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 Correos: Sobre el Rencor o del Resentimiento.- Emevé

040. Después de marcharse
Emeve :

En primer lugar, debo confesar que buscaba una excusa para escribir diciendo que coincido con Ana Azanza en que Jacinto Choza se equivoca al decir que lo “bueno” lo hemos aprendido en la Obra.

Y yo creo que no, yo ya trataba bien a la gente antes de pitar, por eso me llevaba bien con todas las del centro y por eso me convertí en “pitable”. La delicadeza del trato, la gentileza y la amabilidad yo la aprendí de mis padres, que en eso son campeones. En el opus me puse, más bien, un poco elitista. Así que es mejor detenerse un poco, quizá Jacinto quiso decir que el “óptimo” habría sido que la vida del Opus sea así, pero creo que no lo es. No pasé mucho tiempo dentro, se me trató casi siempre bien, y nunca me enfrenté con ninguna, pero fui testigo de malos tratos y zancadillas, así que creo que Ana Azanza está diciendo la verdad.

Además es injusto decir que la Web es estupenda gracias a virtudes que se aprendieron en el Opus, yo creo (humildemente y sin afán de querer corregirle la plana al autor de los libros que tuve que leer en la Universidad y en los Semestres - estudios internos-) que la Web es estupenda justamente porque en ella se hace gala de todas aquellas virtudes que allí dentro no se practican.

La excusa de este escrito es que recibí una llamada telefónica que me obliga a hablar más cosas sobre la publicación de Jacinto del viernes, en la que habla sobre el rencor. Y es que la amiga que me llamó me dijo “eso está escrito para ti”.

Así que lo releí, y como la primera vez, no me sentí incluida. Igual, como me pasa siempre, cada vez que me dicen que tengo un defecto y yo pienso que no, a priori no creo en mi “propio juicio“, porque por principio (un principio dolorosamente grabado en mi subconsciente, no sé si desde pitar) yo “tengo todos los defectos hasta que se demuestre lo contrario, y si no lo acepto es porque soy soberbia“.

¿Rencor? Estoy casi segura que no lo siento, me sorprende parecer que lo siento, si he odiado a alguien estos años ha sido a Dios (por llamarme y abandonarme) y a mí (por haber sido débil y haberme enfermado), y hoy que he conocido la Web, me doy cuenta que estaba equivocada, que me engañaron y que me fallaron y entonces quiero reconciliarme con Dios y conmigo.

 ¿Rencor? ¿A quién? ¿A los que me hicieron pitar? Muy difícil, yo también hice pitar a alguna gente y lo hice de buena fé, pensando que servía a Dios. Unas se fueron, otras siguen dentro y dicen ser felices. ¿A la Opus? ¿a una Institución? No me parece normal poder tenerle rencor a una “persona jurídica de derecho canónico”. Pero examinemos ¿qué es lo que deseo para el Opus? Lo tengo clarísimo: que no haga más daño, y que quienes estén dentro sufriendo, puedan reconstruirse fuera lo antes posible; que si no cambian la forma de ser, que no les piten 500 por región, sino sólo aquellas 2 ó 3 que de verdad “reúnen los requisitos” y que no hagan daño a las otras 498 que se irán medio rotas. ¿A San Chemita? La verdad el pobre no me estafó nunca, porque nunca le tuve ni fe ni cariño (era una de mis “luchas” estando dentro: no lograba “amar” al fundador), así que poco rencor podría tenerle, aunque la verdad es que tiene tantas cosas que uno se puede reír mucho del pobrecito... ¿A la Iglesia? No lo sé, quizá siento que me ha defraudado al no advertirme, pero yo tampoco he sido nunca una hija muy “fiel”, así que pasamos la una de la otra...

¿Perdonar? ¿a quién? ¿a Destino que hizo que yo viva lo que viví? pues si de eso se trata, ya lo he perdonado, sólo me interesa superarme y reconcliarme con Dios, ya lo he dicho.

