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 Tus escritos: Después de un blackout de 7 años (español).- Hanneh

010. Testimonios
sonsoles :

Después de un blackout de 7 años

Hanneh

 

(Escrito original en francés, 8-mayo-2006 - Traducción por Sonsoles, 12-mayo-2006)

 

 

A todos los que leen esta página y particularmente a todos mis compañeros que no conozco pero que viven en cualquier parte de mi corazón: todos los ex numerarios y agregados. Es la primera vez que escribo realmente en esta página porque conozco el sitio sólo desde hace apenas unos meses…

 

 Soy francesa y fui numeraria durante 13 años y como he dicho brevemente en mi primer contacto con orejas, he hecho un blackout con el Opus desde hace 7 años,  desde el día en que no perseveré, como se dice en el Opus Dei. Lo que me hace pensar en esa expresión libanesa, ya que yo vivo en el Líbano: aquí cuando se habla de esos 17 años de guerra que acaban de ocurrir, se dice los acontecimientos.

 

Yo no sé en qué apartado de Orejas clasificar lo que estoy escribiendo pues está entre testimonio y afectividad, para mí está todo eso tan mezclado…



A propósito de los correos de Josito, Guiomar, edu, Sonsoles… que he leído con mucha atención, quisiera deciros que he vivido con gente en el Opus que tenían un gran corazón, que sabían verdaderamente amar a los otros y los comprendían y me gustaría rendirles homenaje porque pienso que siguen en la obra.

 

Me acuerdo en particular de una numeraria. Yo tenía 20 años, ella tenía 30 y me acompañaba a la estación. Yo volvía de pasar 1 mes en Madrid en una gran Administración para alejarme de mi familia y para que comprendiese lo que era la Obra en España. Al dejarla yo no le dije pax, y ella no me respondió in aeternum pero yo le dije: “Es difícil tener un corazón” y ella me respondió en seguida: “Pero es bueno ¿no?”

 

Yo no lo he olvidado jamás y me pregunto que habrá sido de ella.

 

En todo caso, yo no me he encontrado con ese tipo de personas en las altas esferas del estado mayor opusino. Había incluso un sacerdote, Director Regional y director de conciencias que yo rechazaba especialmente y al que llamaba Guernica pues me hacía pensar en el cuadro de Picasso. Después de cada confesión con él, en lugar de dejarme el corazón en paz, yo me sentía Guernicada. No pienso que fuera la única.

 

En cuanto a la Directora Regional de la época, en mi última entrevista con ella antes de irme, me dijo de la forma más seria del mundo:

“Podrás continuar viva, pero tendrás una minusvalía siempre, como si tuvieras un brazo menos”,

“Pero” añadió ella, “quizás se pueda vivir con un brazo menos”…

 

Hay algo bastante paradójico que aprendí en el Opus, tenía siempre una tendencia a las amistades particulares contra las cuales intentaba luchar, pero era más fuerte que yo, y a la vez aprendí  querer a numerarias que en mi vida de hoy e incluso de antes no podrían haber sido nunca mis amigas.

 

No pensé nunca que yo era una numeraria ejemplar, en 13 años, no hice pitar a nadie, no recibí nunca charlas fraternas, no tuve nunca encargo apostólico en la obra de san Gabriel, sí en la obra de San Rafael, (entre nosotros, muy pequeño porque en Francia y no se nos dejaba de repetir que Francia era una pequeña región que debía crecer, crecer, crecer…)

 

Es cierto que en cuanto a numeraria tenía una vida un poco peculiar porque yo trabajaba en el cine y que poco después de hacer la fidelidad, pedí una dispensa de la  vida de familia porque explotaba.

Había tal distancia entre el mundo de mi trabajo y simplemente de la calle (la calle,  esa calle de la que se habla tanto en el Opus Dei y por la cual se pita) y el universo asfixiante, confinado, “fuera de la vida” de los centros que me angustiaba profundamente.

 

A propósito del cine, yo quería justamente añadir que trabajar en este medio “peligroso para mi alma” no ha sido fácil,  tuve que luchar también pues los 3 primero años de mi vida en el Opus, estaba orientada hacia estudios de arquitectura-decoración interior, comprendí más tarde que mi carrera estaba totalmente trazada hacia la instalación de los Centros. Entonces, después de esos 3 años de estudios, les dije que “ahora que yo había echo eso, me gustaría realmente volver a mi verdadera vocación profesional”.

