En su correo de ayer (9/ene) Kaiser comenta sobre otra "profecía" del fundador, quien anunciaba que "el futuro Papa será santo". Pues, la verdad es que ya no sé si lo que ocurría es que, a base de anunciar futuras características del futuro Papa, pues alguna acertaría, pero mi memoria disiente de la de Kaiser porque lo que yo recuerdo es una expresión del fundador en que invitaba a rezar por el Papa (entonces Pablo VI), y añadía algo así como "por el actual y por el que vendrá después, que será mártir".

Yo me figuro que en "rigor profético" no vale saltarse a Juan Pablo I para aplicar la "profecía" a Juan Pablo II. Sin embargo si nos permitiéramos esa licencia y aceptáramos que el fundador se refería a Juan Pablo II, tendríamos que llegar a la conclusión de que la Virgen de Fátima, quién, tal como está convencido el propio Juan Pablo II le salvó la vida en el atentado de Ali Agca el 13 de mayo de 1981, es la responsable del incumplimiento de la profecía. Un conflicto de jurisdicciones realmente complicado.

Otra posibilidad es que la "profecía" realmente se refiriera a Juan Pablo I, en cuyo caso se debería dar mucha credibilidad a las tesis que han apuntado a que ese Papa fue asesinado (ver, por ejemplo el artículo de José Manuel Vidal en El Mundo). En este caso parece que en la Curia se debería poner mucho más interés en investigar la muerte de Juan Pablo I, puesto que la sospecha vendría no solamente de las investigaciones de los periodistas sino que estaría avalada por la "profecía" de San Josemaría. Además, en caso de confirmarse que Juan Pablo I fue mártir, entiendo que procedería abrir un proceso de canonización ínmediato. De esta forma se cumplirían de una tacada las dos "profecías": que sería santo, como indica Kaiser, y que sería mártir, como recuerdo yo que le oí. Impresionante.

Finalmente la tercer opción es que el fundador no estuviera utilizando la palabra "mártir" de manera literal. En este caso no me vale esta profecía como prueba del carisma de profecía del fundador. Porque en ese sentido mártires los hay a montones, entre otros todos aquellos que aceptan sus palabras según las cuales "en el Opus Dei, obedecer o marcharse". Así lo indica él mismo en Camino 622: "Qué bien has entendido la obediencia cuando me has escrito: "obedecer siempre es ser mártir sin morir"!

Ottokar