Santificacion del trabajo.- Rocaberti
Fecha Friday, 22 January 2010
Tema 090. Espiritualidad y ascética


Hola a todos:

                  Al leer algunos comentarios, parece que para muchos, la Obra se presenta como una congregación religiosa para gentes que buscan la perfeccion a traves de la castidad, pobreza y obediencia.

                  Si yo hubiera pensado que esto era así, hubiera huido del centro como del coco; pero no. Se presentó la Obra como algo moderno, formado por laicos, que no cambian su estatus, que viven una vida normal y se santifican por medio de la santificacion del trabajo y de la vida ordinaria.

                   No creo que quienes abandonamos la Obra lo hicieramos porque no queriamos vivir lo que se expone en el segundo parrafo, sino mas bien porque nos vimos obligados a vivir el primero, y lo nuestro no  era este tipo de perfeccion. La Obra nos engañó, nos dio gato por liebre, y continúa en esta dinámica del engaño constante y sistemático.

                   No le tengo ninguna simpatia al Opus Dei, ya que considero que engaña: Descubre vocaciones, si le interesa, pero si el elegido resulta una carga, ya no tiene vocación. Los directores se convierten en propietarios de la intimidad y la vida de sus subditos y los utilizan como a ellos les conviene. La Obra es radicalmente egoista, nunca pierde, siempre gana: sus intereses están protegidos por un equipo de directores, sin personalidad, cuyo único interés es cuidar  la unidad y obedecer al padre, sin tener en cuenta nada más, o sea gente sin conciencia. Te ofrece una espiritualidad laical, y te hace vivir como una Sor Virginia. Mentiras, mentiras y más mentiras.

                    Toda religión cuando no se orienta a buscar el bien espiritual de los hombres, y es el juguete de una nomenklatura para conservar sus privilegios, se convierte en algo peligroso y dañino, y, aunque puede, en casos particulares, hacer algun bien, su actividad es destructiva.  Yo creo que la Obra destruye la personalidad de sus gentes y religiosamente les perjudica, pues hace de la santificación una forma de vida amarga, una porquería  ¡Cuantos males espirituales se fraguan en sus despachos!

                     Es una pena, porque una espiritualidad verdaderamente laical, vivida con libertad y respeto a las personas, sin agobios, gracias de estado y controles, hace falta en nuestra sociedad, pero la Obra no es el camino, ya que nos dará gato por liebre. Si consigue meternos en la cabeza que tenemos vocación, nos empezará con la entrega por arriba y por abajo y nos tranformará en una Sor Virginia clónica.

            Un saludo.

                              Rocaberti









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