Me ha dejado pensando profundamente la frase de la web: «¿quién sabe qué cosas hubiéramos sido capaces de escribir siguiendo dentro?» ¡Es muy cierta esa reflexión!, pero además es terrible. Muchas gracias a la web por ese pensamiento tan profundo y tan práctico a la vez.

Además, no es difícil imaginar la violencia física que una persona, como la que escribía el viernes pasado, podría ejercer hacia quien no piensa como ella. Sus razonamientos tropezaban con sus manotazos emocionales y no estaba muy claro lo que quería decir pero sí lo que quería hacer.

Recordaba las palabras de Juan Pablo II de su carta "Tertio Millennio Adveniente":

«Otro capítulo doloroso sobre el que los hijos de la Iglesia deben volver con ánimo abierto al arrepentimiento está constituido por la aquiescencia manifestada, especialmente en algunos siglos, con métodos de intolerancia e incluso de violencia en el servicio de la verdad.»

«¿Cómo no sentir dolor por la falta de discernimiento, que a veces llega a ser aprobación, de no pocos cristianos frente a la violación de fundamentales derechos humanos por parte de regímenes totalitarios?»

La actitud de esa persona que escribió el viernes pasado justifica más aún el sentido del anonimato en esta web.

Saludos,
E.B.E.