Carbono14:

Mira, chico, yo estoy fuera, pero puedo verte desde dentro. Y te veo mal. Crees que con tus evasivas has ganado la partida y no se trata de eso.

Dime, ¿qué sentido tiene resistirse a los directores?¿Cómo puedes vivir recelando de tus propios hermanos? (No importa que sean todos o algunos -como dices que decías-, con que sea uno me basta para decirte yo también y a la cara que ese recelo es de mal espíritu). ¿Qué clase de clima de familia es ese en el que andas metido? Reticente ante los directores y recelante de tus hermanos... ¿A santo de qué has hecho tú exactamente la fidelidad? A una vida de entrega y obediencia no, obviamente. A una capillita que te has montado tú mismo. Tu director no debe prestarte mucha atención, porque esas cosas saltan a la vista, muchacho. Quizá sea que les importas poco. Puede que se estén limitando a esperar tu defección. Habrás oído hablar del borrico de noria ¿no?. Pues tú te has quitado las orejeras, amigo.

Tu situación dentro me escandaliza. Habla abiertamente con tu director de toda esta empanada mental que te has montado y, o bien te propones revisar tu actitud y vivir plena, sencilla y fielmente el espíritu de Casa, o vete pidiendo la dispensa. No veo que estés en condiciones de reformar nada si no te has despojado primero de todo ese lastre que acarreas de soberbia, reservas y actitudes calculadas. Y estoy seguro de que cuando te hayas enfrentado a tí mismo y te descubras tal cual eres, comprenderás que quizá hay que empezar por reformar tu interior, y estarás en condiciones de decidir por tí mismo qué rumbo tomas, si el de los directores -¿a qué resistir?- y el de alfombra de tus hermanos -¿a qué recelar?-, o el de la puerta. Te lo digo de corazón. Y hago votos por que te aclares.

Un saludo. Kaiser