Querido Josef Knecht: muy clarificante tu nota del miércoles 15 de julio.
Como siempre eres claro y agotas todos los puntos de vista. Quiero -de todas maneras- enviar una experiencia como para tener otro ángulo mas de visión.
Supongamos que un numerario pasa un tiempo en el Colegio Romano y se da cuenta que ni loco lo suyo es el sacerdocio y así lo manifiesta claramente. Los directores del momento lo tranquilizan y le dicen que está bien y que siempre la obra necesita laicos con formación completa y que aquí no ha pasado nada, que tan de buen espíritu es decir si como no y que bla, bla, bla. Supongamos también que ese mismo numerario va a vivir luego a Pamplona para terminar sus estudios con tanto de doctorado y correspondiente tesis "honorable" (tal vez habría que decir "onoriable") pero -gran sorpresa- en Pamplona los directores no son tan ajustados al espíritu fundacional o la unidad de medida es otra y lo someten a un autentico presing: que si no te ordenas eres un desleal y falto de espíritu, que como le vamos a decir al Padre que no quieres, que ... y así por varios meses hasta que el cansancio o la existencia de otros mas asequibles permiten cambiar de blanco a esos directores super-diligentes.
He de reconocer que también los hay que están deseando que les llamen al sacerdocio y también el extremo opuesto y que -como alguien que conozco- tienen que apechugar con planteamientos del tipo "tu hermano numerario murió y tu tienes que ocupar su puesto, él se hubiera ordenado".
Como en muchas otras cosas, hay directores que son mas papistas que el Papa y ese ardor de "buen espíritu" les lleva a límites dificilmente compaginables con los escritos del fundador. A veces los destinatarios de ese "ardor" aceptan el encargo y hacen lo mejor que pueden incluso llegando a lo heroico, otras ... simplemente explotan y son desechados a lo Petit, son aparcados bien empastillados o sin mas desparecen y cuando alguien los recuerda o pregunta, se deja caer una alusión a un desequilibrio mental, a un desliz con faldas o al Kukuxklan o ... pero siempre veladamente como para no ir contra la caridad, para no ir contra lo politicamente correcto. Eran un par de recuerdos mal contados.
Zartan