No love for Charlie.- Carocha
Fecha Friday, 17 July 2009
Tema 100. Aspectos sociológicos


Uno de mis blogs favoritos es The Pioneer Woman, de Ree Hammond, una texana educada en Los Angeles, y ahora, con alguna perplejidad, completamente hilarante, casada con un “Marlboro Man”, como ella dice, un creador de ganado de una quinta enorme en Oklahoma. Tienen cuatro hijos, perros, caballos: y vacas y bueyes, claro, muchas vacas y muchos bueyes.

 

Me encanta el ambiente de fin de mundo de todo aquello, me recuerda mucho los años en que mis hijos eran pequeños y vivíamos también lejos de todo: de todo lo que queríamos, quiero decir. He tenido mucha suerte, creo, porque la experiencia de vivir como extranjero, de ser extranjero, extranjera y madre, es una cosa totalmente liberadora después del opus. Nadie te conoce, (los hijos que van naciendo tampoco) vales lo que demuestras valer, la gente te ve como eres realmente, y empiezas naturalmente a reaccionar de acuerdo con tu imagen verdadera. Es como estar permanentemente con la fenomenal disposición y el brillo de una borrachera leve, sin resaca. Es la mejor cosa del mundo.

 

Uno de los asuntos más frecuentes de Pioneer Woman es Charlie, un basset-hound queridísimo, imperturbablemente solemne, como todos los basset-hounds, y que inspira a todos una ternura descomunal. Sólo eso: Charlie es queridísimo, divertidísimo, y todos le quieren mucho.

 

Ahora el opus: en un blog llamado Capellanía Aldeafuente,  escrito por los dos capellanes de la escuela con ese nombre, fue publicado hace unos días un post con el título “Mascotas”. El tema? Las mascotas. Es decir, nada, el asunto es lo de menos. El asunto opus es invariablemente la “doctrina” -  “sana” y “correcta” - sobre lo que sea. Todo son cuestiones importantes, nada es importante, nada es nada. Después de leer lo que escriben (cual de los dos capellanes? Y para qué preguntar? Es indiferente: yo, cuando era numeraria, hace veinte años, y los que lo han dejado hace cincuenta, y el que salió ayer, también podíamos haber escrito lo mismo, tal cual), nos quedamos con la sensación horrible de que no hay nada más para añadir, aunque el post sea una triste secuencia de banalidades, con el habitual método opus: las mascotas sí, pero no, o no tanto, es decir, tal vez sí, con esta condición, y probablemente no. Empatas à séria: nem fazem nem deixam fazer, desmancha-prazeres profissionais, que estropean todo lo que tocan.

 

Pero aunque parezca que todo está dicho y previsto sobre todo, y sobre el contrario de todo, incluidas las mascotas; y aunque lo que menos apetezca, después de leer el post, sea tener un animal amigo, o enemigo, o lo que sea, porque afirman siempre con seriedad que la vida eterna se juega también aquí, qué demonios! la verdad es que falta una cosa importante, pero fácil de olvidar en la confusión de la arenga.

 

Falta Charlie, queridísimo, insustituible, siempre amigo, a veces sucio, enfermo, completamente nhurro, insufrible. Falta la vida, oh capellanes!, la vida es lo que os falta, y no es posible disfrazar ese descalabro en los blogs. En la predicación, en lecciones de sapiencia de diseño, más o menos conseguidas y escenificadas, tal vez, a veces, porque ahí está de antemano creada, frente al público, una posición de autoridad que os es favorable. En los blogs, nunca: el ridículo se llama ridículo, la histeria es una enfermedad, las banalidades son banalidades, las ideas de plástico son horriblemente de plástico: y la vida no se confunde con nada.

 

Un grande abrazo de verano,

Carocha









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