Que esperamos, si la tendencia es hacerse el sordo, el ciego y el mudo.- Peppe
Fecha Friday, 24 April 2009
Tema 125. Iglesia y Opus Dei


Hola a todos… Sigo espantado de toda la información de esta Web, más espantado estoy de que todo esto se ha denunciado y a tantos Obispos, como al Santo Padre y no se haya hecho nada, sino por el contrario, se levanta la excomunión a los Lefebvristas que rechazaron la autoridad del Papa, se auto proclaman preconciliares y rechazan de manera categórica el Concilio Vaticano II, ofician en latín y de espalda al pueblo (les suena conocido); a veces pensaba que la única diferencia entre un Lefevrista y yo (cuando estaba en el Opus) es que ellos eran confesantes del rechazo del citado concilio, mientras que los del Opus lo rechazaban en secreto, en tertulias integradas por los de “sólo casa” y en su forma de actuar, misas en latín, diciendo que la Iglesia estaba podrida, o resquebrajada, que no había que recibir más confesión que del cura del Opus, que no había porque obedecer al Obispo Diocesano, sino sólo al Padre, a los Directores, etc…

Resulta increíble que en estas épocas donde los derechos humanos son tan importantes y donde los principios humanistas arrojan la caridad hacia el prójimo, la asistencia social, se le sigan negando estos derechos a personas como las NAX, las y los NÚM y los Agregados y las Agregadas, algunos en diferentes grados, pero se les niega.

Esa carrera por obtener más recursos para el Opus Dei sin que estos repercutan en obras de caridad como sucede en el ambiente diocesano o religioso, pareciera que estuviéramos hablando de mercenarios y no de almas que buscan la felicidad terrena y la futura. Esa falta ya no de cariño, sino de agradecimiento para aquellos que se partieron el lomo en una institución y qué cuando se van o cuando los vomitan, salen con menos de lo que entraron y más años. Algunos (as) sin curriculum que presumir, porque en el caso de las NAX, no les dan ni una carta de recomendación, quizá hasta harían lo contrario y les difamarían; los mismo a los que trabajaron en obras corporativas.

Las enfermedades mentales como causa de las medias verdades y mentiras completas que a uno hacían tragar como farmacopea, hasta que el choque tantas y tantas incongruencias hacían que se librara una guerra entre la conciencia, las acciones y las cuestiones que ellos denominabas de “espíritu”, en las que en muchos de los casos, con tal de seguir dentro de la organización, declaraba uno la victoria a esa mentiras, mientras abrías la boca para tragarte algunos antidepresivos, algunos antipsicóticos e incluso llegabas a creer que el diablo te hacia una mala pasada a tu mente, antes que pensar que eran las mentiras e inconsistencias de la organización. Esa dualidad (para escapar de la competencia eclesiástica o religiosa) de ser como monjes, pero sin serlo, de ser civiles, pero con cilicio, disciplinas, duchas frías, incomunicados de los padres y hermanos que no fueran de la obra. Esa mitificación de que con sólo ver a alguien de sexo opuesto, de si ya es impúdico e inmoral, y por eso había que estar a kilómetros de ellas, como si la mujer “per se” fuera no sólo ocasión, sino el pecado en si mismo. Esas cartas ridículas pidiendo el “Padre” a todas sus hijas y cooperadoras no usar blusas de tirantes porque son ocasión de pecado y no agradan al Señor, y bueno de faldas cortas y vaqueros pegados ni hablamos verdad!!.

Como es posible esa tolerancia, como esperamos una respuesta de la Iglesia, si lo que hemos visto en los últimos meses es que el actual Pontífice, quizá también tenía toda esa resistencia al Concilio Vaticano II, que ya se quiere juntar con los Lefevristas y hasta quizá de leer el catecismo, los vademecums, los cuadernos, toda esa literatura de la obra, quien quita, saca su pluma, su anillo, su tiara y lo aprueba de un plumazo, en aras de la captación, una supuesta expansión o tan solo por taparle el ojo al macho; todo en contra del sano juicio, del albedrío, de la alegría y de la caridad a los que aspiramos los católicos de a pie algun día encontrar en nuestro culto y no es que no ame al Santo Padre, sólo que en los últimos años hemos visto que la tendencia de la Iglesia es hacerse el loco, antes que afrontar los problemas…

En fin he dicho muchas tonterías… (Lástima que no hay quien me aplique una CF). Un abrazo. Mi mismo

Peppe 









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