Pesadillas y muerte espiritual.- Daniel_M
Fecha Monday, 29 June 2009
Tema 900. Sin clasificar


Para Maria_ML:

María, estos días te han escrito bastantes personas con sus opiniones. Todos, con buena intención. Algunos con mejores ideas que otros. Quizá estés saturada y hasta confundida con algunas opiniones. No te diré casi nada sobre los sueños y recuerdos de tu experiencia como numeraria, es natural que los tengas, pues fueron 17 años viviendo de esa manera. Respecto a las relaciones sexuales prematrimoniales… Creo que Sancho1964, en su carta del 24 de junio, te dio algunas ideas acertadas; aunque Sanivo fue mucho más directo en expresarlas. Yo me dirijo a tí sólo como casado y razonando como cristiano...



Siento decirte que tienes razón cuando comentas en tu carta “pienso que estoy en pecado mortal y que (Dios) no está en mí”. Es verdad, no estás en gracia de Dios, no tienes vida sobrenatural en tu alma. Dios no está en tí. 

Es la verdad, pero no por enseñanza del Opus, sino porque es la enseñanza que Dios mismo nos ha trasmitido desde el primer libro de la Biblia. Si recuerdas el libro del Génesis, allí aparece que a Adán se le dijo que no comiera del fruto del árbol del bien y del mal, porque ciertamente si lo hacía “moriría”. La muerte a la que alude Dios en el Génesis no era la muerte física sino la espiritual.

El mandamiento era no comer del fruto de un árbol concreto. Adán y Eva vivían en un Jardín, lo natural era comer de los frutos de los árboles que existieran allí. Ambos tenían la voluntad propia de alimentarse de los árboles del Jardín. En eso coincidían con la Voluntad de Dios, que los había puesto allí. Pero este cumplimiento de la voluntad divina –alimentarse de los frutos del jardín- era más bien mecánico, un cumplimiento sin mérito, pues la naturaleza humana requiere la alimentación para estar vivo.

Por lo que Dios puso un “mandamiento”, un precepto, para que Adán y Eva lo cumplieran y con ese cumplimiento, demostraran su amor por El. Ese mandamiento requería un acto de la voluntad de ambos, que era renunciar a comer de un árbol concreto. Es decir, requería “negarse a sí mismos”, negar su propia voluntad. Y esa renuncia, cada renuncia al fruto de aquel árbol, era un acto de amor a Dios.

Una enseñanza de esta historia tan antigua es que amar es siempre hacer la voluntad de otro. Dios les había expresado –en palabras muy claras- que no hicieran un acto concreto. Les había dado todo por amor a ellos y sólo les pedía una renuncia, para que ellos le demostraran con esa renuncia -asumida libremente- que Le amaban.

Satanás les tentó –también con palabras- para que hicieran lo contrario. Y ellos hicieron su propia voluntad, hacer la voluntad de otro, pero este otro era sátanas. Hicieron el Mal, sabiéndolo. Sus almas “murieron”.

Cuando no se hace la voluntad de Dios –los mandamientos- se peca, pero hay algo más, se destruye el alma. El alma, “muere”. No tiene vida “sobrenatural”. Pero como el alma esta unida al cuerpo, lo que afecta al alma se transmite al cuerpo de alguna manera. Tus sueños –pesadillas- que cuentas, respecto a tu estado espiritual, no son por tu experiencia del Opus. Es la manifestación a nivel psicológico de una destrucción espiritual. Simplemente, estás mal a nivel espiritual, y ese malestar espiritual se transmite a tu mente.

Sólo tienes un camino, el arrepentimiento, y la confesión. Y dejar de hacer los actos que vulneran esos mandamientos. Tú no recuperarás nunca tu relación con Dios como no abandones ese tipo de actos. Tú no estarás “en paz” si no te decides a vivir como Dios quiere. Dios ha reservado el ejercicio de la sexualidad para el estado de vida matrimonial, que no es tu caso.

Con afecto, Daniel_M.

Preguntas que te hago para tu consideración: ¿Es más fácil para un hombre acostarse con la mujer que desea o renunciar a su deseo por esperar al matrimonio? ¿El amor se demuestra haciendo lo que te gusta o cuando eres capaz de renunciar a lo que te gusta por el bien -psicológico y espiritual- de la otra persona?

Una cosa es amar al otro para el otro, y otra distinta es amar al otro para sí mismo. ¿Cuál de esos amores es el de tu compañero?

Amar al otro para el otro es buscar el bien de ese otro, lo que es bueno para la otra persona, a la que se quiere. Si tu “compañero” te ama, ¿cómo es que no tuvo en cuenta tu espiritualidad y tus años de vida en el Opus? ¿No pudo prever que te podía afectar psicológicamente un tipo de vida opuesto radicalmente a tu formación cristiana? Aunque tú misma consintieras en ceder a sus deseos o fueran los tuyos. Si te ama ¿cómo es que no te ha tenido en cuenta a todos los niveles –biográfico y psicológico incluído?

Y otra observación: en general, el hombre es polígamo, mientras que la mujer es monógama. Sus psicologías son diferentes. La mujer requiere que el acto sexual venga acompañado del amor de su pareja. Pero ¿qué amor tiene esa pareja? ¿El amor a sí mismo o el amor al otro por el otro? Lo que se hace ¿es expresión del "amor a sí mismo" que usa del cuerpo de la pareja o es del "amor al otro por el otro" que da su propia persona a la pareja?

Es el segundo caso cuando existe la voluntad y se ha efectuado el acto de entrega para toda la vida. Y esto sólo se da despúes del matrimonio, despúes del acto que manifiesta y expresa públicamente la voluntad de compromiso y entrega a otra persona para toda la vida.

No es sencillo amar de verdad al otro. Es fácil engañarse y creer que se ama al otro, cuando realmente sólo se ama a uno mismo. Amar conlleva renunciar a la propia voluntad y buscar el bien –también espiritual- del otro. ¿Lo estáis haciendo ambos? Con todo respeto, me da la impresión que ni tú ni él lo estáis haciendo bien. No me parece que estéis llevando la relación de manera que pueda tener futuro. Si no hay un cambio de actitud en vosotros, podría ser vuestra relación de corto recorrido temporal.







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