existirán por siempre para el ser humano (mientras se sea ser humano), son propios de nuestro ser o al menos somos los únicos que somos conscientes de ello y los podemos conceptualizar (incluso medio calificar). No hay que ir muy lejos para plantearse el dilema que hoy vivimos en la mayoría de los países en este planeta: ¿Qué hacer?, no salimos a la calle porque así propiciamos un contagio y con ello la desgracia y las muertes, pero si no salimos propiciamos la inactividad económica y con ello el caos, la desgracia y las muertes (más allá de estrategias o planteamientos económicos o productivos, no hay respuesta tajante, no hay solución que abarque todo, habría que valorar cada caso, cada ser humano en sus diferentes circunstancias… y ni siquiera así dejaría de ser un dilema).

En nuestras vidas ordinarias, más o menos, no nos planteamos en nuestra conciencia que vivimos en continuos dilemas… a veces ni siquiera somos capaces de plantearnos las consecuencias de nuestros actos (sin que estos sean dilemas): puedo yo no tirar mi bolsa de basura en medio de la calle, eso seria impensable… pero a lo mejor tiro una colilla de cigarros porque su tamaño lo concibo pequeño y el impacto lo supondría menor (obviamente incorrecta mi actuación en ambos casos, aunque el impacto pudiera parecer menor en el segundo).

Bueno, ¿y todo esto a que va en un correo sobre el Opus Dei?

Afirmo casi categórico (decir casi es incorrecto en esta palabra/adverbio, o se es o no, pero así lo expreso): en el Opus Dei lo que menos existe, en su realidad (no en la que es) son los dilemas morales. En el Opus Dei NO HAY una conciencia del dilema moral, simple y sencillamente se EXCLUYE, caput, así, sin más (hay moral -la suya- pero no hay dilemas, se hace lo que está claramente establecido, no hay más sobre que interiorizar).

Pongamos una secuencia un poquito larga -pero sencilla- de hechos (que abarque desde el origen de los tiempos -como cuando se pide en Google borrar el historial de navegación), para llegar a esta afirmación:

Dios creo el cosmos, en este cosmos nacemos, en cierta época nuestra familia nos educa en una creencia, en una fe (al igual que ellos lo fueron por sus familias, por generaciones, desde basto tiempo y que es la forma en la que se concibe que Dios nos comunica a su vez la forma en la que debemos comunicarnos con Él en este cosmos), esta fe es la correcta, está por sobre todas las cosas, actuando en ello estoy haciendo la voluntad de Dios… En algún momento de esta realidad en la que existimos un señor que se llamaba Jose Maria fundó esta “obra de Dios”, su propósito es hacer el bien (el bien, tan claro como el agua)… En mi existencia me topo por azares del destino (o por designio de Dios, según mi creencia) con el Opus Dei (o con cualquiera otra organización o secta que existe, ha existido o existirá, hasta en eso el Opus Dei no es nada especial)**… En ella reafirman mi creencia, esta obra de Dios embona a la par de mi fe, esta apegada a la iglesia en la que creo, estoy haciendo la voluntad de Dios… Me uno a ella y así lo practico y en lo práctico aquí voy: Debo procurar muchos bienes inmuebles (¿en que otra realidad hacemos la labor de Dios? es material, no somos ángeles) porque en esos bienes inmuebles haremos mucho, muchísimo bien, por años lo hemos hecho, lo hacemos y lo seguiremos haciendo, por eso hay que poseer más (la necesidad es mucha, recordemos a la mies, en personas o en sus medios) y bueno, hay que acercarse a esa pobre viuda que está a punto de pasar a mejor vida y ayudémosla a que transite ese momento en la fe… y de paso, que su corazón bondadoso y generoso le lleva a heredarnos ese bien inmueble que posee, porque ese bien inmueble hará mucho, muchísimo bien, y así, de nuevo el ciclo (digamos, como un “loop” divino) aplicado en todos los aspectos de nuestra REALIDAD humana (por ejemplo, veamos el listado de Orange en su último correo).

- “Oye, amigo miembro del Opus Dei (en la clasificación que sea), ¿no viste que en realidad jamás te acercaste a esa viuda sino hasta los últimos momentos? ¿no viste que en el trasfondo ibas por el bien heredado? ¿jamás te detuviste a pensar que esa herencia le correspondía a sus familiares? ¿no habrá más personas -sus mismos familiares a los que despojaste- mucho más necesitadas de ello?”

- “Nop, amigo común y corriente, ¡yo no hice nada de eso! ¿¿si quien me crees?? Calumnias, yo lo único que hice fue procurar ese espacio inmueble porque ese espacio inmueble se encausará a un bien mayor, en bien de nuestra fe, que tengo claro y todos tengan claro que es la voluntad de Dios, que bien lo dijo Dios que habrá personas que jamás entenderán estos actos de bien…”

Claramente esto tiene un poco de sarcasmo, lo triste es que estas personas (el Opus Dei o quien quiera que tenga esta visión de la realidad que habita y en la que existe) NI SIQUIERA SE HARAN JAMAS ESTOS TIPOS DE CUESTIONAMIENTOS… (recuerdo, como miembro del Opus Dei, yo no me los hacia jamás, hasta cierto tiempo…).

