Hace unos meses, encontré en nuestra pagina una intervenciòn que me gustarìa citar cuando se publique "La vida cotidiana". Me la apunté en mi agenda para no tener que buscarla otra vez, y es la siguiente: "Simplemente decir lo que hay, sin adornarlo, serìa considerado una cosa horrible" (Pedro1, lunes 2 de enero 2006).

 

Una vez màs, y con mayor atenciòn de las veces anteriores, he intentado dar mi testimonio sin acrimona y sin amargura. Por esta razòn espero que al final resulte màs auterevole e indiscutible. Y espero que proporcione a los que quieren acercarse sin tener entera conciencia de que van a encontrar la posibilidad de tomar sus decisiones, en pro o en contra, con mayor conciencia.

 

Un abrazo,

 

Aquilina

 

Nota de Agustina.- Querida Elena, tu libro se coloca a continuacíón de este correo. Con tu trabajo sintetizas y simplificas cómo es la vida de una numeraria y de paso, se entiende bien qué es el Opus Dei. Tu "Vida cotidiana..." es una información que debería proporcionar la propia Obra a una chica que se estuviera o le estuvieran planteando la "vocación". Así no habría sorpresas después. Ojalá pronto se pueda traducir al español y a otros idiomas (¿voluntarios?). Y aquí viene mi reflexión personal: Qué sencillo y noble sería que el propio Opus Dei diera la información sin más, como tú haces, antes de "pitar", tanto para el/la interesada como para sus padres, también a agregadas y agregados, numerarias auxiliares y supernumerarios. En las instituciones de la Iglesia (las que van de frente, que son muchas), de vida de entrega total a Dios a través de los consejos evangélicos -pobreza, obediencia y castidad-, (no nos engañemos con eufemismos de "cristianos corrientes en el Opusdei"), es normal que existan libros de libre circulación, en los que explican cuál es su espiritualidad, cómo es su forma de vida y en qué consiste su entrega específica. En el Opusdei eso es un misterio para cualquier adolescente, que sólo dispone de su generosidad para claudicar ante las presiones del proselitismo. Y los "saltos al vacío" conllevan esta desbandada que la Obra no es capaz de aceptar ni reconocer pero que sabe que no puede contener porque está resultando inevitable, inexorable e implacable. Y Dios no tiene nada que ver con ese ocultamiento del Opusdei así como el demonio tampoco lo tiene en buscar y descubrir la verdad. Un abrazo bien fuerte y gracias!!.