Comento una frase brillante del escrito de moda en opuslibros: el de Pantaleón.

En muchos casos gente que ha aprendido normas sociales (¡a comer, incluso!) y educación en general. Que se lo pregunten si no a los elementos "oblatos", hoy agregados o como les llamen.

Pues va a ser que es cierto... que a mí también me enseñaron a pelar un plátano con cuchillo y tenedor, una norma social básica. Pero "esos como les llamen" no hay que menospreciarlos... en absoluto. Las tres máximas calificaciones en la Selectividad (durante los más de veinte años de BUP i COU) en la Obra Corporativa donde estudié fueron para tres agregados. Hoy en día uno de ellos es un prometedor consultor, y los otros dos andan acabando sus doctorados en carreras científicas de primer nivel.

Si me paro a mirar en mi Universidad (pública), que por contribución científica es la más importante de España, me vienen a la mente un catedrático de historia y dos profesores ordinarios de Filosofía y Física que son agregados. Y por mucho que me esfuerzo no encuentro ningún numerario... ah sí, había uno en Economía pero pidió una excedencia para irse a la Universidad de la Obra (labor personal). Por supuesto, en esta Universidad, que en el mundo académico nadie se toma en serio, trabajan la tira de numerarios y agregados. Pero lo siento, me da que los criterios de selección no són estrictamente meritocráticos... En fin, no nos desviemos.

Los agregados con carrera son un ejemplo de constancia y sacrificio. Ordinariamente de clases sociales más bajas, compaginan el estudio con el trabajo, ya que en muchos casos las familias no pueden hacerse cargo de los estudios y de los más de 1200 euros anuales en concepto de curso anual, retiro y convivencias varias. A esto súmale que a casi ninguno de ellos los eximen del trabajo apostólico (pero trabajo al fin y al cabo) en el club juvenil mientras estudian, y las normas, que son lo primero, y echar una mano en casa, que allí no hay administración que valga... Y con todo ello algunos se sacan las carreras con un expediente que les permite ganar becas predoctorales. No viven en un centro, pero muchos de ellos se sacan el Biennio Teológico en los cuatro primeros años de la carrera.

Paralelamente el centro de estudios se puebla de unas decenas de numerarios en las que los ingenieros y científicos brillan por su ausencia. Todos estudian humanidades y ciencias sociales, carreras en las que, al menos en España, conseguir un aprobado es cosa relativamente asequible para todos los intelectos. Y lo peor de todo es que luego van y algunos suspenden. Yo nunca lo entendí, con las facilidades que tienen... Además hacen el biennio en su propia casa y dedican dos meses en verano... y aún así hay agregados que los adelantan. ¿Y sabéis donde está la gran diferencia entre unos y otros? En que a poco que valga uno de estos numes, como acostumbran a venir de clases sociales más altas que los agregados, papá le paga un máster en el IESE y la vida solucionada...

Mientras tanto, el agregado coge su doctorado y como se descuide acaba en una Obra Corporativa por el bien de la labor...

Lo de las clases sociales dentro de la Obra ya me indignaba estando dentro y siendo un fidelísimo miembro que jamás cuestionaba nada... Ya puede ser grave el tema porque si yo, que comulgaba con ruedas de molino, me daba cuenta del percal... buff, no me quiero ni imaginar cómo se ve desde fuera... Con razón mi madre se pasó tres años rayándome con que me hiciera numerario, que no me quedara en agregado. Es como lo de la mamá de Emevé, que le dio a su hija la mejor definición de Opus Dei que he leído en mucho tiempo. Creo que se podría hacer un recopilatorio de las mejores frases de la sabiduría materna para ponerlas en los recursos para salir adelante :)

Y me propongo que ya no me releo más el escrito de Pantaleón, que si no cada vez saco algo nuevo y me lío a escribir... A ver si lo cumplo.

Pax Christi

Spiderman