Agustina, lejos de haber actuado como una principiante, lograste que Allen se pusiera en evidencia y no escapara hablando de generalidades.

En concreto, dio respuestas que no eran verdad y dio respuestas que no eran inteligentes. Por lo cual, permite cuestionar la profesionalidad con la cual hizo su trabajo, ya sea por la honestidad con que lo hizo o por la capacidad de análisis que tuvo.

-         Que el vademécum de AOP es extremadamente largo: ni es verdad ni puede ser jamás una razón lógica para un profesional que pretende hacer un estudio con una mínima objetividad.

-         Que está seguro de que no le han ocultado nada: ¿cómo puede arriesgarse a asegurar tajantemente semejante cosa? Esto habla más de una opción preferencial que de una opinión seria. Un profesional afirma a partir de las fuentes que tiene y además verifica si son o no falsas, pero jamás dice que no existen fuentes que no conozca. Habla como si se tratara de la Revelación: está concluida. ¿Cómo sabe él que lo vio todo y no se le ha ocultado nada? ¿Acaso él es Dios? Es disparatada su respuesta, cuando no omnipotente. ¿Cómo puede afirmar semejante cosa? La única explicación es que ha tomado partido por la Obra y le cree todo sin cuestionar nada en serio. Confiar no es ninguna prueba, es dar el propio consentimiento. En verdad, respondió como si fuera un buen hijo de Escrivá.

Por lo cual, resulta poco honesto de su parte titular a su libro «Una mirada Objetiva» cuando en realidad ha tomado partido desde el principio. «Una mirada complaciente», sería más adecuado como título.

Pues Agustina, tus preguntas puntuales han sido una oportunidad para que Allen explicara algunas cosas y en realidad terminó hundiéndose definitivamente.

Eso sí, tendrá su consuelo, un mercado cautivo: su libro va a estar en todos los centro de la Obra y en casas de muchos supernumerarios. Junto al de Messori.

Saludos,

E.B.E.