Aclaración a Oráculo.- Giovanna Reale
Fecha Wednesday, 27 June 2007
Tema 110. Aspectos jurídicos


De nuevo doy las gracias a Oráculo por su valentía de publicar el clarificador artículo “La historia inmoral del Opus Dei” (22.06.2007). Manifiesto mi más plena conformidad con lo que en él se expone. Pero me veo obligada a hacer una pequeña matización para que no haya lugar a ningún error o lapsus o duda incluso en los matices secundarios de ese escrito de Oráculo.

 

En un determinado momento, exactamente en el último párrafo del punto 5 de su artículo, Oráculo escribe: “Excuso decir que, desde ese momento, Antonio [Petit Pérez] dejó de pertenecer al Opus Dei por la aplicación de los números 29 y 35 de los Estatutos de la Prelatura, al margen de que formalmente no estuviera enteramente cerrado el expediente administrativo de la excardinación”.

 

Con todo mi respeto, creo que no se puede decir tajantemente que don Antonio Petit dejara en ese momento de pertenecer al Opus Dei. Es cierto que estaba en una avanzada situación de salida de la Obra, que el prelado del Opus Dei había hecho saber al arzobispo de Barcelona su “luz verde” para con don Antonio, que el arzobispo de Barcelona iba a acogerlo plenamente en su diócesis y que, humana y moralmente hablando, don Antonio ya se había desvinculado de la Obra. Pero jurídicamente aún estaba incardinado en la Prelatura, ya que la excardinación sólo se consuma cuando simultáneamente se da la incardinación en una nueva diócesis, cosa que aún no se dio en aquel momento del que estamos hablando. Si he entendido bien, el arzobispo de Barcelona iba a acoger a don Antonio en su diócesis después de un tiempo prudencial de prueba, como se acostumbra a hacer en estos casos; pues bien, durante este tiempo de transición, aunque el sacerdote ejerza su ministerio y trabaje en la diócesis de acogida incluso con nombramientos oficiales, aún sigue incardinado jurídicamente en su diócesis (o prelatura) de origen. Dicho más claramente, cuando don Antonio Petit falleció, su obispo no era aún el de Barcelona, sino el prelado del Opus Dei.

 

Hago esta aclaración para que no perdamos la objetividad ni exageremos lo trágico e inhumano de esta historia, verdaderamente dolorosa. Espero de todo corazón que situaciones como estas, vergonzosas desde todos los puntos de vista, no se den más en la Iglesia.

 

Giovanna Reale









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