María Consuelo:

Primero decirte que comparto tu dolor, es muy duro lo que cuentas. Sin embargo, aunque suene a tontería, tu caso podría ser el de cualquier otra persona y sin haber pertenecido a la od.

Si te sirve, yo también sufrí mucho al irme de la od, mi papá se volvió alcohólico, tuve tremendos líos familiares y dos años después de dejar la od, murió mi hermano y, tres meses después, mi papá. Sin embargo, no relaciono esto con el hecho de haber dejado la obra, es más, doy gracias a Dios por haberme ido y poder estar con mi familia el poco tiempo que duró.

En tu caso, quisiera decirte que tus hijos te necesitan, que aunque los míos no han llegado a esa edad tan difícil y con el agravante de la falta de un papá, si te confieso que mi adolescencia y la de mis hermanos fue dura. Procura estar siempre allí para tus hijos, ahora quizás no te escuchen, después recordarán que siempre estuviste allí. Las decisiones de tus hijos no pueden ser la traducción de la Voluntad de Dios para tu vida, puede que ellos te hagan sufrir pero eso no quiere decir que Dios te haga sufrir.

Ahora todo lo ves negro, sin embargo, es importante que además de pensar en tus hijos, también pienses en tí, que procures hacer cosas que te hacen sentir felíz por tí misma. Que te rodees de amigos y amigas pues todos necesitamos cariño, atención, amor. En la medida en que seas felíz tú personalmente, serás capaz de apoyar a tus hijos y de darles el amor que necesitan.

María Consuelo, el mal en el mundo es cosa de todos, en sus más incomprensibles manifestaciones ataca a los niños, a los indefensos, a quienes pensamos no se lo merecen. Esta realidad es común a todos los seres humanos, todos estamos expuestos al mal.

Honestamente, vincular los sucesos de tu vida a tu pertenencia a la opus dei es equivocado, más bien el hecho de haber formado parte de la obra en algún momento de tu vida quiere decir que tenías "el perfil", y muchas características de ese perfil están vinculadas a disfuncionalidades de nuestra propia vida: éramos muy jóvenes para discernir, nos sentíamos solos, etc...

Ánimo, tus hijos te necesitan y piensa también en toooooooodo lo hermoso que hay en tu vida.

Moni