Hola Versus, recién leo tu correo del 25 de enero sobre los supernumerarios. Alguna vez he pensado en esa idea. Hay gente que vive lo que le parece bien y lo que le parece mal no lo vive y más contento que el pipas. En esa actitud ya hay algo de positivo, un cierto grado de criterio propio y de crítica. Pero no logro ver lo cerca que está la postura de luchar por ser mejor cristiano y la postura de ser consciente de que a otros (de mi familia) los expriman hasta la enfermedad a la vez de que me resulte indiferente o simplemente no mueva un dedo, ...¿será por aquello de "mientras no me expriman a mi"?.
Parece que lo que mueve a la permanencia en la obra son otros intereses, o miedos, o rejalgares, o "vete tú a saber", no?
Un gran saludo
María (nick: Mafalda)