Plutone :
En el colegio de mis primas…
Había un cura que no tenía parroquia. Había monjas que decían que no eran monjas; eran no-monjas. Había seños que no fumaban porque eran no-monjas. Había niñas que decían que no eran niñas; eran no-niñas-no-monjas. Había una capilla que no era una capilla. Había madres que estaban deseando que sus hijas se fueran de su casa. Había padres que no iban nunca a las tutorías porque se sentían incómodos por ser hombres; eran padres-no-tutoría. Había un colegio fotocopia en la misma ciudad, y allí las que se sentían incómodas eran las madres; eran madres-no-tutoría. Había unas seños más importantes que otras, aunque no fueran su tutora; eran tutoras-no-tutoras. Había tutorías sobre los pecados que le habían contado al cura sin parroquia; eran una confesión-no-confesión. Había seños que vivían en un club; eran seños-no-monjas. Había un viaje a Roma al que solo podían ir las niñas que iban a estudiar al club de las seños; era un viaje del cole que no era del cole. Había seños que llegaban en una furgoneta roja y se bajaban fuera de la cancela porque las demás mujeres de la furgoneta tenían prohibido entrar en el colegio; eran supuestas non-gratas. Había convivencias a las que solo iban tres niñas, con el cura, una seño y dos mujeres de la furgoneta; eran convivencias-no-convivencia. Había niñas enamoradas de aquellas mujeres de la furgoneta. Había mujeres de la furgoneta que se pasaban toda la tarde con ellas. Había niñas que les mentían a sus padres para convertirse en niñas-de-furgoneta. Había niñas-de-furgoneta que de pronto se aficionaban a las faldas y a las misas. Había, al lado de la no-capilla, una habitación pequeña en la que siempre encontraban vino y tabaco; era una salita-no-apta-para-menores en un colegio de menores. Había una niña judía que se fue espantada a los dos días; era consecuencia del carácter no-ecuménico del colegio. Había una directora que se fue por depresión cuando el colegio alcanzó el número máximo de alumnas; era la directora-no-directora. Había una excursión de fin de estudios para que siguieran estudiando con otras no-monjas en una universidad-de-furgoneta. Había en la no-capilla unas fotos de un cura con gafas que dijo que había recibido un mensaje de Dios, aunque también dijo que no se abrirían colegios. Había, por tanto, un fundador-no-fundador. Había que pagar por todo, hasta por esas fotos, porque el cura de las gafas había dicho que lo mejor es el apostolado-de-no-dar. Había, también, una caridad-de-la-no-caridad y una amistad-de-la-no-amistad. Había madres que llevaban en el monedero una foto de ese cura con gafas, que montó un tinglao-de-furgoneta para que lo iluminaran por detrás en esas fotos. Había, en fin, un santo-no-santo que fundó-sin-fundar un colegio con niñas-no-niñas, seños-no-monjas y padres-no-tutoría después de recibir un mensaje-no-mensaje que un día escribió-y-luego-quemó para que la gente supiera-y-no-supiera lo que en aquella visión-no-visión había visto-y-no-visto.
En el colegio de mis primas les hablaron de aquel santo-no-santo, por ser el fundador-no-fundador del colegio. Según afirman las seños-no-monjas, aquel cura afirmó ser un instrumento de Dios, de un Dios amigo de los pobres que de pronto le hizo ver que debía ocuparse de la élite. Por lo visto-y-no-visto, ahí quedó la cosa. Y el resto fue de su cosecha. Tras mucho llevarlo a la oración en una capilla-no-capilla, el santo-no-santo tuvo una visión preclara de la élite: Sería una élite masculina, que no femenina; una élite que, al ser masculina, necesitaba de un servicio doméstico femenino; una élite que no era tal élite si no era guapa, joven, atractiva y estaba sana como una pera. Y el buen hombre fundó la sección de mujeres, creó a las auxiliares y sacó de la élite de la élite a los que tenían diabetes, como él.
Mis primas dicen que sí, que el colegio es del Opus y el Opus es Dei porque son inescrutables.
Plutone
Publicado el Wednesday, 15 July 2020
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