¿Dilemas de actuación?, ¿dilemas morales? ¿dilemas? ¿Cuáles??? NO LOS HAY. EN EL OPUS DEI, COMO CONCIENCIA COLECTIVA, NO HAY DILEMAS MORALES, SU ACTUACION EN SACROSANTA -como santo es su santo fundador… Me pregunto, Dios, al juzgarnos (si lo hiciera), ¿qué juzgaría de aquel miembro del Opus Dei en su afán por hacerse de bienes inmuebles? (por supuesto, esta misma pregunta me la hago también para mí en cualquiera de mis actuaciones, pertenezca o no a alguna organización -que no secta, porque ya implica “dominancia” de la mente y de la conciencia).

Por ello concluyo que el Opus Dei FALLA tanto en lo más sencillo como en lo más profundo de la moral: En lo más sencillo, fallan por simple omisión, porque jamás se hacen los planteamientos adecuados al caso (como muchas veces nos dijeron, en su adoctrinamiento, “no basta que una persona tenga conciencia laxa, ésta debe procurar FORMARSE para salir de esa conciencia laxa… fallan en su propia doctrina), y, en lo más profundo, fallan de manera perversa porque su fin (el fin de Dios para ellos), justifica cualquier medio, excluyen al dilema, aquí sí lo hacen de manera consciente y deliberada (dirán que no es así, pero así es, por su infinidad de hechos “los conoceréis”).

Su FALLO mayor es la SOBERBIA, el no retroalimentar, el no corregir. Ya decíamos, no hay organización perfecta, pero si, obstinadamente, tercamente, “tozudamente” (diría aquel), todo lo que has aprendido que deberías de corregir y que ha derivado en mal procurando hacer bien, no lo corriges, vaya que allí hay SOBERBIA. ¿O es acaso que no los ves? ¡Claro que los ves! Te lo dicen miles de personas que fueron tus miembros y entregaron sus vidas (o gran parte de ella) haciéndolo.

Esta realidad, en la que el dilema humano es nuestro acontecer, es avasalladora… sí, pero también es desafiante y tantas otras cosas más… (solo Dios sabrá). En esta realidad el Opus Dei ha existido, existe y existirá en esencia como es (difícilmente cambiará), solo está en confiar que, en cada ser humano (en este caso, cada miembro del Opus Dei) se haga evidente, de uno en uno (con cada escrito y correo que va para ti amigo miembro del Opus Dei), lo que hasta ahora NO puede ver, que es precisamente lo malo de lo bueno y que en esta visión y aprendizaje, actúen en consecuencia.

Estrictamente no se puede hablar (es personal también mi apreciación), en términos morales, de lo bueno de lo malo (al revés del título): Ni millones de consecuencias buenas pueden ser justificadas por un solo acto malo. En ESTA REALIDAD (nuestra, contingente, como el caos lo es al cosmos) se obtienen (podemos obtener) cosas buenas de cosas malas, pero como una mera consecuencia de algo que NO DEBIO HABER SIDO NUNCA, ni buscado JAMAS.

¿Será así, en los hechos, para el Opus Dei?... Dilemas.

JasonJonas

*El dilema se define más o menos así (no importa que sea de Wikipedia, razonablemente expone su definición): “En el lenguaje cotidiano, se entiende al dilema como un problema que puede resolverse a través de dos soluciones pero que ninguna de las dos resulta completamente aceptable o, por el contrario, que las dos son igualmente aceptables. En otras palabras, al elegir una de las opciones, la persona no queda del todo conforme. Lo que hace un dilema es poner a un individuo en una situación de duda, debatiéndose entre dos alternativas. El dilema puede generarse por diversas cuestiones: profesionales, morales, etc.

**En esta realidad humana, para bien (en la medida que se procura) o para mal (en la medida que se procura), ¿cuántas veces ha existido un ser humano que “ve” una forma de “hacer el bien”-hablando del bien- y por ese “bien” hace todo lo que considera correcto? (ya sea porque lo considera designio de Dios o por pura motivación personal, sin ni siquiera ser egocéntrica o consciente de ello -al menos en su primera motivación). Lo que sucedió, desde mi punto de vista, es que, en ese camino, en Jose Maria pudo más su propia motivación personal que cualquier dilema presente (tal vez por ese impulso que consideraba divino, y tal vez lo fuera). Un ejemplo claro fue su amplio aprecio y favoritismo con el dictador Francisco Franco, no importando lo que éste hiciera, mientras sacara adelante su “obra de Dios”.

Publicado el Wednesday, 15 April 2020