emeve :
Tengo una tía muy divertida, bueno, no es que ella se divierta mucho, sino que nosotros nos divertimos de ella. Para no enredarme, aquí va un botón:
- Hola tía, ¿cómo estás?
- Muy bien gracias
- ¿Y cómo está tu hija?
- ¡Yatiquetimporta!
- ...
Claro, las risas se dan cuando el otro (el que no es mi tía) cuenta al resto de los familiares la respuesta que obtuvo, y así, es tradición en mi familia decirle a aquel que se está pasando de listo: “¡yatiquetimporta!”
Todo esto me vino a la mente cuando leí la respuesta de Sonsoles (30.03) a una curiosa opusina que preguntaba algo así como nuestra relación con Dios y tal, la verdad, ya casi no presto atención a los opusinos que escriben en plan “prelatureitor”, sólo leo las respuestas de mis amigos. Confieso que a primera impresión me parece que Sonsoles tiene razón y encima lo responde con cariño y muy bien porque yo le hubiera dicho “¡yatiquetimporta!”. Pero, luego me pongo a pensar... ¿entonces de qué vamos a hablar en esta web? ¿no se trata de decir lo que pasamos los que salimos de la Opus ya sea por fuerza propia o forzados? ¿entre esas cosas que vivimos no está nuestra relación con el Dios al que se supone le firmamos un “cheque en blanco” cuando nos hicimos opusinos?
Obviamente que el sentido de la pregunta de la referida opusina (y de todos los opusinos que entran a la web “de casualidad”) no es interesarse por cuánto daño nos hizo (a algunos) la Opus en nuestra relación con Dios, sino en decir que somos todos unos “blasfemos” y que escribimos contra la Opus y contra la Iglesia porque somos apóstatas de la fé y otras cosas (si estuviera Sancho cerca me ayudaría, porque él recuerda mejor que yo los “adjetivos calificativos” que nos lanzan, que además nos divierten mucho a él y a mi).
Entonces está bien que no hablemos de nuestra relación con Dios para satisfacer la curiosidad y “encargo apostólico” de ésta señora que debe ser una santa; pero quizá sí sea bueno hablarlo (sin más) para que quede constancia de que el daño que hace la opus (a “algunos muchos” que escribimos y a “algunos otros muchos” que no escriben) no es sólo sicológico, económico, político, cultural, sino especialmente espiritual.
A mi la Opus Dei me alejó de Dios y me rompió en mil pedazos el amor y la fe ciega que tenía. Mi relación con Dios nunca más volvió a ser la misma y mi relación con la Iglesia es inexistente. Todo esto (lo digo sin temor a equivocarme) fue gracias a la experiencia Opus. He leído que a Carmen Charo y a algún otro le pasaba algo parecido. A mi esto me duele mucho hoy en día y de ello “son testigos los días jueves y los huesos húmeros, la soledad, la lluvia, los caminos”(*) y algún amigo querido que me ha oído llorar.
Saludos a todos,
(*) versos del poema Piedra Negra sobre Piedra Blanca de César Vallejo (uno de mis favoritos)
Publicado el Friday, 01 April 2005
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