Estimada Carmen Charo,

tienes razón en todo lo que dices sobre la deshumanización de la sociedad. De cualquier forma el problema sigue ahí, yo creo que es más profundo de lo que parece.

Todo esto tiene que ver con el opus dei por el hecho de que claramente dan una imagen de la mujer que mira más bien hacia el pasado, y sólo a trompicones y por necesidades de "lavado de cara" van adaptándose a la sociedad actual. A mí me parecen significativos los cambios en la revista Telva. Da para una tesis doctoral, coger los números publicados en los años setenta u ochenta y los últimos números. "Evolución ideológica del opus dei a través de una de sus revistas femeninas". El tipo de lenguaje y de reportajes ha cambiado mucho. Si alguien se anima a ese estudio sería muy divertido.

Te veo preocupada por la cuestión social de niños y ancianos, es verdad, ¿están menos y peor atendidos por no estarlo por la familia? en principio parece que sí, que la familia tradicional española acoge mejor. Pero fíjate que yo en esto abogo por una evolución hacia una mayor autonomía del individuo. El problema que tenemos en España es que hemos pasado del siglo XVIII al XXI de una manera muy brusca, en treinta años España ha dado un vuelco total. He estado leyendo a Simone de Beauvoir, el Segundo Sexo, un libro que destapa muchos mitos de la supuesta felicidad familiar y matrimonial. No todo es tan bello en las "familias perfectas", tras las aparentes fachadas de felicidad los seres humanos a menudo escondemos bien de miseria. Un libro que tiene 50 años pero que hace 50 años en España hubiera caído como la voz del diablo. Hoy creo que puede aportarnos bastante.

Ese destino de la mujer como paridora y cuidadora, ese doble rasero para medir la moral del hombre y la moral de la mujer, en sociedades de raíces católicas como la española estamos bien servidos de todo ello. La mujer tiene que ser considerada como individuo libre e igual al hombre, sólo desde ahí se puede construir algo que sea digno, para mí es el problema que no se ha solucionado porque hay que cambiar las mentalidades, y eso es muy lento. Este es el tema que a mí me preocupa personalmente, el opus está claro que no le preocupa en absoluto, ellos miran hacia la "rentabilidad apostólica", lo que se salga de ahí simplemente no existe.

Todos deberíamos de ser capaces de preocuparnos por los "débiles", ancianos, niños, enfermos. La soledad se da porque la gente aunque estemos físicamente unos al lado de otros no sabemos hacer compañía, no nos metemos en la piel de la otra persona. Cuando te encuentras a alguien así, es una verdadera excepción y una fiesta. Y eso no tiene para mí tanto que ver con que la persona que te acompaña tenga tus mismos apellidos.

Lo que yo pienso es mirar más hacia adelante, hacia un mayor respeto a la individualidad de las personas, que no tiene porque ser caer en el individualismo egoísta. Ese es la mentira opus, la familia, el matrimonio como lo hemos conocido hasta ahora también pueden llegar a ser una cárcel y una fuente de infelicidad, cuando se ponen las tradiciones y lo que siempre se ha hecho por delante de las personas.

Anteriormente no entendía que hubiera un teléfono para que los adolescentes llamaran y contaran sus problemas, ahora sí lo entiendo tras muchas experiencias. En el opus parecía que el modelo de familia tradicional eso no se toca. Y va a ser que sí se toca, porque lo que importa no son los "modelos" eternos de nada, sino la felicidad concreta y pequeña de cada ser humano aquí y ahora.

Quizás estemos hablando de cosas diferentes tú y yo, pero bueno. Es un tema apasionante, no ya como ex opus sino como ciudadanas españolas.

Ana Azanza