Dice Alisha en su envío:

"No quiero dejar de tratar al Señor ni apartarme de su Iglesia..."

Después de unos meses fuera resulta que ahora hablo más del Opus que nunca, con un montón de gente, entre ellos con algunos combatientes en activo que abren su corazón... Muchos son los que, como tú, no quieren dejar de tratar a Dios ni apartarse de su Iglesia. Al principio les decía que esperasen hasta tenerlo muy claro, a que la cosa cayera por su propio peso... Pero últimamente estoy cambiando el discurso... Cuando uno empieza a "flaquear" todo son problemas en el Opus Dei, porque lo que se sale de la norma es un poco molesto. Al menos, a mí me resultaban muy molestas las excepciones cuando tenía responsabilidades dentro. Si no estás "en buen plan", entonces la tensión se va acumulando, aparece el estrés y si te descuidas la depresión. Son experiencias tan nefastas y que hacen sufrir tanto que provocan un replegamiento en uno mismo (e impiden "tratar al Señor") y que generan desconfianza y el consecuente apartamiento, hacia todo lo que pueda recordar a la causa que originó todo  (por eso las malas experiencias en la Obra pueden aparecer acompañadas de alejamientos de la Iglesia).

Por tanto, si es verdad eso de que "No quiero dejar de tratar al Señor ni apartarme de su Iglesia..." estabiliza tu situación cuanto antes, descubre al Señor por otros caminos, conoce a otros hermanos tuyos en la Iglesia, siéntete acompañada y aceptada por ellos y, si para recuperarte tienes que cortar con el Opus, corta; por tu propia salud física, mental y espiritual. El fin de tu vida es la santidad, no el servicio a una Institución, por noble que ésta sea. En cualquier caso, que sepas que te respalda San Josemaría, que fue quien dijo eso de que "Cada vez estoy más convencido, van al Cielo los que saben ser felices en la tierra".

Spiderman