Sobre la dispensa.- Otaluto
Fecha Saturday, 06 March 2004
Tema 020. Irse de la Obra


Sobre la dispensa

Concuerdo con EBE sobre el tema de la dispensa y creo que se trata de algo muy pero muy importante, ya que el modo en que uno se va de la obra puede ser determinante para el camino de reconstruccion.

Todos sabemos que la obra se asegura bien de que el candidato a la salida tenga las disposiciones adecuadas antes de dar el paso. Esto es, reconocer que lo que ha funcionado mal está en sí mismo y no en la obra, y el instrumento por el cual se materializa esto es la carta de dimision, que debe ser confeccionada bajo ciertas pautas precisas. A mi juicio, se genera de este modo un nuevo vínculo de sumisión: es la obra la que nos "otorga" la libertad de los compromisos asumidos, y por tanto una vez más le debemos agradecimiento.

No quiero ahondar en este pensamiento sino contar un pedacito de mi historia personal. Luego de muchos años de servicio abnegado, y de algún entredicho con un director, fui a parar a un centro de "mayores". Esta denominación misma es una barbaridad, ya que en ese entonces tenia 30 años, y bajo ningun estandard se puede considerar mayor a un hombre de esa edad. Pero los numerarios tienen una vida útil, que una vez cumplida, a nadie importa si se van o se quedan. Total que decidí un día que habia terminado, pero lo decidí en serio, tomando al pie de la letra lo de que las puertas son grandes para salir. Decidí, contrario a lo que habia vivido hasta ese momento, que todo lo que no se me había explicado de la letra chica del contrato, no me era exigible. Obviamente la carta de dimisión estaba entre dichas cosas no explicadas en el momento de pitar. El director del centro, sin embargo, me persiguió un par de semanas para que la escribiera. Yo le decía que era un tema de la obra, y no mío, que yo ya habia terminado por mi parte, que ellos hicieran lo que mejor les parecia para terminar con la suya. Pero como era un amigo, al ver su contrariedad y como favor personal, al final le pedí que me la dictara. No lo hizo, pero me detalló lo que debia decir. Café de por medio, le escribí las lineas que necesitaba para cumplimentar con el expediente. "Ahora tienes que esperar a que el padre te otorgue la dispensa" me dijo, con tono de haber vuelto a ganar cierto control sobre mi vida. "Bueno, que entonces el padre se apure porque en tres meses me caso, y un numerario casado va a ser un lio canonico." Me explicó vehementemente que no podia hacer una cosa de ese estilo. "Ya te llegará la invitación", le dije.

Un buen dia, por supuesto antes de la boda, me llamó para decirme que estaba fuera de la obra. Y esto es todo. Acepté, mientras estuve en la obra, todos los caprichos del fundador y sus subditos, pero el dia que uno se va, se va. Es sano, aunque sea una vez, dejarles a ellos un problema para resolver.

Paz a todos
Otaluto.







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