Veo al Opus Dei como una parte de la Iglesia.- Juan
Fecha Wednesday, 20 January 2010
Tema 010. Testimonios


Querida Ana:

Voy a intentar llegar a un punto de consenso aunque me imagino que no va a ser fácil. Mi tesis es la de que entre el fanatismo acrítico y el resentimiento, igualmente acrítico, hay un espacio muy amplio para entenderse racionalmente, sin prejuicios.

¿Tú crees que tu apellido me dice algo? Nada en absoluto. Lo que me diría algo sería tu historia ¿cómo has llegado -tú u otro, me es igual- a esa situación de rencor que no es natural?

Yo sobre mi mismo he escrito mucho en estas páginas y sobre todo he intentado entender. Fundamentalmente entender. Mi apellido no te diría nada pero mi edad te puede decir algo: 57 años. Si tú has dejado la Obra hace siete años yo la he dejado hace veintisiete. Es bastante tiempo para pensar. Para pensar y para contrastar con lo que uno va viviendo fuera de la Obra. Porque no cambiamos, convéncete de ello. Si yo en la Obra era flojo fuera sigo siendo flojo. Si yo allí era egoísta después seguiré siéndolo. Si allí fui tozudo hoy sigo siéndolo.

Tengo fe y eso ya debía decirte mucho porque en esta web se enfoca el Opus Dei como si fuera algo distinto de la Iglesia y no lo es. Los medios que utiliza el Opus Dei: oración, sacrificio, obediencia, trabajo, son los que ha utilizado siempre la Iglesia.

Parto del hecho de que nadie -o casi nadie- abandona el Opus Dei voluntariamente, sino que sus circunstancias personales le obligan a ello. Para mí la gran pregunta es: Si he cumplido las normas -al principio lo mejor que podía, después ya más flojo-, si he hecho -aproximadamente- las mortificaciones que se me exigían, si he obedecido a lo que me han pedido y algo he trabajado, ¿por qué no fui capaz de perseverar?

Después he sido y sigo siendo cooperador. He pasado fases de más interés y de menos. Hasta en un momento los directores se ilusionaron con la idea de que podía pedir la admisión como supernumerario, aunque enseguida se dieron cuenta de que era trabajo perdido.

Pero quiero al Opus Dei y a muchos de sus miembros. No reniego de mi pasado. Me importa muchísimo la Iglesia y veo al Opus Dei como una parte de ella. Creo que se puede mejorar el mundo a base de defender la verdad y los principios cristianos. Incluso creo que se puede mejorar el Opus Dei a base de clarificarlo. No la doctrina de nuestro Padre, como es lógico, sino el día a día. Tratar de ver dónde están esas dificultades que hacen que la gente abandone. ¿Nunca vivieron bien su vocación? Lo dudo. ¿Se les ha olvidado todo lo que aprendieron? No lo creo.

El otro día -al leer aquello sobre México- recordaba unas frases conmovedoras de San Pablo cuando está prisionero en Roma y escribe a Timoteo: "Date prisa en venir a mí, porque Demas me ha abandonado por amor de este siglo y está en Tesalónica, Crescente ha partido para Galacia y Tito para Dalmacia. Sólo Lucas está conmigo". ¿Es posible que nos aburramos de algo en lo que hemos creído fuertemente y que lo dejemos? Ya ves que sí es posible, y si encima colaboran circunstancias externas, peor todavía. "Nadie conoce el interior del hombre sino el Espíritu que está dentro del hombre".

Con afecto

Juan Ignacio Encabo Balbín.

P.S.: Mi nombre no te dirá nada, pero es posible que los directores me pregunten: ¿Tú qué andas ahí fuchicando? Mejor. Como diría el célebre Haenobarbo: Todo más claro.









Este artículo proviene de Opuslibros
http://www.opuslibros.org/nuevaweb

La dirección de esta noticia es:
http://www.opuslibros.org/nuevaweb/modules.php?name=News&file=article&sid=15731