Cuando uno habla con alguien de la cosa, siempre te acaban sacando la PRELATUUUURA como, dice Satur, dándote a entender que ellos son pata negra, y por eso tienen un feeling, una french connection con el One, o sea su Santidad, que es casi como decir Dios. Parece que ellos no tienen suficiente con estar pastoreados por su obispo ordinario, tienen que ascender a un Nivel Superior. Como si eso les hiciera más obedientes a Dios o más caritativos o yo qué se...

Y como en nuestra Iglesia todavía somos muchos los que no hemos entendido eso de la comunión, la salvación que nos da Cristo, la igualdad radical que confiere el bautismo, pues hay gente a la que ese tipo de arreglos / instituciones / fórmulas le impresiona favorablemente. Piensan que por algo será. La opus suele hablar como si la prelatura fuera una patente de corso para seguir el camino que mejor les parece, o sea para servir a la iglesia como quiere ser servida.

Por eso, cualquiera que no sepa de qué va la cosa, si tiene alguna duda, si tiene remordimientos por no saber si incorporarse / marcharse / dudar de tan molona institución, que se entere:

- La prelatura personal sólo afecta a los curas del opus, el resto colabora.

- La prelatura personal es una fórmula jurídica, no añade nada, no aporta nada especial al hecho de ser cristiano, que no tiene que ver con personalidades ni prelaciones (con perdón) sino con ser buena persona en el mundo de hoy, o al menos no ser malo.

Lo demás es cuento. Otro gol de los orejas.

Ramón