Tampoco les tengo afecto ni les puedo ayudar, eso es cierto. Un amigo mío me pide que le de una mano en una iniciativa que le hace albergar la esperanza de mejorar lo que está mal en la institución, y la verdad, no puedo, no quiero involucrarme ni para bien ni para mal con el Opus Dei. Fuera de ésta página no los menciono, aunque no les hago “mala fama” y ni siquiera son parte de mi día a día. Lo que es parte de mi día a día es lo que heredé de mi paso por el Opus, ese tener que luchar constantemente contra la depresión que me ha atormentado estos casi 7 años, ese tener que aceptar que no soy fea, que no soy idiota, que no soy una basura ni el tacho de la basura, que no soy cobarde, que no soy egoísta, que sí soy generosa y que sí sé amar, y que además puedo darle la mano a gente que siente lo que siento yo y vive lo que vivo yo o lo que he vivido, y que a pesar de que no sé para qué nací ni si tengo un “destino”, puedo ser feliz buscándolo, que la vida es eso.

Así que esto va para quienes, como esta chica tan buena, creen que vivo en el rencor, y para mi misma. Te equivocas, lo he analizado y si no fuera por tu llamada, ni siquiera me habría sentido en la necesidad de hacerlo. Eso sí, detesto que se hable de mí a mis espaldas y que se comenten cosas tan íntimas como mis defectos o virtudes, lo detesto y me pongo de mal humor, pero si lo hacen (como lo hacían en el consejo local) no les puedo guardar rencor. Me duele, me da pena, pero nada puedo hacer. Detesto también cuando se presume que estoy diciendo algo que no digo o que estoy haciendo algo que no hice sin que se me pregunte y sin que se me deje explicar. Lo detesto, me duele, pero lo tengo que aceptar, el mundo es como es, la vida es como es, y son pocos quienes en realidad me quieren y me entienden, así como -en realidad- yo sólo puedo entender y querer a algunos pocos.

Supongo que lo de mi supuesto “rencor“ viene en que alguna vez he perdido la paciencia con gente de la obra. Pero que sepas que no lo he hecho porque sea de la obra (de hecho uno de mis mejores amigos en esta Web es un supernumerario), sino es porque es “part time” según propia confesión, porque desde la primera vez puso en duda todo lo que dije con un tono de superioridad que me rebela, porque me hace quedar mal siempre que puede y porque tiene mejores formas que yo. (Jeje, es que soy un fosforito, ya me lo decía mi madre, el problema es llamarse margar-ITA, que el nombre acaba como la dinam-ITA y explotamos muy rápido, pero qué diantres, nadie es perfecto, ni siquiera yo que soy futura santa). Finalmente, sí, acepto que no le tengo paciencia, acepto que me cae mal, pero para evitar conflictos y evitarme malos ratos (lo que es una muestra de que me estoy queriendo) es que no he vuelto a frecuentar el lugar que él frecuenta.

A mis seguidores he de decirles que por favor no crean que soy un espíritu no evolucionado que se revuelca en la bilis y en la merde de su rencor y su rabia jurando cada mañana destruir la opus “así sea lo último que haga” (cual Gargamel ex numerario... que odia a los pitufos). La Opus no ocupa un lugar en mi pensamiento, cada vez que paso por un centro pienso en las que conozco, viven dentro y sé que sufren y pido porque no sufran más. Por las que son felices sólo pido que lo sean siempre, por las que disfrutan destruyendo vidas, pido que Dios las perdone. Para los “numerarios dialogantes” y los “part time” le pido a Dios paciencia y que alguna vez yo pueda tolerar su burla sobre mi dolor (que aunque es cosa de mi pasado, siempre será mío) y no perder la paciencia, aunque el día que yo sea fría como el hielo, dejaré de ser yo. Pero bueno, también es de considerar que el día que yo me vuelva “dialogante” como ellos, significará que he alcanzado el estado de perfección en cuyo camino me encuentro...

Esta semana no se han reportado milagros, pero quien los haya recibido por mi intercesión, escribir al mail que he puesto en la Web nueva, se dará buena gratificación.

Saludos a todos,

Emevé




Publicado el Sunday, 20 February 2005



 
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