 

Y por volver a nuestro tema sobre lo que se podría llamar el malestar afectivo de los ex numerarios y agregados,  me parece que ante todo nosotros y yo estábamos comprometidos a una fidelidad absoluta con Dios y personalmente no he dudado nunca del amor de Dios hacia mí, lo que hace que yo nunca haya dudado conscientemente de mi vocación al Opus Dei pues para mí dejar el Opus Dei era traicionar a Dios. Sin embargo, pedía a Dios a menudo en la oración salir de allí.

Antes de hacer la fidelidad, había preguntado a la directora de mi Centro: “¿voy a hacer la fidelidad?, por supuesto, me respondió. ¿por qué? No lo comprendo, yo no soy nadie realmente brillante” Si, pero tú tienes vocación, tu tienes la vocación. Una vocación como una catedral, y una vocación de numeraria”, tuve que oír constantemente durante 13 años.

 

Hasta el día en que en Beirut, en la calle,  en una calle destruida por la guerra, cuando andaba a círculos, hace 7 años, le dije a Dios que ya estaba harta de representar un papel de figurar. Entré en el centro, saludé a las personas que estaban en el vestíbulo y  salí inmediatamente, llena de una libertad completamente nueva, la de haber dicho que no a esos 13 años de mi vida pasada y con la certeza de que nada ni nadie podría hacer echarme atrás de esa decisión.

 

Cuando escribí mi carta de dimisión al Padre, hizo que me respondieran (como si un padre no fuera capaz de hablar directamente a uno de sus hijos que está diciéndole adiós para siempre) que no le convencía mi carta. Debí escribirle un segunda carta diciéndole que todo lo que estaba en mi primera carta, lo había escrito en presencia de Dios y que había madurado en mí durante 13 años y que sobre todo, no se puede amar si no se es libre.

 

Durante 7 años he hecho un blackout sobre el Opus y desde él, me quisiera dirigir en particular a Josito, Edu y tantos otros: no, no sois los únicos que vivís ese mal estar afectivo y sabéis, tengo la impresión a veces de errar por el mundo, llevada por el primero que me sonría.

 

Creo además que es un problema existencial muy grande en occidente, hay una gran tendencia a la depresión en los países llamados desarrollados.

Personalmente lo que me salvó fue llegar a Beirut donde los cañones acababan de callarse.

Beirut estaba en plena reconstrucción y yo también, es  por lo que se produjo el flechazo entre esa ciudad y yo.

 

Hace falta tiempo para reconstruirse de aquello, sé que lo sabéis. Pero quería particularmente deciros que tanto si se entró como numerario con 15 años con una educación detrás de fomentos o un poco después con 18, y no se hubiera oído hablar del Opus Dei jamás, uno se compromete sobre todo con Dios y por El y pienso que no nos dejará caer nunca.

 

 Os confieso que no voy ya a la iglesia, ni desde hace 5 años recibo los sacramentos, pero echo de menos a Dios terriblemente. Quizás para algunos de nosotros, (somos cada uno tan diferentes!), es más difícil que para otros tener una vida de pareja sea cual sea, no por egoísmo, no por falta de experiencias, pero quizás se ha tenido a Dios como compañero (incluso si el concepto de compañero está directamente ligado a una visión opusina) y que se quiere probar que en este aspecto, se es normal.

 

Creo sobre todo, como sabéis también vosotros que el proceso de reconstrucción-reconstrucción es largo… para mí, está lejos de haber terminado, ha comenzado sólo hace 7 años, pero quisiera deciros que jamás se tiene el derecho de sentirse condenado, incluso si ese peso de tantos años pasados en el opus vuelve a menudo a molestarnos y que a veces cueste tanto desembarazarse de hábitos justificados por un autollamado “llamada a la santidad” que se fijó en nuestra conciencia y nuestra libertad. Me gustaría mucho hablar con vosotros, gracias a todos por estar allí,

 

Un abrazo muy fuerte,

Hanneh




Publicado el Friday, 12 May 2006



 
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