EBE :
Lo que cuentan Isla (17/9) y Mariano (15/9) es una experiencia universal: generalmente no se habla abiertamente de estos temas en las familias donde los padres son supernumerarios y un hijo numerario ha dejado la Obra. Es que hablar «del tema» lleva a un dilema: recordarle al hijo «su fracaso» o descubrir definitivamente que la Obra es nefasta. Y ninguno de los dos caminos quieren recorrer. Por eso se produce el silencio o Gran Paréntesis.
Y también es posible que, inconscientemente, no quieran pasar por lo mismo que pasó el hijo: la decepción respecto de algo tan estimado como la Obra.
Pasa el tiempo y «todo vuelve a la normalidad» para esos padres: asistir a los medios de formación, dar charlas al grupo de cooperadores. «Escarmientan en cabeza ajena» pero al revés: viendo la decepción sufrida, no quieren ellos pasar por lo mismo, por eso se vendan los ojos. En lugar de enfrentar el problema, hacen como si nada hubiera pasado.
En el peor de los casos, enfocan todo el asunto en el hijo, para «acotar el problema» y así «salvar a la Obra». A ese nivel perverso llega la formación que imparte la Obra: a sacrificar a los hijos «en bien de la Obra» y que además todo esto se haga «con mucho cariño y comprensión». Lo que se dice un perfecto lavado de cerebro.
Muy buen punto el que señala Otaluto (17/9), recomendable su lectura.
Saludos,
E.B.E.
Publicado el Sunday, 19 September 2004
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